Cannabis sí: la semilla está sembrada
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Una nueva esperanza para el consumo legal de la marihuana volvió a presentarse en México, desde el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en donde se confrontan los pros y los contras de tomar una decisión que divide opiniones entre liberales, conservadores y los mismos consumidores, quienes esperan una resolución positiva al planteamiento, así como quienes adjudican propiedades curativas a la planta, muchas de ellas, comprobadas científicamente
Bibiana García Garza
Ganja, mota, hierba, ´weed´, Mary Jane, cáñamo, cannabis, María, la risueña, hachís, yesca, Santa Rosa y otros muchos son los nombres con los que se le conoce a la marihuana, cuya semilla es aún más antigua que la escritura misma y ha evolucionado junto con el hombre, utilizada desde siempre para fines medicinales y rituales.
Para la segunda mitad del siglo XX, se le adjudicó el carácter de droga ilegal en casi todo el mundo (por el tratado internacional de 1961), principalmente en Estados Unidos, en donde se le estigmatizó como una sustancia mortal y peligrosa para la juventud y la sociedad en general.
Lo abuelos cuentan que fumarse un ´churro´ en aquellos años era considerado como una inocente travesura hasta que se convirtió en un delito asociado con el consumo de otras drogas, e inclusive con movimientos sociales liberales y “peligrosos”, así como un atentado contra la salud, las buenas costumbres y la integridad familiar.
De las prohibiciones nació el mercado negro, el auge del narcotráfico y la lucha por el control del cultivo y la distribución de la planta ante una creciente demanda a partir de la década de los setenta, que hoy asciende desmedidamente en medio de la globalización y los cambios ideológicos, políticos, económicos y tecnológicos de la sociedad actual.
Hoy en día, se estima que 227 millones de personas en todo el mundo consumen marihuana para diferentes fines, de las cuales, 5.7 millones radican en México, según la Encuesta Nacional de Adicciones.
Inclusive, Estados Unidos, con sus 14.8 millones de usuarios de cannabis, ha ido adoptando (y retomando) una visión más progresista permitiendo el uso legal de la hierba para usos medicinales, y en estados como Washington y Colorado, su uso recreacional.
En años recientes, también otros países han flexibilizado sus leyes sobre la posesión, cultivo y consumo de la mota, como Uruguay, que la legalizó, o Portugal, que la descriminalizó, además de Canadá, Israel y Los Países Bajos que ya cuentan con programas médicos en los que la utilizan, sin mencionar a Jamaica, donde los rastafaris la fuman legalmente por motivos religiosos.
María en la Suprema Corte de México
Ante esta realidad y las nuevas tendencias, hoy más que nunca el uso de la marihuana es materia de debate entre los distintos sectores de este país por su complejidad e infinidad de factores que influyen en torno a ello.
Sus efectos en la salud, las implicaciones morales, el alcance en la juventud y en la sociedad en general; su potencial uso en el campo de la medicina; su marco legal, y el lugar que ocupa en la economía formal e informal, así como su posible legalización y/o despenalización con el fin de atestar un golpe al narcotráfico.
Aún con la polémica entre liberales y conservadores, derechas e izquierdas, el camino para la legalización en México está cada vez más cerca de llegar a su destino y esta semana fue de nuevo tema de discusión en el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Aunque la deliberación del martes 28 se pospuso para la próxima semana, se puso sobre la mesa el declarar inconstitucionales partes de varios artículos de la Ley General de Salud que prohíben el uso y cultivo de la ´weed´ con fines recreativos, pero manteniendo la prohibición comercial.
Esto en base a un amparo promovido a la Cofepris por la organización Sociedad Mexicana del Autoconsumo Responsable y Tolerante (Smart) desde el 2013 para que se les autorizara cultivar y consumir marihuana, documento que presentó en la Primera Sala del Máximo Tribunal el magistrado liberal, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
Según su ponencia, se considera inconstitucional la prohibición del consumo personal de marihuana con fines lúdicos y que ello va en contra del desarrollo libre de la personalidad además de que, aseguran, se basa en un prejuicio sustentado en valoraciones morales y no en estudios científicos.
“La imposición de un estándar único de vida saludable no es admisible para un Estado liberal”, sostienen, por lo que se pone a consideración el sembrar, cultivar, cosechar, preparar, poseer y transportar el estupefaciente “cannabis” (sativa, índica y americana o marihuana, su resina, preparados y semillas).
Fuera prejuicios
Sobre el tema, que sigue generando controversia nacional, se pronunció el ex alcalde y actual coordinador de la fracción del PAN en Cabildo, Jorge Figueroa González, quien desde mediados de la década de los noventas ha manifestado su postura a favor de la legalización de la marihuana.
Y es que aunque varios diputados y líderes morales panistas y priístas en este y otros estados, así como el propio Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, se han manifestado en contra de esta medida, también hay quienes se abren a los cambios del nuevo milenio y argumentan los efectos positivos de la propuesta.
