La lucha contra el VIH no termina
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En pleno Siglo XXI con todo y su revolución tecnológica, social y cultural, hay tabúes y estigmas que prevalecen como los que tiene que ver con el tema del VIH y la discriminación hacia quienes viven con la enfermedad, lo que repercute gravemente en la desinformación y, en consecuencia, en el área preventiva, un factor que puede significar una diferencia entre ser ´positivo´, o no
Bibiana García Garza
Ante un panorama mundial de 36.9 millones de personas que viven hoy en día con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), 122 mil 724 de éstas en México, la cantidad de nuevos casos refleja un considerable descenso del 35 por ciento en relación con las cifras del año 2000.
Esto representa que el curso de la pandemia se ha ´estabilizado´ a nivel internacional, tomando como referencia que el ritmo de contagios hace 15 o 20 años ocurría de manera exponencial.
Por otra parte, el incremento de personas que viven con el virus se debe también a que el tratamiento de la enfermedad se ha vuelto más efectivo y garantiza mayores expectativas de vida para los pacientes, a diferencia de que en el pasado ser diagnosticado con VIH representaba prácticamente una sentencia de muerte.
Inclusive, en estos tiempos, el VIH en México y el mundo no constituye una de las principales causas de muerte, a excepción de algunos países como Brasil o África subsahariana
Sin embargo, aún quedan muchas batallas por librar al referirse al tema del VIH/Sida, aseveró el titular del departamento de Epidemiología de la Secretaría de Salud en San Luis Río Colorado, principalmente para combatir la discriminación y la falta de información sobre la enfermedad, las formas de contagio y la convivencia con personas seropositivas o que ya desarrollaron el virus.
Actualmente en San Luis Río Colorado, refirió Alfredo Sánchez Núñez, se tienen registrados cinco casos, dos de éstos son portadores del virus o seropositivos, y tres que ya desarrollaron la enfermedad que ataca el sistema inmune.
Esto significa que desde hace algunos años no se ha presentado un repunte ´alarmante´ de casos, al menos registrados oficialmente, a pesar de la situación migratoria de esta ciudad fronteriza, aunque se sabe que pueden existir casos conocidos como de ´prevalencia oculta´.
Dentro de esos casos se encuentran aquellas personas que desconocen que son portadores del virus, y quienes están conscientes de ello pero reciben tratamiento en alguna otra parte, o en instituciones privadas.
Por ello, señaló el galeno, hoy más que nunca las instituciones de salud pública en México hacen énfasis en promover la detección oportuna de la enfermedad a través de programas como el que se promoverá este viernes 27 de noviembre a través de las actividades del ´Día Nacional de la Prueba de VIH´.
La finalidad, como lo dice el eslogan de la campaña, es exhortar a la población a que se haga la prueba y no se “esconda” del VIH, porque el Sida pueden encontrarlo en algún momento, remarcó.
Cabe mencionar que esta prueba es rápida, segura, anónima y estrictamente confidencial, además de, por supuesto, voluntaria, y se estará ofertando en los centros de salud de este y todos los municipios del país.
La discriminación, más terrible que la enfermedad
En el marco de las campañas para combatir el VIH, reiteró Sánchez Núñez, es fundamental retomar también la lucha contra la discriminación que a pesar del paso de los años y los avances sociales y culturales, sigue siendo un obstáculo, junto con estigmas y tabúes que sólo generan más desinformación.
Esa ignorancia puede llegar a evitar que las personas se rehúsen a hacerse la prueba de detección de VIH, o que se rechace y segregue a las personas que viven con el virus o han desarrollado ya la enfermedad, advirtió.
Por desgracia, señaló, el fantasma de la discriminación todavía hace eco en la sociedad mexicana, aún en instituciones de salud o entre los propios familiares de los pacientes, un hecho que psicológica y anímicamente puede influir a tal grado de deteriorar aún más la salud del paciente.
El estigma exacerbado por el miedo al contagio y la carga de prejuicios asociados a la actividad o preferencia sexual de las personas afectadas por la infección juegan un papel importante, representando una barrera más para combatir la enfermedad.
