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La Feria de los Libros

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Por Germán Orozco Mora

Es mejor aprender cualquier cosa, a no aprender nada.

En la XVII Feria Internacional del Libro de la UABC realizada en Mexicali es admirable cómo crece en ofertas editoriales y en eventos culturales, conciertos, presentaciones de libros, talleres literarios para niños y jóvenes.

Ahí es posible encontrar desde los poemas revolucionarios de Sansón Flores editados en Mexicali en 1963, hasta la nueva edición de la Summa Teológica de Santo Tomás de Aquino. Libros usados antiguos fuera de edición y poco conocidos como las ediciones de libros de los grandes americanistas sobre el descubrimiento y evangelización de la Baja California por los misioneros jesuitas del siglo XVII y XVIII.

Difícilmente puede uno recorrer en uno o dos días todos los lugares que ofertan libros. Termina la Feria del Libro de Mexicali y en tres semanas inicia la Feria del Libro de Tijuana.

Buenos libros pueden encontrarse desde 10 pesos, hasta los cinco mil. Libros populares y ediciones extrañas o poco conocidas. Muchos libros fuera de circulación, que en los 1940´s imprimió ediciones Xóchitl, es posible hallarlos en estas ferias, a un precio de 100 pesos, lo cual es económico teniendo en cuenta que ya no se imprimen desde hace 76 años o más.

Libros originales que son fuentes bibliográficas para compendios, resúmenes históricos, síntesis; si uno pone atención ahí es posible encontrarlas en Tijuana con libreros amigos como Raúl Valdovinos, o Alejandro Arzate; con don Miguel o el Sr. Nava, el promotor de la Feria del Libro Usado de Tijuana.

Algo más apreciable como un origina de Francisco Palou, sobre las misiones del Padre Junípero Serra en California, es posible encontrarlo en su edición original de 1772, a un precio considerablemente bueno de

mil dólares. Claro, usted lo puede conservar o venderlo por más de lo que lo adquirió.

Entre tantas virtudes de las Ferias de libros de nuestro país y de otros lugares, pero especialmente en México, es que de pronto aparecen libros extraordinarios que sólo por mucho tiempo ocuparon un lugar silencioso, ocioso en las bibliotecas de ricos, poderosos o políticos, que tienen prácticamente bibliotecas de adorno.

Y llegan de pronto a las ferias, libros extraordinarios que nunca aparecieron en la escena pública, en las bibliotecas o fueron sustraídos de bibliotecas nacionales o universitarias, como era la costumbre de López Portillo que pedía prestados libros o Códices Indígenas milenarios de nuestras culturas y los integraba a su biblioteca personal de la Colina del Perro en Cuajimalpa.

Después esos libros andaban rodando muchos en la Zona Rosa de Insurgentes o llegan como polen traído en el hocico de los murciélagos hasta lugares desérticos donde antes sólo leíamos la Alarma o el Kalimán, o baratijas culturales.

Es impactante encontrarse y tener acceso a libros extraordinarios que aparecen junto con ediciones nuevas, libros nuevos, enciclopedias nuevas, creo que como sugería el fallecido Umberto Eco “los libros nunca desaparecerán”. Y no es verdad que los jóvenes no leen, más bien lo hacen en libros electrónicos o en la red.

Felicidades a los organizadores y promotores de las ferias del libro en todo México y en especial en nuestra región Noroeste.

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