Durmiendo con el enemigo
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En menos de un mes se han registrado al menos cuatro casos, dos en Mexicali y dos en Tijuana, que son los que han trascendido a luz pública, de niños que son violados y asesinados por sus padrastros, crímenes tolerados y hasta consentidos por sus parejas, madres biológicas de los infantes que presentan un grado de trastorno mental, que las vuelve permisivas, vengativas e inseguras.
Humberto Melgoza Vega
MEXICALI.- La historia se repite, con diferentes actores, pero con el mismo cuadro dramático en el que menores de edad, niños y hasta bebés están siendo víctimas de violencia intrafamiliar en donde los principales victimarios son los padrastros, con la aparente complicidad o al menos negligencia de sus parejas, madres biológicas de los infantes.
En las semanas recientes, en Mexicali y Tijuana, se han registrado sendos casos de crímenes y violaciones con estas características, los cuales han provocado el enardecimiento de la sociedad, que exige castigos ejemplares para los responsables.
Hace un par de semanas, la sociedad mexicalense fue sacudida con el crimen de la pequeña Diana Mía, de 5 años de edad, cuyo cuerpecito fue arrojado envuelto en una cortina del baño sobre el cauce del canal Tulichek. Al realizarle la necropsia, la niña presentaba huellas de violencia física en todo el cuerpo, le habían sido tumbados los dientes frontales y por si fuera poco, tenía rastros de haber sido violada por el recto.
Por este crimen están siendo procesados su madre Diana Esmeralda y su novio Ernesto “N”, quienes podrían enfrentar una pena de hasta 50 años de cárcel.
En el inter del horrendo crimen de Diana Mía, se registró otro caso, no menos grave, de una bebé de apenas 8 meses, que fue llevada a la Cruz Roja poniente y de ahí canalizada al Hospital General, porque presentaba sangrado por el ano. Resultó que había sido violada y un par de semanas después se detuvo al padrastro como el presunto responsable.
La sociedad bajacaliforniana aún no salía de su estupor, reflejado en sus comentarios llenos de rabia a través de las redes sociales, cuando en Tijuana se activó la alerta Amber el domingo pasado. La madre del menor Usiel Alejandro, de 3 años, reportaba que una mujer “morena, robusta y con un tatuaje en la espalda” le había arrebatado a su hijo en un tianguis de Tijuana.
Dos días después, el cuerpo del pequeño fue localizado en un paraje sobre el Bulevar 2000, había muerto por traumatismo craneoencefálico y los principales sospechosos de la muerte son precisamente el padrastro del menor, en complicidad con la madre, quienes ya fueron declarados y de un momento a otro serán detenidos por la Procuraduría de Justicia.
Pero esto no para ahí: la noche del lunes 11 la pequeña Kimberly, de 1 año 4 meses, fue llevada por sus padres a la clínica del IMSS en Tijuana, donde momentos después fallecería.
Los padres, quienes están identificados por las autoridades, abandonaron a la bebé en el nosocomio y escaparon cobardemente, no reclamaron el cuerpecito, haciéndose de delito. Luego se sabría por qué: la criatura parece haber sido ahorcada, tiene rastros de un golpe severo en el rostro y también, desgraciadamente, presenta lesiones en el ano.
Ante esta triste realidad, la frialdad de las cifras indican que mensualmente, tan solo en el IMSS de Baja California se registran en promedio 15 casos de menores maltratados, física y sexualmente.
Alonso Pérez Rico, jefe de Servicios Médicos del Seguro Social reconoció que existe una cifra negra, de casos que no son reportados, o porque los padres mienten a las autoridades, diciendo que su hijo se cayó, que se golpeó con algún objeto, en fin, que se trató de un accidente. Todos los casos son canalizados invariablemente al DIF.
Cifras dela PGJE indican que tan solo en Mexicali, en lo que va de 2016 se han registrado 57 casos de abusos contra menores de edad, es decir de 1 hasta 17 años, de los cuales 26 se configuran solo como abuso sexual, como el tocamiento, pero que no han llegado a la penetración ni con miembro viril, dedos o algún objeto contundente.
