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El Eslabón Perdido \ El Chapo, Sean Penn y la señorita Kate

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Humberto Melgoza Vega

Todavía no se apagaba el jolgorio entre los integrantes del pomposamente llamado gobierno de la República por la reaprehensión del Chapo Guzmán, cuando salió una nota que les mató la cura.

El presidente Peña Nieto, muy al estilo de los gringos, escribió en su cuenta de Twitter el mismo viernes a las 10:30 de la mañana: “Misión cumplida. Lo tenemos…”.

En una reunión entre cancilleres de varias partes del mundo, en donde se encontraba la plana mayor del gobierno federal, mientras que el presidente acudía a la funeraria Gayosso a darle las condolencias a la familia de Joaquín Gamboa Pascoe, nonagenario líder de la CTM, cometieron incluso el despropósito de ponerse a cantar nuestro glorioso Himno Nacional.

“…Uuun soldado en cada hijo te dio”, cantaron a coro, con el pecho henchido de orgullo.

Abrazos, aplausos y todo tipo de felicitaciones ponían al presidente y a los marinos a la altura de salvadores de la patria al poner de nuevo tras las rejas al enemigo público No. 1, quien los había puesto en ridículo en julio del año pasado, no porque con su captura se fuera a terminar la violencia que azota nuestro país sino porque estaban en riesgo las 12 gubernaturas que estarán en disputa este 2016.

Así, mientras que el presidente y su gabinete celebraban, junto con un sector de la prensa aplaudidora de la que abunda en nuestro país, salió a la luz pública la entrevista que el actor Sean Penn hizo para la revista estadounidense Rolling Stone para aguarles la fiesta.

De un día para otro, de la recaptura del capo sinaloense, la opinión pública se ocupó de la polémica entrevista, en la que fungió como intermediaria la actriz Kate del Castillo, quien se tomó muy en serio su personaje de ficción como La Reina del Sur el cual trasladó a la vida real para convertirse en socia, amiga íntima y confidente del Chapo Guzmán.

La primer entrevista concedida por el Chapo a un medio internacional irritó al gobierno de México como al de Estados Unidos, quienes más allá del dilema ético consideraron ilegal el haber tenido conocimiento de la ubicación del narcotraficante y no dar aviso a las autoridades, como si fueran unos soplones.

Lo que en realidad les molestó es que, con toda la tecnología y recursos a su disposición el fugitivo hubiera sido encontrado primero por unos civiles, aunque deliberadamente permitieron que el encuentro se concretara para así ubicar al capo y lograr su captura.

También, algunos periodistas y agrupaciones del gremio cuestionaron a Sean Penn no tanto porque no sea formalmente un periodista o por el posible conflicto de interés sino por la envidia de haber logrado la entrevista exclusiva que cualquier reportero hubiera deseado, aun con el riesgo que esto representa.

El Chapo Guzmán, vanidoso, quería que se hiciera una película biográfica en la que se narraran todas sus hazañas, proyecto en el que se interesó la actriz Kate del Castillo, quienes se enredaron en una especie de amor platónico de consecuencias aún incalculables. Pero estaba visto que el capo, quien no habría tenido ningún problema para producir el filme, al menos de tipo económico, hubiera estado interesado en que se contara solo la parte bonita de su negocio, con el que da para ayudar a mucha gente, pero que en esencia corrompe, destruye a sociedades enteras y genera una alta criminalidad.

Antes que a Sean Penn, la posibilidad de un encuentro para contar la historia del Chapo había sido ofrecida en mayo de 2014 al periodista Patrick Radden, colaborador del New York Times, quien elegantemente declinó la tentadora oferta hecha por uno de los abogados de Guzmán Loera.

“El arreglo probablemente hubiera sido ilegal: al ayudar de alguna manera con un libro de memorias podría haber entrado en conflicto con el Departamento del Tesoro, que había decretado sanciones contra Guzmán y su organización en virtud de la llamada Ley Kingpin”, mencionó el periodista a la luz del escándalo suscitado por el encuentro entre los actores y el narco.

“Todo el escenario se sentía como el primer acto de una obra de suspenso en la que el infortunado escritor de revista, cegado por su deseo de primicia, no necesariamente sobrevive al tercero”, razonó en su momento para rechazar la entrevista, la cual en octubre de 2015 sí fue concretada por Sean Penn y que al final no salieron en buenos términos.

Aparte de estar siendo investigado por el gobierno de ambos países, Sean Penn salió de broncas con El Chapo porque no respetó algunos comentarios que le hizo “fuera de libreta”, porque editó algunas de sus respuestas y porque otras de plano las omitió, como hizo el jefe del cártel de Sinaloa con algunas preguntas que el actor le envió por escrito y que quizás le parecieron demasiado incómodas.

Lo que algunos puristas del oficio más bello del mundo también vieron con malos ojos es que El Chapo haya condicionado la publicación de la entrevista a revisarla primero, para dar el visto bueno para su publicación. Tal cual fue el compromiso y como pudo, porque para entonces ya traían encima a las autoridades de ambos países, Kate le envió el escrito, el cual fue regresado por Joaquín Guzmán con un montón de tachaduras y observaciones, en algunos tramos francamente molesto y hasta amenazante, sugerencias que no fueron tomadas en cuenta en la publicación que ya circula desde el 9 de enero, justo un día después de la recaptura del Chapo.

Entre las precisiones que el Chapo le hizo a Sean Penn, cuando refirió a su primer fuga del penal de Puente Grande, Jalisco, el 19 de enero de 2001, supuestamente escondido en un carrito de lavandería, se desprende una bomba informativa, según dio a conocer la revista digital Slate: “Esta no es la verdadera historia, como te la conté. Yo peleé por mi fuga matando a 20 guardias armados usando las partes de un carrito de lavandería. ¡El gobierno nunca va a admitir nada de esto! Yo nunca viajaría escondido en un carro de lavandería cubierto por sábanas”.

Pues sí, como dicta la Ley de Murphy, si algo puede salir mal, de seguro saldrá mal. Si no lo creen, pregúntenle a Kate del Castillo.

Nos vemos en la Puerta del Sol para festejar el 10 Aniversario de la Contra. Gracias por todo.

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