Una plaga podría exterminar todos los plátanos que se venden en los supermercados
[vc_row parallax=”” parallax_image=”” hide_border_bottom=”” dark_section=”” no_bottom_padding=””][vc_column width=”1/1″][vc_column_text]Una plaga seguramente termine con el 99% de los plátanos de la variedad Cavendish en todo el planeta en los próximos años, por culpa de una nueva cepa de la fusariosis del banano, más conocida como enfermedad de Panamá. Esa es la demoladora conclusión de un estudio publicado en la revista científica PLOS Pathogens del que se hace eco el diario Wahington Post.
La predicción, que puede parecer apocalíptica, está sin embargo apoyada por el razonamiento científico más básico, puesto que no se conoce ninguna forma de combatir esta nueva variante de la enfermedad, que debilita la planta del banano, y ni siquiera hay métodos para impedir su contagio entre los grandes monocultivos de esta popular fruta.
Tampoco los precedentes permiten ser halagüeños: si ahora casi todos los plátanos brillantes y amarillos del supermercado dejan claro que pertenecen a la apetecible variedad Cavendish, hace unos años las estanterías estaban repletas de la variedad Gros Michel.
Seguramente ningún lector la recuerde, pero Gros Michel era entonces la única variedad de plátano que duraba lo suficiente como para ser exportada. Y en sólo unas décadas la Gros Michel casi se extinguió.
La nueva mutación de la Enfermedad de Panamá, que pese a su nombre fue descubierta por primera vez en Australia a comienzos del siglo XIX, ha sido bautizada como Tropical Race 4 y es sólo cuestión de tiempo que vaya infectando las plantaciones de plátanos de todo el planeta.
El problema con la Enfermedad de Panamá es que es en buena medida el resultado de la forma de cultivar los plátanos destinados al mercado internacional: son plantas clónicas unas de otras. Eso permite a las grandes compañías grandes ahorros de costes en el control de la producción, pero a cambio expone a la variedad del monocultivo a un gran riesgo si se enfrenta a una enfermedad contra la que no puede luchar.
Para colmo, la extinción de la variedad Cavendish no sería una noticia tan horrible si no fuese porque no hay reemplazo: no existe hasta la fecha en el mercado otro tipo de plátanos que sean resistentes a la nueva cepa.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]