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La clave de la información

Doña Blasa “La Tortillera”

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Germán Orozco Mora

Doña Blasa amasaba y hacía tortillas en el comal de leña a temperaturas húmedas de más de 50 grados Centígrados en la costa nayarita de Tuxpan. Para soportar semejante trabajo, en la tortillería casera sembraba mariguana, que fumaba diariamente para soportar el calor costeño y de la fogosa tortillería.

Quién sabe si en la amasada doña Blasa mezclaba un poco de yerba con el maíz que consumían los lugareños. Pero ella aguantaba el ardiente trabajo y la vida, así. Al llegar a la tortillería era común ver a Doña Blasa fumando mariguana. Y todos sabían y nadie renegaba de la tortillera.

¿Qué la mariguana es inofensiva, no hace mal? Bueno, un amigo me contó cómo un estudiante y sus compañeros universitarios ya mariguanos en la madrugada en su escuela les dio por entrar a la oficina y robarse una máquina de escribir –moderna entonces-; al verse sorprendidos todos huyeron, menos Flavio que bajo los efectos de la cannabis afirmaba a los guardias que la máquina era suya, pero ésta traía la plaquita metálica distintiva de la universidad. El estudiante mariguano no quiso delatar a sus compañeros y fue vetado en todas las universidades del país.

¿Ha sabido usted que muchos delincuentes asalten, roben, maten, por robar en licorerías, autoservicios, abarrotes; los mariguanos o drogadictos no roban o cometen delitos? ¿No es cierto que en Baja California casi el 90% de los delitos son para seguir consumiendo drogas? Y entonces ¿para qué quieren legalizar la mariguana? ¿Se acabaron los crímenes, delitos, robos, asesinatos, con la legalización del alcohol, o resultó peor? ¿Los menores de edad, preparatorianos tienen obstáculos para conseguir y consumir alcohol y drogas?

Un conocido, consumidor de mariguana en sus épocas juveniles, me confiesa que la mariguana es desestresante y mantiene a la persona calmada; pero el vicioso si tiene la oportunidad de escoger entre pastillas, cocaína u otra droga más fuerte, hace a un lado la cannabis. Quizá por eso muchos “profesionistas” y políticos, no fuman mariguana por la pestilencia singular que tiene y prefieren los “polvos” o pastillas. A fin de cuentas es lo mismo.

Todos queremos evadir nuestras responsabilidades laborales, cotidianas. En particular las preguntas relacionadas con nuestro modo de vivir y existir. En especial como decía el filósofo español José Ortega y Gasset, “lo que más nos cuesta a las personas es no tanto el hacer , sino el ser”. Marx decía que la religión era el opio del pueblo. Y hoy en la “modernidad” del marxismo freudismo, el gran Viktor Frankl expresa que el opio del pueblo es la religión mal llevada.

Doña Blasa “la tortillera” fumaba mariguana para aguantar el calor costeño y del comal. Hace más de 70 años. ¿Si van a legalizar el consumo de la mariguana pestilente, por qué no legalizar la cocaína, la heroína, el cristal; no todos tienen para comprar un Johnny Walker por eso compran un litro de Viva Villa por 25 pesos, aunque les produzca ceguera. ¿Llegará el día que vayamos a la farmacia o un autoservicio a comprar drogas como compramos tabaco o bebidas alcohólicas?

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