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La clave de la información

[El Infiltrado] Foco rojo

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Por Tito Capotito

Los índices delictivos suelen ser manejados con falta de claridad, incluso las corporaciones policíacas manejan porcentajes diferentes pero lo cierto es que en esta frontera el robo domiciliario y a comercios ha ido en aumento y el daño patrimonial es de proporciones incalculables.

Una suma de los hurtos, la mayoría según se estima, ni siquiera son denunciados con la formalidad debida de tal forma que ni sabiéndose la identidad de muchos de los responsables no pueden ser procesados, siendo esto parte de un círculo vicioso de la forma de trabajar de las instituciones encargadas de impartir justicia y la relación con la ciudadanía.

No se le está ganando a la delincuencia, por el contrario hay focos rojos independientemente del color que se tenga en el semáforo que sirve para medir la situación y de entrada no vemos una coordinación de fondo entre las diversas corporaciones para lograr conjuntamente resultados favorables a la sociedad.

Esto es evidente por ejemplo entre la Policía Estatal Investigadora que si bien ha incrementado su presencia en el municipio, no se ve la estrategia unida que debe prevalecer.

En cuanto a lo que es la cultura de la indiferencia, el ciudadano que no confía en las autoridades policíacas y estos que se excusan de la no colaboración de la sociedad civil, poco se ha avanzado para agilizar la atención a las víctimas de delitos recurrentes como el mencionado.

De entrada, el ir a una de las agencias del Ministerio Público a asentar denuncias significa pérdida de tiempo cuando debería un mecanismo de agilización de este procedimiento, facilitarlo incluso.

Sería procedente que en lugar de obligar al afectado a acudir a la agencia investigadora correspondiente fueran las autoridades competentes las que se presentaran al lugar donde se encuentre el agraviado a dar curso al procedimiento.

No se mejora ni el principio, ha sido una constante que se tenga insuficiente personal para atender el cúmulo de trabajo por el número de asuntos que los encargados de combatir y atrapar a los que violan la ley.

No se trata únicamente de que se tengan más policías sino aumentar el personal encargado de administrar la justicia porque de seguirse sin cambios de fondo no habrá resultados diferentes.

Los juicios orales en este sentido no significa que se disminuya el índice de delitos, se supone mejoran la parte procesal en que el inculpado es declarado culpable y sentenciado o queda libre por falta de elementos probatorios.

Cambiando de tema, el que se controlen los tiempos para hacer política cuando debería ser una práctica con plena libertad para el ciudadano  poco ha ayudado a la democracia y no aporta a llegar a tener gobiernos más comprometidos que den mejores resultados.

El Partido Revolucionario Institucional es el principal responsable del marco legal existente y paradójicamente el más afectado con los famosos tiempos que no cambian un ápice desde hace décadas.

Esto ha propiciado que el Partido Acción Nacional que no se sujeta a los plazos establecidos le gane terreno cada tres años a los demás competidores.

A veces en la ambición de llegar a ser gobierno los que deberían poner el ejemplo en el respeto pleno a las leyes, buscan cómo violar preceptos constitucionales sin que sean castigados por burlarse del instrumento más apropiado en una sociedad que quiera ser justa y ordenada, sin preferencias de ningún tipo.

Cuando andaba en campaña o pre-campaña el ex gobernador Guillermo Padrés Elías, el ex alcalde sanluisino José Inés Palafox Núñez tuvo la “genialidad” de pasar por alto los tiempos del activismo político propagandístico y alterar el nombre del entonces aspirante, distorsionando los  apelativos del Memo de Cananea, y así no hubo manera de que se les pudiera responsabilizar.

En este sentido para el eterno candidato presidencial que promete un México en el que todos tengan trabajo y acabe la corrupción, sí, acertó usted, el chapulín Andrés Manuel López Obrador, no existen tiempos electorales y hace proselitismo en forma permanente, utilizando a los medios de comunicación más caros del país.

