No lo den por muerto
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El Eslabón Perdido
Humberto Melgoza Vega
“Qué buena noticia”, escribió en su cuenta de Twitter hace un par de días Rodrigo Bours Castelo, cuando se enteró del anuncio hecho por Manlio Fabio Beltrones, poderoso dirigente nacional del PRI, quien anunció ante un selecto grupo de periodistas que no buscaría la Presidencia de la República en el 2018.
Los detalles de la reunión, celebrada en una comida en un restaurante de la Ciudad de México, fueron consignados por el periodista Ciro Gómez Leyva en su columna de El Universal.
-¿Y por qué no?, le preguntaron.
-Porque sería inequitativo y desleal, respondió.
“Además se me partiría el PRI. Mira lo que está pasando en el PAN. Imagínate su estuviera saliendo en los spots de radio y televisión todo el día. Cómo le pediría unidad a los candidatos en los estados, lo que ya de por sí es bastante complicado. Cómo los convencería de que hay un proyecto común, neutral para el partido.
“Mi papel en la presidencia del partido es otro, no puedo moverme y estar dejando la sospecha de que esto trabajando para ser el candidato. No lo voy a hacer”.
De acuerdo a lo publicado por Ciro, cuando les hizo esta confidencia Manlio Fabio estaba relajado y hasta de buen humor. Venía de Colima donde el PRI ganó la elección extraordinaria con José Ignacio Peralta como candidato.
José Luis Preciado, el abanderado del PAN, reconoció su derrota y ya no tuvo ánimos ni de reclamar, luego de las llamadas telefónicas filtradas por Anonymous –el grupo de hackers sin rostro– en donde se escucha cuando le ordena a su amante que aborte la criatura que traía en el vientre, producto de su relación extramarital.
A pesar de que esta primera victoria del año dentro de las otras 12 gubernaturas que están en juego en 2016 debería animarlo en su sueño dorado de ser presidente de México, el sonorense se está tomando las cosas con calma.
En anteriores entrevistas había dejado abierta la posibilidad de participar, condicionándolo a los resultados que se obtuvieran en las elecciones para las gubernaturas. Pero en esta ocasión algo cambió que lo descartó de plano.
Actualmente, el ex gobernador de Sonora y líder del priismo nacional se encuentra en el mejor momento de su carrera política. Ya en el 2012 se hizo a un lado porque entendió que era imposible disputarle la candidatura a Peña Nieto, producto comercial bien acabado con la asesoría de Televisa, quien aprovechó su carisma y su matrimonio con la actriz de telenovelas Angélica Rivera por meterse en el gusto de los mexicanos, sobre todo entre las clases populares que han sido educadas con la filosofía del Canal de las Estrellas.
Si decide tampoco buscarla en esta próxima elección, quizás estaría dejando pasar su última oportunidad, ante el empuje que están teniendo las nuevas generaciones de políticos.
Beltrones está consciente que no es del equipo cercano de Peña Nieto, no forma parte del círculo íntimo del presidente donde se percibe al secretario de Educación, Aurelio Nuño como su delfín, sin descartar la posibilidad de Miguel Angel Osorio Chong más los que se acumulen en la recta final del sexenio.
Sin embargo, tampoco podemos dar por muerto a Manlio Fabio.
Si alguien conoce el sistema político mexicano desde sus entrañas es el mismísimo Manlio, alumno aventajado de don Fernando Gutiérrez Barrios, el policía político por excelencia, y sabe dónde y cuándo hay que apretar las tuercas.
Ahorita, trepado en lo más alto de la pirámide, disfruta ser el poder tras el trono en la gubernatura de Sonora y se dedica a promover con ahínco a su hija Sylvana, a quien muchos ya ven como la próxima candidata al Senado, haciendo mancuerna con el diputado Pano Salido, primo hermano de la gobernadora Pavlovich.
Pero todavía falta ver qué es lo que dice el influyente clan Bours, encabezado por el ex gobernador Eduardo y por su hermano Ricardo, de quien se dice tenía asegurado un lugar de los dos que compiten por el Senado. Por lo pronto su hermanito Rodrigo ya celebró el reciente anuncio hecho por Beltrones.
“A mí que me den por muerto”, han dicho muchos políticos, y resulta que al paso de los años los vemos más vivos que nunca, peleando por las distintas posiciones.
Así es que no debemos descartar que esta se trate de una finta más de Beltrones, el maestro de las simulaciones.
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