“Al autorizar el consumo con fines medicinales o recreativos no va a disminuir el vicio, es más, es posible que aumente un poco, pero creemos que si se despenaliza y se le da un uso normal, va a disminuir la violencia y la muerte de inocentes”, señaló el galeno sanluisino.
El principal beneficio, asegura, es disminuir la violencia y debilitar al narcotráfico, así como tratar a los consumidores como enfermos a quienes se les pueda brindar una alternativa para el tratamiento de su adicción.
Sobre todo, anotó, la promoción enorme que hacen los cárteles de la droga en los distintos grupos sociales con el dinero que obtienen de la venta de la marihuana; al legalizar se les disminuye el financiamiento y bajan los índices de violencia.
Ello sin soslayar que a los mexicanos se les agregaría un vicio más de los que ya se tienen, afirmó, y en sustancias incluso más peligrosas y dañinas, y que han provocado más muertes que ´Mary Jane´ como el alcohol, la nicotina (tabaco) o hasta el café, por lo que en todo caso, admitió, “de los daños, el menor”.
“… a lo largo de la historia ya se ha visto que en la medida que se reprimieron estos vicios el consumo aumentó y también la violencia, como lo vimos con la Ley Seca en Estados Unidos, pero una vez que se legalizó, se logró reglamentar y que se pagaran impuestos; ahora hasta el alcohol promueve y patrocina al deporte”, expresó.
Además, recordó, no se ha registrado una sola muerte relacionada directamente al consumo, o bien, por sobredosis de marihuana en todo el mundo.
Por el bien de todos
Sin embargo, la idea es que a final de cuentas el consumo de la marihuana tienda a disminuir como ha ocurrido con otras drogas que han desaparecido, sin embargo, al prohibir algo, es como si se estimulara, anotó Jorge Figueroa.
“Si se libera el consumo, y se ponen requisitos, condiciones, pago de impuestos, prácticas de rehabilitación, se tiende a disminuir el vicio a la larga, por lo que ahora que se abre la discusión en México sinceramente a mí me da mucho gusto”, externó.
Además, puntualizó el panista, por mucho que haya quienes se rasguen las vestiduras, no hay manera de frenar el consumo de la marihuana y hacia ese rumbo se dirigen todas las tendencias, como en los noventa lo previera en un estudio el New York Times, que contempla que para 2025 el cannabis será de consumo universal.
“Es demasiado el placer de la adicción y el dinero que obtienen los cárteles al revenderla, no no no, hay que liberarla; y en última instancia se está respetando al ser humano su libre derecho, ¡a ponerse hasta atrás cuando quieran! Mientras respeten las leyes que la sociedad impone, si tú quieres drogarte, hazlo en tu casa, dentro de las reglas, como el alcohol”, declaró.
A pesar de la polémica que genera el tema, agrego, México y el mundo van por el camino correcto, como ya se ha visto en otros países en donde ya es legal el consumo recreativo de la mota.
Figueroa González consideró también que está consciente de que el tema causa pánico entre las familias, los medios escolares y otros sectores de la sociedad que no le quieren entrar, aunque en un largo plazo se verán los beneficios.
Los valores deberán inculcarse desde el hogar como se ha hecho desde siempre con el alcohol, pues ningún padre de familia, ejemplificó, permitiría que sus hijos menores lo consuman, o fumen tabaco.
Desde otro punto de vista, indicó, la marihuana ha tenido efectos positivos entre quienes consumen otras drogas y los ha ayudado a dejarlas, e inclusive puede ayudar a reducir tantos problemas de violencia intrafamiliar que provoca el alcohol, la cocaína, la heroína o la metanfetamina.
Por otra parte, el edil albiazul consideró que fumar hierba no es equiparable a los efectos y niveles de adicción de las drogas duras que esclavizan a los usuarios, además de que legalizarla sería una forma de controlar el problema, administrarlo y generar recursos para ayudar a los adictos al cobrar impuestos.
“El tabaco y el alcohol son mucho más dañinos que la marihuana, no hay muertos por sobredosis de marihuana pero sí muertos por los excesos con otras drogas o los accidentes que provocan, entonces tiene ciertos efectos positivos para asimilar esa posible despenalización”, asentó.
La voz de la oposición de
En contraste, y al igual que otras voces en contra, la Iglesia fija su postura en contra de la legalización del consumo del cannabis pues desde la Arquidiócesis Primada de México hasta la comunidad católica sanluisina, coinciden en que eso solamente estimularía las adicciones y afectará a los jóvenes mexicanos.
“Primero atentaron contra la vida de los no nacidos, después arremetieron contra valores e instituciones fundamentales del derecho civil, ahora toleran y promueven una sociedad adicta y enferma, la ciudad ´pacheca´”, señala la publicación del semanario católico Desde la Fe ante la posibilidad de legalizar la yesca.