Ello a pesar de que, recordó el especialista en Epidemiología, el contagio de la enfermedad únicamente puede ocurrir por la vía sexual (en la gran mayoría de los casos), por compartir jeringas (generalmente en el caso de adictos a drogas intravenosas como la heroína), por transfusiones sanguíneas, o por la vía natal, cuando una mujer embarazada tiene el virus y lo contagia al bebé durante el parto.
No obstante, todavía se tiene la creencia de que el simple contacto con la persona que tiene VIH puede conducir al contagio cuando eso no sucede ni por el tacto, ni por la saliva o por la convivencia cercana, precisó.
Además, debido a que cuando surgieron los primeros casos en Estados Unidos a principios de la década de los 80 se observaba una tendencia elevada de casos en hombres homosexuales, el prejuicio se quedó en la memoria colectiva para señalar que “sólo los gays pueden adquirir el VIH”.
Hoy en día, esa tendencia es casi igual entre hombres homosexuales y heterosexuales, así como entre mujeres amas de casa que son directamente contagiadas por su pareja, lo que en muchos casos resulta también en embarazos con los cuales se contagia el virus al recién nacido.
A pesar de esos datos, los prejuicios persisten y marcan la pauta de la discriminación y el rechazo que contribuyen al propio deterioro de la salud de los pacientes por depresión y aislamiento social.
“Todavía en estos tiempos seguimos teniendo el problema de la discriminación ya sea en las colonias, en los barrios o hasta en las redes sociales cuando se sabe que una persona tiene VIH, lo segregan y lo rechazan, por lo que hacemos un especial énfasis en infundirle a la gente, sobre todo a las familias, que no contribuyan a ese rechazo”, expresó.
Contrario a lo que pudiera pensarse, esa problemática se observa inclusive, dijo, en las unidades hospitalarias en donde todavía se encuentra presente la estigmatización y una actitud de tomar distancia por el temor al contagio.
De ahí que se tiene que luchar constantemente con el impulso de campañas de información general para recordarle a la gente que no hay riesgos de contagio más allá de las formas que ya se conocen, pero no por el contacto, la saliva o respirar el mismo aire que una persona enferma, agregó.
“Está comprobado que hace más daño la discriminación que la misma enfermedad porque la persona entonces tiende a relegarse y a no querer salir o tener contacto social, y con ello se está condenando al paciente a que su etapa de infección se acelere, en caso de ser seropositivo, o a que se complique su problema si ya ha desarrollado la enfermedad”, abundó.
Al ser esta una ciudad fronteriza, añadió, también pueden observarse actitudes más conservadoras y discriminatorias de los familiares de personas que vienen del interior de la República, lo que orillan a los enfermos a deteriorar su salud de diferentes maneras, a pesar de que los tratamientos que se ofertan hoy en día son más accesibles, más efectivos, gratuitos e incluso, se deben ofertar por ley sin ninguna distinción.
Para combatir esas prácticas de rechazo se promueve constantemente la estrategia “cero” en la que se busca alcanzar un nivel de cero contagios, cero defunciones y, sobre todo, cero discriminación, destacó Sánchez Núñez.
La prevención como única aliada
Aunado al combate de la discriminación, las instituciones de salud a nivel internacional se esfuerzan por difundir los principales métodos para prevenir los contagios, como el uso del preservativo, con un 99.8 por ciento de efectividad.
Inclusive, también entre los usuarios de drogas intravenosas se promueve el evitar compartir agujas así como en los hospitales y bancos de sangre se cuenta con medidas de seguridad para evitar transfusiones de sangre contaminada ya sea con VIH o Hepatitis C.
Esto porque a pesar de las campañas que se han realizado en todo el mundo a lo largo de más de 30 años tras el surgimiento del VIH/Sida, las nuevas generaciones desconocen en qué consiste la enfermedad o cómo evitar los contagios.
Lo más grave es que en ocasiones los jóvenes sí están conscientes de los riesgos y aun así se exponen, lo que también se refleja en la infinidad de casos de embarazos adolescentes que se suscitan todos los años, esos sí, de manera exponencial.
De acuerdo a las estadísticas del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de VIH/Sida y del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH y el Sida (Censida), la incidencia de casos está entre personas del sexo masculino de entre los 19 y los 45 años de edad.