El verdugo en casa
La tarde del pasado domingo, las redes sociales de la región, todo Baja California y hasta San Luis Río Colorado, se inundaron con la imagen del niño Usiel Alejandro Jiménez Hipólito, de 3 años de edad, quien había sido boletinado a través de la Alerta Amber, para menores desaparecidos.
La mamá de Usiel, Karely Flores, indicó a las autoridades que el sábado 9 de julio, alrededor de las 13:30 horas, cuando se encontraba en el “swap meet” de la 5 y 10, en Tijuana, una mujer alta, morena, robusta, con un tatuaje en la espalda aprovechó que estaba distraída y se llevó consigo al menor.
De entrada, a la Procuraduría de Justicia les pareció raro que la mamá dejara pasar un día para dar aviso a las autoridades. Dijo que estaba confundida, que no sabía qué hacer.
Activado el protocolo, la Procuraduría se aplicó, comunicándose a las agencias policiacas de los estados vecinos, del resto del país y de la Unión Americana. Se encontraban ante el aparente caso de un mejor sustraído por una persona desconocida. Pero el caso dio un vuelco la noche del martes 12 de julio cuando un pepenador que deambulaba a un costado del Bulevar2000, a la altura del fraccionamiento Natura, descubrió un bulto dentro de una bolsa de plástico negra, del cual se desprendían fétidos olores.
Al comprobar que se trataba del cuerpo de un niño, con las características del que previamente había sido reportado como desaparecido, encendieron los focos de alerta.
Todavía el lunes, Karely junto con su pareja sentimental, Rafael Luviano, habían concedido entrevistas a los medios de comunicación donde narraban su drama; la mujer, junto con familiares de su esposo, del cual se encuentra separada, habían viajado incluso a Tecate, ya que supuestamente recibió un reporte de que habían visto a su hijo en el pueblo mágico.
Ese mismo lunes, todavía en su calidad de víctimas, ya muy tarde llegaron acompañados de los agentes ministeriales a su domicilio en el fraccionamiento Lomas San Martín, donde vivían junto con Usiel desde que se juntaron en diciembre de 2015.
Pero fue hasta el miércoles que el menor fue identificado, a pesar de que el cuerpo ya estaba en avanzado estado de descomposición y tenía el rostro desfigurado. Las autoridades estiman que desde el viernes, antes de que la mamá armara el teatro del sábado de tianguis, el menor ya estaba muerto.
Ese día, la madre y el padrastro del menor fueron presentados a declarar ante el Ministerio Público, donde cambiaron la historia del tianguis por otra igual de inverosímil. Rafael les dijo que le habían dado al niño un medicamento el cual le cayó mal, lo hizo que convulsionara hasta que su cuerpo se paralizó.
Asustados, se les ocurrió inventar la historia del “swap meet”. Aunque nunca reconocieron haber dado muerte al menor, el padrastro, adicto a la mariguana, mencionó que el niño era muy latoso, que no hacía caso y lloraba mucho; como no habían sido sorprendidos en flagrancia se les tuvo que dejar en libertad, pero se espera que de un momento a otro les sea ejecutada a ambos la respectiva orden de aprehensión por el crimen del Usiel.
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Angelitos
El destino de la pequeña Kimberly, de 1 año 4meses, no pudo haber sido más trágico. La noche del pasado lunes, cuando fue llevada de emergencia por sus padres a la clínica del Seguro Social, en Tijuana, ya iba muy malita.
A simple vista presentaba el síndrome de la niña maltratada, con algunos golpes en su diminuto cuerpecito. Los padres, Ariadna Mendoza Espinoza y el padrastro, Aurelio Hernández, dejaron a la bebé abandonada y se alejaron del nosocomio.
El departamento de Homicidios Violentos que inició la averiguación previa pudo constatar que la menor falleció por asfixia, al parecer ahorcada, además de que presentaba un golpe con algún objeto contunden en el rostro y por si no bastara, con lesiones en el zona del ano.
Los padres de la menor se encuentran debidamente ubicados y también deberán ser detenidos tan pronto se libere la orden de aprehensión correspondiente.
