[El Zancudo] La visita de Peña Nieto. Y la lluvia de amparos
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Arturo Soto Munguía
Acaso por ser la única mujer gobernadora en el país; acaso porque ésta ha probado su capacidad de cabildeo en el gabinete federal; acaso porque existe algún interés especial en mandar señales de que en Sonora ha comenzado una nueva era en la relación estado-federación y que en el sistema político mexicano, sigue siendo una mala idea pelearse con el presidente.
Vaya usted a saber por qué, pero Enrique Peña Nieto escogió Sonora como sede del evento para celebrar el 101 aniversario de la Fuerza Aérea mexicana; se hizo acompañar de los altos mandos militares; de importantes secretarios de Estado y de los gobernadores de Baja California, Sinaloa, Durango, Chihuahua y desde luego, Sonora, donde los reflectores nacionales cayeron sobre la anfitriona, Claudia Pavlovich Arellano.
Son los rituales, las formas de la política mexicana que, dicen, son el fondo. A saber, pero en los pasados tres años el presidente estuvo sólo una vez, en Puerto Peñasco el 22 de abril de 204 para la declaratoria de la Biósfera del Pinacate y el Gran Desierto de Altar como Patrimonio de la Humanidad. Fue la única vez que vino a Sonora durante el sexenio de Guillermo Padrés y una de las escasísimas veces que se les vio juntos.
En cinco meses del actual gobierno, ya ha venido dos veces, pero además han desfilado por Sonora casi todos los secretarios de Estado, todos ellos anunciando importantes apoyos para Sonora; el último: más de 2 mil 600 millones de pesos para el rescate carretero.
Ayer no hubo un anuncio espectacular como algunos esperaban, sólo los protocolos de excesiva seguridad siempre presentes en las giras presidenciales; los rituales de la política mexicana que se diseñan en Ciudad de México por gente que supone que febrero es un mes loco, pero no tanto como para rebasar los 33 grados, y ahí tienen a los invitados especiales enfundados en sus trajes negros; y a sus señoras en vestidos de noche con hilos en oro y plata, brillos y lentejuelas que encandilan bajo el quemante sol del desierto sonorense.
El presidente entregó las instalaciones del cuartel general de la Región Aérea del Noroeste y el Hangar del Escuadrón Aéreo 204, y anunció que seis aviones se quedan en esta base, para reforzar las labores de las fuerzas armadas.
En su discurso, que abrió con una remembranza a Luis Donaldo Colosio que este día estuviera cumpliendo 66 años, el presidente hizo un reconocimiento a las fuerzas armadas y exaltó los valores de lealtad y patriotismo. Lo usual.
Lo inusual fue la presencia en Sonora del polémico avión presidencial adquirido durante la presidencia de Felipe Calderón Hinojosa, estrenado por Enrique Peña Nieto y que Andrés Manuel López Obrador quiere vender cuando llegue a la presidencia en 2018. O sea…
Lo espectacular, el show aéreo de los avezados pilotos de la Fuerza Aérea que por una media hora mantuvieron con la boca abierta a la nutrida concurrencia en la base militar que colinda con la pista del aeropuerto internacional Ignacio L. Pesqueira, y que en algún momento espantó a más de cuatro, sobre todo cuando un avión supersónico se lanzó en picada directo a las gradas, aunque a considerable distancia recobró altura y se volvió a perder en el cielo hermosillense, dejando a muchos con la boca seca y el corazón desbocado.
Lo pueblerino: el agradecimiento que con sorna hicieron algunos ciudadanos en redes sociales, porque con la visita del presidente por fin se pintaron rayas blancas y amarillas para señalizar calles y avenidas cercanas al aeropuerto.
Lo políticamente notable: la presencia de cinco secretarios de Estado: los de la Defensa Nacional y la Marina, Salvador Cienfuegos y Vidal Soberón, respectivamente; el de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; el de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza y el de Desarrollo Social, José Antonio Meade Kuribreña, así como los gobernadores de Chihuahua, César Duarte Jáquez; de Baja California, Francisco Arturo Vega de la Madrid; de Durango, Jorge Herrera Caldera y de Sinaloa, Mario López Valdez.
Notable, porque cualquiera de estos cuatro gobernadores, o de los otros 27 en el país pudieron ser los anfitriones para un evento como este, pero por alguna razón, el presidente escogió a Claudia Pavlovich.
II
Se les cargó la chamba en el Juzgado Décimo Primero con residencia en Hermosillo después de la captura y encarcelamiento del ex secretario de Comunicación Social del gobierno padrecista, Jorge Morales Borbón y la advertencia de que en los próximos días se obsequiarían otras órdenes de aprehensión contra algunos de sus compañeros de gabinete.
Apenas antier trascendió que el ex director de Imagen Institucional, Javier Alcaraz Ortega había solicitado un amparo, y ayer llegó a esta columna evidencia documental de que otros tantos habían hecho lo mismo, incluyendo a un priista, el ex alcalde de Nogales, Ramón Guzmán Muñoz, a quien le han abierto un expediente por presunto desvío de recursos en un monto que rebasa los 350 millones de pesos.
Ayer, Guillermo Padrés presentó en ese juzgado una queja, debido a que le fueron desechados varios amparos solicitados en días pasados, ya que el juez consideró que no estaba suficientemente fundamentada la solicitud y le dio un plazo de cinco días para que explicara con precisión qué es lo que solicitaba conocer en los juicios que se le siguen.
En la lista de ayer destaca el ex secretario de Gobierno, Roberto Romero López quien solicitó un amparo principal y uno incidental. Esto significa que al solicitar el principal, allí mismo se pide abrir un cuadernillo por separado que se llama incidente de suspensión del acto; en este caso, el acto sería la orden de aprehensión, para que no sea ejecutada en tanto el juez de amparo conoce los hechos y se los pide por oficio al juez que libró la orden de aprehensión.
En los mismos términos se encuentra la situación de esposa Mónica Paola Robles Manzanedo, que también solicitó amparo principal e incidental, lo cual traducido al lenguaje cotidiano significa que están en verdaderos aprietos, pues ambos serán obligados a presentarse ante el juez a rendir su declaración preparatoria; de no hacerlo, la suspensión queda sin efecto y podrían ser aprehendidos en cualquier momento.
De hecho, Romero López ya tiene una orden de aprehensión al omitir presentarse ante el Ministerio Público hasta en tres ocasiones, pero ahora su caso está en los juzgados; de acuerdo a los tiempos legales, no pasarán más de 30 días contados a partir de hoy, sin que haya una acción legal sobre esta pareja.
Por otro lado, pero en el mismo juzgado, aparece en la lista, con una queja, quien fuera jefe de escoltas del entonces gobernador, Ernesto Fernando Fernández Portillo, involucrado en el caso de tortura y privación ilegal de la libertad a Gisela Peraza la ex empleada doméstica de la familia Padrés Dagnino, que fue encarcelada y puesta en libertad por desvanecimiento de pruebas, cuatro años después.
Fernández Portillo trabaja actualmente como comisario de la Policía Municipal de Nogales, municipio gobernado por el panista Cuauhtémoc Galindo Delgado.
También aparece en la lista de solicitantes de amparo, la agente de la Policía Estatal Investigadora, María Teresa Linzon Salas, a quien también se le involucra en el caso de Gisela Peraza.
Más los que se acumulen en la semana, pues por lo visto las cosas se han puesto verdaderamente calientes para algunos de los principales personeros del padrecismo, y para otros que sin ser figuras principales, también validaron y/o fueron partícipes de presuntos ilícitos que la fiscalía especial anticorrupción está obligada a probar.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]