Aunque en un sentido conservador más moderado, el Padre Germán Orozco Mora, de la Parroquia de Fátima en esta ciudad igualmente opinó que aunque se trata de una droga blanda se trata de una preocupación porque mientras la sociedad lucha contra la adicción a las drogas, un vicio más sería legal.
Consideró que se trata de una medida que responde a la globalización y presiones de Estados Unidos, que probablemente tiene la intención de comercializar la droga y capitalizar sus ganancias.
No obstante, reconoció que aunque no es legal en el país, es una infinidad de gente que la consume, incluyendo políticos, magistrados, policías y soldados, al igual que quienes la utilizan para diferentes fines de todos modos, por lo que la legalización solamente abriría la puerta a que se incrementara aún más el número de personas que la usan.
El problema sin embargo, es que el legalizar la marihuana no ayuda en nada a quienes se dedican a la labor de luchar contra las adicciones o curar a personas que han sido dependientes de las drogas y que han pasado ya por todo ´un infierno´ por tratar de dejarlas, mencionó.
Eso aunado a que todavía hacen falta estudios más profesionales y objetivos sobre los verdaderos efectos a corto y largo plazo del consumo de la planta y que se ponga a consideración después de la sociedad, un proceso que debería llevar años en análisis para tomar en cuenta todos los factores que implicaría que la ley permitiera el consumo recreativo.
Es más viable, anotó el sacerdote, que se permita el uso medicinal de ´maría´ como con otras drogas cuyo uso en ese ámbito es de mucha ayuda, como la morfina.
Mundo verde
Sin duda, el cannabis hoy en día representa una discusión de carácter social, económico y cultural pues además de estar presente constantemente entre las nuevas generaciones y en los medios de comunicación como una tendencia, tiene raíces profundas en nuestra historia y cultura como mexicanos, asociada incluso con deidades católicas y prehispánicas.
Por generaciones, la marihuana se ha usado de forma tradicional para aliviar reumatismos con la pócima de las abuelas preparada con alcohol, ajo y cannabis, para aplicarse en las zonas afectadas.
También tiene uso ritual entre la comunidad de los otomíes de la Huasteca Veracruzana, quienes adoran a la hierba y la reconocen como Santa Rosa, por lo que hacen uso de esta en sus ceremonias rituales para comunicarse con lo sagrado, para predecir el futuro, recibir el perdón divino, sabiduría, protección, y alivio de diversas enfermedades.
En medio de esas costumbres y tradiciones, también se sitúan las investigaciones en la medicina respecto al uso de la planta, que hoy en día ha probado su efectividad en el tratamiento de enfermedades como epilepsia, cáncer, o síndrome de estrés post-traumático, entre otros.
Este año, en Estados Unidos la máxima autoridad sanitaria expresó su interés sobre lo que la ciencia puede aprender de la marihuana y apuntó que los daros preliminares muestran que “para cierta condiciones y síntomas médicos, puede resultar útil”.
Esto sin dejar de lado que en algunas circunstancias podría resultar dañina y peligrosa pues en algunas personas podría desatar ataques graves de ansiedad y otros estudios sugieren que puede desencadenar la aparición de esquizofrenia entre quienes tienen una predisposición genética de la enfermedad.
Pese a ello, se cree que sirve como analgésico, antiemético, broncodilatador y antiinflamatorio, además de que puede auxiliar a regular funciones vitales del cuerpo como proteger al cerebro contra traumas y estimular el sistema inmunológico.
Es precisamente en el campo de la marihuana medicinal en el que México se ha abierto ya con el caso de la pequeña Grace en Monterrey, Nuevo León, una niña de ocho años que padece de una forma agresiva de epilepsia llamada ´Síndrome de Lennox-Gastaut´.
Para el tratamiento de Graciela Elizalde Benavides, los padres se aferraron para que se les permitiera importar un medicamento experimental de nombre ´Epidiolex con Cannabidiol, que tiene como base la marihuana, ya que otros tratamientos no han funcionado en ella.
Ante esta petición, el Juez Tercero en Materia Administrativa dio autorización de permitir el ingreso del medicamento a México y la misma Cofepris reconoció que no se observaron actitudes negativas en torno al caso por parte de la Secretaría de Salud.
Casos similares se han visto en Estados Unidos y otros países en los que se suministra Cannabidiol a otros niños que padecen de distintos tipos de epilepsia y que hoy responden positivamente al tratamiento.
Otra parte de la discusión tiene que ver con la economía y la seguridad nacional; los más recientes estudios indican que la marihuana representa ingresos por más de 2 mil millones de dólares para el crimen organizado pues México suministra el 25 por ciento de la demanda en Estados Unidos, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad.
Por lo pronto, sin embargo, y con estos y muchos otros datos a consideración el tema seguirá discutiéndose en la Suprema Corte de Justicia en el transcurso de la próxima semana, aunque se prevé que el fallo tardaría de seis meses a un año por la extensión y complejidad del tema a analizar. @
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