Otro caso que ha causado una gran expectación es el de la menor de 8 meses, en donde las autoridades investigadoras detuvieron como presunto responsable al padrastro de la bebé, Manuel Ernesto “N”, de 27 años.
El pasado 20 de junio, la bebé fue llevada por sus padres a la Cruz Roja Poniente, en Mexicali, de donde fue pasada al Hospital General debido a la gravedad de las lesiones que presentaba .
La niña se había empezado a quejar y lloraba amargamente ya que presentaba un sangrado que provenía de sus partes íntimas.
Luego de un par de semanas, en los que la bebé estuvo en franca recuperación, el sábado anterior fue detenido en Tijuana, Manuel Ernesto, pareja de la madre de la menor, mientras atendía un puesto de tacos junto con su papá, ubicado en la calle 11, en el centro de Tijuana.
Su detención fue posible gracias a que una vecina subió su foto al Facebook, donde fue blanco de todo tipo de ataques verbales, junto con la madre de la menor.
Ayer que se realizó la audiencia en la Procuraduría de Justicia en Mexicali, el abogado de Manuel Ernesto, Edmundo Félix Reyes, argumentó que la bebé no había sido violada por su cliente, sino por un familiar de la madre biológica. Sin embargo, las autoridades investigadoras sostienen la versión de que el padrastro sí es el responsable.
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Perfil sicológico
Para el sicólogo Evaristo Salazar Vélez, es preocupante la incidencia de este tipo de casos, en donde las mamás se muestran permisivas con sus parejas y toleran que cometan todo tipo de abusos contra sus hijos.
Las características generales que presentan este tipo de padres son en primer lugar la ausencia de valores, que facilitan un buen desarrollo físico y psicológico de las personas, indicó.
Inseguridad personal asociada a baja autoestima y necesidad de aceptación; además de que podría existir en su historia personal el haber sido víctimas o presenciado el maltrato, ya sea físico, psicológico, o ambos, lo que facilita la posibilidad de repetir este patrón de conducta. Derivado de esto, tienden a comportarse de forma sumisa y permisiva ante cualquier amenaza, por lo que se bloquean sicológicamente para defender o demandar el maltrato.
Con más de 25 años de experiencia, el especialista en educación especial, egresado de la UABC, agregó que estas madres desapegadas “son personas insatisfechas con su vida, inconformes, enojadas, resentidas desde la infancia o historia familiar vivida, siendo toda esta ira descargada de forma directa o indirectamente con sus hijos”.
Evaristo Salazar resaltó que “con tal de obtener aunque sea un poco de afecto, cariño, amor y/o seguridad, son capaces de permitir, consciente o inconscientemente el maltrato, en cualquiera de sus niveles, tanto física como sicológicamente hacia ellas mismas o hacia sus hijos. En pocas palabras se bloquean”.
Aunado a lo anterior, se consideran con derecho de ejercer cualquier acción para con sus hijos, incluido el maltrato, apuntó.
“La inseguridad económica es otra variante que yo me he encontrado en los casos que he atendido, la ausencia de una figura paterna que la suplen con la presencia del novio, el esposo o amante…”, comentó.
Salazar Vélez agregó que estas personas se comportan de manera diferente en lo privado, casa u hogar, que en público. “Este comportamiento lo cubren con una fachada, en su casa los tratan muy mal y en público hasta les hacen cariños, todo mundo pensaría que son madres ejemplares”.
Estos son rasgos generales aplicables a los perfiles de personalidad de estas mujeres y que por las características que presentan se encuentra inhibido el instinto de vida y protección de sus propios hijos, estableció.
“Lo anterior es el resultado concreto de una descomposición social en la que estamos involucrados todos, tanto gobierno como sociedad, por lo que se vuelve urgente una participación más activa de cada uno, desde su ámbito, en fomentar los valores y una sana convivencia que favorezcan un buen desarrollo físico y sicológico de las personas.
“De esta manera podremos minimizar este patrón de conducta tan dañino, que afecta en especial a quienes lo padecen directamente, pero también nos golpea como sociedad, provocando indignación e impotencia ante estos actos tan deleznables”, finalizó. @
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