Lo mejor sería que como el “Peje” cualquier ciudadano que aspire a competir a un cargo de elección popular para el 2018 pudiera a partir de la elección más reciente hacer proselitismo o promoverse.

Incluso hay priistas que consideran es tiempo de modificar su famoso calendario de tiempos para nominar candidatos y que los que quieren sacrificarse deberían andar ya trabajando, a fin de que no se les adelanten los rivales como sucede una tras otra.

La apertura plena falta todavía y también reducir el excesivo reparto de dinero a los partidos y al mismo Instituto Nacional Electoral, a fin de que el costo económico de la lucha por el poder recayera en la ciudadanía (como en Estados Unidos) y no con la base del paternalismo del gobierno que les regala demasiado dinero que obtiene de cada uno de los que pagan impuestos.

Y también hay un estancamiento en la imposibilidad de sacar del gobierno a los que muestran a las primeras de cambio ineficiencia y falta de honestidad para no caer en la tentación de la corrupción.

Por ejemplo si se hiciera en este momento un referéndum para ver si la gente está conforme o en desacuerdo con el desempeño de la administración del panista Enrique Reina Lizárraga podría darse el caso de que la mayoría lo desapruebe y la consecuencia sería elegir a nuevas autoridades. O que a pesar de los aspectos criticables de dicho gobierno sea avalado por los gobernados.

A propósito de elegir representantes en organismos no gubernamentales, el veterano líder obrero Espiridión Rojo Rosas acaba de ser reelecto en la dirigencia de la Federación local de la Confederación Revolucionaria de Obreros de México (CROM).

El “Pillón” ha logrado estabilidad y armonía en la central a pesar de los intentos de ajenos a la misma de tumbarlo de la dirigencia y por el contrario la ha llevado a ser la organización obrera de más presencia en el municipio, desbancando a la Confederación de Trabajadores de México que vino a menos y se ha sumido en el descrédito producto de la indecencia de su líder estatal Javier Villarreal Gámez quien no tuvo respeto a los verdaderos cetemistas  y la entregó al que le generó más recursos monetarios mal habidos.

Para este propósito en que había que cortarle la cabeza al reconocido honesto sindicalista José Carlos Jaramillo Chávez, hubo de provocarse la división y no se ha podido retomar el camino de la afinidad para defender los intereses de los obreros.

Que vuelva la unidad como hasta antes de la llegada de los actuales directivos encabezados por Marcelo Márquez que se ha manejado conforme a los intereses del zar del transporte Aurelio Esquer, el verdadero mandamás de la central, puede ser posible si el indecente Villarreal no repite el amañamiento del proceso de elección del nuevo comité ejecutivo de la CTM, para lo que debe convocarse en las próximas semanas.

Un elemento en condiciones de asumir la dirigencia y ser factor de armonía es el ex dirigente del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas Luis Alberto Jaramillo Juárez, quien además es un fiel militante y activista del Partido Revolucionario Institucional, lo que no se puede decir de los que hoy están.

Es el joven licenciado en derecho y empleado de la Comisión Federal de Electricidad uno de los que no han sido aprovechados en el PRI y que ha demostrado cualidades para desempeñar con eficiencia responsabilidades de más importancia.

En el gobierno estatal apenas se está llegando al complemento de nombramiento de titulares de las dependencias que lo conforman y apenas acaba de abrirse la oficina regional de la Secretaría de Desarrollo Social que permanecía cerrada.

Tomó posesión como titular de la misma el joven sanluisino Isidro Arenas, una promesa para el quehacer público que cuenta con la aceptación y simpatía no solo de muchos jóvenes.

En contraste otro joven del que se esperaba una actitud diferente a la asumida por el camino equivocado es Jesús Félix Parra, “el pichoncito”, a quien no se le puede exigir más madurez que la que puede tener una persona a su edad,  pero que ha dado muestras de perder piso.

Para el panismo significa un blanco de ataque y al PRI le puede significar descrédito. Así nomás el comentario, porque los detalles preferimos reservarlos por sentido común.

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