Por ello, en el marco del Día Mundial de la Lucha contra el VIH/Sida que se conmemora el día 01 de Diciembre, se intensifican las actividades en las que se promueve información sobre prevención en escuelas, centros de rehabilitación, empresas y distintos grupos sociales a nivel internacional pues sólo así será posible, coinciden especialistas en el tema y autoridades de salud, abatir el problema de raíz.
“Hay que tocar el tema hasta el hastío, así como promover la detección a tiempo y la lucha contra la discriminación y la desinformación, es muy importante que la gente se concientice”, asentó.
Precisamente los jóvenes de hoy, mencionó, son quienes debieran estar mayormente informados sobre la enfermedad siendo que pertenecen a una generación que llegó en tiempos en los que el Sida estaba diezmando a la población.
El lazo rojo, símbolo de responsabilidad social
En relación a la concientización social, el doctor Alfredo Sánchez subrayó que en el marco del 01 de diciembre también destaca el portar dignamente el lazo rojo así como reconocerlo como un símbolo de conciencia y responsabilidad, no como una moda o una tendencia sin importancia.
“Es importante que cuando alguien vea el lazo rojo y a la persona que lo porte que reconozca el por qué se lleva puesto, que se sepa que se trata de una persona que defiende el apoyo a los pacientes, que promueve la prevención y el alto a la discriminación así como atención médica adecuada a quienes viven con VIH”, declaró.
Asimismo, dijo, se trata de una muestra de respeto y conmemoración a las casi 30 millones de personas que han muerto en el mundo a causa de esta enfermedad a lo largo de más de 30 años.
“Tenemos que tomar conciencia de que todos en la sociedad estamos relacionados con este problema”, comentó, en tanto que en algún momento de nuestras vidas podemos estar cercanos a una persona que tenga VIH o Sida, por lo que el deber social y humano que corresponde es la solidaridad con la causa, con los pacientes, y con poner un alto para evitar más muertes y sufrimiento a causa de una enfermedad que puede prevenirse.
En cifras
Desde 1983 hasta el segundo trimestre del 2015 se han detectado 176 mil 730 casos en México, de los cuales 122 mil 724 se encuentran vivos, esto con un incremento en el 2014 de 9 mil 888 casos, 5 mil 083 de seropositivos, y 4 mil 805 de Sida.
Hasta el mes de junio del presente año, se han diagnosticado 3 mil 805 nuevos casos, mil 953 de VIH, y mil 852 de Sida.
En esta ciudad actualmente existen cinco casos, tres de Sida y dos seropositivos, y el año pasado se registraron siete muertes por esta causa, informó el titular de Epidemiología del Hospital General en San Luis Río Colorado.
Por otra parte, se tiene registro de que para finales del 2013 se habían detectado un total de 3 mil 224 casos en el estado de Sonora, una cifra relativamente menor a la del Distrito Federal, en el que se contabilizaban hasta entonces un total de 25 mil 907 casos.
Entre las entidades en donde se registran la mayoría de lso casos a nivel nacional también se encuentra el Estado de México con 17 mil 702 casos; Veracruz con 15 mil 357 y Jalisco en donde hasta el año antepasado se registraron 12 mil 578 casos.
En América Latina se calcula que 1.7 millones de personas viven con VIH y han muerto 41 mil niños y adultos por esa causa; la mayor parte de los pacientes (75 por ciento) se concentran en Brasil, Colombia, México, y la República Bolivariana de Venezula,
En las estadísticas América del Norte y Europa Occidental y Central figuran con 2.4 millones de personas infectadas.
No obstante, a nivel internacional la mayoría de los casos radican en África subsahariana con 25.8 millones de personas con VIH, y una tasa de mortandad de 790 mil niños y adultos.
Con base en las estadísticas de Onusida (Unaids) el año pasado fallecieron 1.2 millones de personas en todo el mundo por Sida, una cifra que se redujo en comparación a la del 2009, en que se registró la muerte de 2 millones de personas.
Cabe recordar que entre 1981 y el 2007, el Sida había causado la muerte de alrededor de 25 millones de personas en todo el mundo.
Hasta la fecha, no ha sido posible encontrar una cura a la enfermedad pero los tratamientos para debilitar el virus que ataca el sistema inmunológico cada vez son más eficientes y proporcionan al paciente más y mejores expectativas de vida. @
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