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Los primeros 60 años de Eléctrica Díaz

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Humberto Melgoza Vega

SAN LUIS RIO COLORADO.- Lo que inició como un pequeño taller en donde reparaban motores y bombas eléctricas, atendido personalmente por su propietario don Florencio Díaz Soto, luego de 60 años de estar en el mercado se ha convertido en una empresa familiar, con sucursales en varias ciudades dentro y fuera del estado, que genera decenas de empleos y que produce ganancias millonarias.

La visión de Don Florencio le fue heredada a sus hijos, y de éstos a sus nietos, quienes ya preparados académicamente, le dieron otra proyección al negocio hasta situarlo en las grandes ligas del ramo, donde ahora compiten de manera exitosa.

En junio de 1956, Florencio Díaz Soto inició con un modesto taller, el cual instaló en la avenida Kino y calle Tercera, enfrente del Colegio Kino, en donde también era su casa. El personalmente arreglaba todos los motores que le llegaban del valle, entonces era el auge del algodón, en las décadas de los sesenta, setenta.

“El fue formando su equipo de trabajo, era el primero en llegar y el último en irse. Si un motor lo ocupaban para el día siguiente a las 8:00 de la mañana mi abuela me cuenta que no dormía, se desvelaba durante toda la madrugada hasta que lo dejaba listo. Era un hombre muy perfeccionista y muy trabajador”, recuerda.

Luego de varios años se mudó con todo y taller al callejón Madero y Sexta y con el dinero que ingresaba del negocio fue adquiriendo los terrenos aledaños hasta que compró hasta la avenida Juárez, fue así como la empresa sentó las bases para de ahí iniciar con el crecimiento.

“Nosotros como tercera generación, soy nieto del fundador Florencio Díaz Soto, encontramos una empresa con mucho prestigio, que eso era lo más importante para competir en un entorno tan complicado y tan competido en un mercado como lo es el de la construcción, en una especialidad como lo es la electricidad.

“Ese prestigio que nos dejó dentro y fuera de la empresa, de honestidad, de trabajo y de mucho esfuerzo, de siempre hablarle con honestidad al cliente, de siempre venderle lo que realmente necesita, hablándoles con la verdad”.

Dice Agustín Díaz Chapa que son muchas las anécdotas que recuerda de su abuelo, el fundador de la empresa, las cuales le han servido para conducirse de manera correcta por la vida. Pero hay una en especial que le platicó cuando apenas era un niño, y no se le olvida.

“En una ocasión llegó un señor del valle a quererle comprar una bomba eléctrica y mi abuelo le decía que por qué quería una nueva, ‘pues porque no sirve’, le dijo el cliente. Entonces fue y la probó y nomás tenía un cable suelto y lo regañó: ‘Por qué andas comprando cosas nuevas si tu bomba todavía sirve’ y no le cobró absolutamente nada cuando en cualquier otro negocio pudieron haberle vendido una bomba nueva y quedarse con otra de repuesto…”.

“Esos son los valores y los principios que siempre promovió mi abuelo y que lo fue pasando a mis tíos y a mi papá, Agustín, Ricardo, Cristóbal, Florencio, mi tía Carmelita y así hemos venido generacionalmente, trabajando con un ambiente muy sano y de respeto para todos nuestros colaboradores. Para nosotros la gente que trabaja dentro del Grupo Eléctrica Díaz Armenta son importantes, somos un equipo y a todos los vemos como personas iguales”, asegura.

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A la empresa se fueron integrando los hermanos, primero Agustín, luego Ricardo, después Florencio Jr y finalmente Cristóbal, pero la verdadera expansión fue cuando se integró la tercera generación, los nietos Agustín Díaz Chapa y su hermana Bárbara, quien es encargada de la sucursal de Mexicali.

Actualmente, la Eléctrica tiene cuatro tiendas en San Luis Río Colorado, incluyendo la matriz de Juárez y Sexta, dos en Puerto Peñasco, una tienda grande en Hermosillo y otra en Mexicali, “ahorita tenemos influencia y traemos obra en Guaymas, en Cananea, en Nogales, Agua Prieta, en Sonora, y Tecate y Tijuana, en Baja California”.

La calidad de la empresa se traduce en su nivel para competir con las gigantes del ramo a nivel nacional. Un ejemplo de esto lo es el contrato que ganaron con el Grupo México en la mina de Cananea.

“Ganamos un convenio donde tenemos una tienda adentro de la mina, compitieron nueve empresas, algunas líderes nacionales, y solo nosotros de Sonora. Esto quiere decir que tenemos el nivel para competir con grandes empresas, como las que operan en Monterrey, ciudad netamente industrial, con un mercado de construcción enorme, contra nosotros que venimos de una ciudad pequeña con alrededor de 200 mil habitantes”, resalta.

En los festejos que ayer iniciaron con un desayuno en el restaurante El Parianchi y que hoy por la tarde continúan en la matriz, donde convivirán con clientes, proveedores y amigos, se extraña la presencia del patriarca de la familia y fundador de la empresa, fallecido hace un par de años.

“Para nosotros él era una persona fundamental, quien nos exigía y nos criticaba cuando algo faltaba en la tienda, hasta el último día nos regañaba, porque siempre estaba buscando la excelencia, y claro que se le extraña”, finaliza.@

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