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Lanza Jorge Morales llamado de auxilio a gobernadora

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Desde su reclusión en la cárcel de Hermosillo, el vocero del ex gobernador Guillermo Padrés rompe el silencio para denunciar una serie de irregularidades en el caso que se le sigue por el delito de extorsión, el cual asegura le fue fabricado. El ex funcionario, periodista de formación, se queja que sus compañeros de gabinete lo han dejado morir solo. Además de llamar la atención de las autoridades federales, pide la intervención de la gobernadora Claudia Pavlovich.

Humberto Melgoza Vega

SAN LUIS RIO COLORADO, Sonora.- Desde el interior del Cereso de Hermosillo, Jorge Morales Borbón, quien se considera un preso político, hace un llamado de auxilio a la gobernadora Claudia Pavlovich Arellano para que ponga atención en su caso y no permita que se cometan abusos en aras de combatir la corrupción.

“Sí me gustaría que pida a sus funcionarios que se conduzcan conforme a la ley, que ya la Procuraduría y la Fiscalía no estén presionando a los jueces, a los magistrados, porque lo han hecho. Ellos saben y cualquier abogado que te encuentres en el Tribunal sabe que no hay ningún delito. Que no eche a perder la buena imagen que se ha hecho en su lucha contra la corrupción por un afán de venganza de alguien; estamos a tiempo de que las cosas no se sigan contaminando”, expone.

“Yo insisto y creo que la gobernadora no está involucrada en la forma como están haciendo las cosas, es asunto de la Fiscalía. Ella hizo una promesa de campaña que fue combatir la corrupción, con eso se ganó el voto de la mayoría de los sonorenses, fue una buena estrategia, y ella exige resultados a sus subalternos y en ese afán de dar resultados rápido recurren a estas artimañas que todos creíamos que no existirían en el Sonora actual, moderno y transparente”, señala.

“Atesoro mucho el combate que hace la gobernadora contra la corrupción, pero tú no puedes combatir la corrupción con más corrupción, el abuso de poder es una forma más vil y cruel de corrupción que robar dinero del erario, porque el dinero lo puedes recuperar, pero la libertad, el daño sicológico, el daño físico, eso no se puede recuperar. Nunca voy a ser el mismo después de esto”, reconoce.

“A la gobernadora le diría que siga haciendo lo correcto, que su lucha contra la corrupción es muy loable, muy plausible, qué bueno que lo está haciendo, como ciudadano me gusta, pero también le tiene que jalar las riendas a sus colaboradores para que hagan las cosas bien. Yo soy un charalito, un pez pequeño, el día que logren comprobar algún delito a alguna persona de mayor rango, si lo hacen de la forma que lo hicieron conmigo, lo único que va a pasar es que al final las cosas les van a salir mal”, expresa.

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Medios contra periodistas

Hace un par de semanas, la esposa de Jorge Morales inició una campaña mediática luego que descubrió que el acusador estelar del ex funcionario es Alberto del Cid Carmelo, un señor de 76 años, que no sabe leer ni escribir, y quien dice haber recibido como pago mil 400 pesos para denunciar a Morales. En el expediente aparece su huella digital y una X como su firma.

A partir de ahí, Kathya Félix ha estado subiendo una serie de videos a las redes sociales en los que denuncia las supuestas irregularidades en el caso de su marido, logró que la nota fuera publicada por José Gil Olmos de la revista Proceso, y luego fue retomado el tema por el no menos importante diario Reforma.

El lunes, desde el interior del Cereso, Morales fue entrevistado por el periodista Ciro Gómez Leyva en su noticiero de Radio Fórmula, lo cual puso en alerta a las autoridades penitenciarias, quienes según su esposa ya no le permitirán que realice llamadas telefónicas más que a su familia y a sus abogados. Antes de que eso sucediera, el vocero del ex gobernador Guillermo Padrés todavía alcanzó a platicar durante 40 minutos con el reportero de Semanario CONTRASEÑA.

También el ex vocero presidencial con Vicente Fox, Rubén Aguilar, en su columna de El Economista cuestionó severamente la actuación de la Fiscalía Anticorrupción de Sonora en el caso y urgió a la gobernadora Pavlovich para que se deslinde del mismo.

Morales, quien antes de trabajar en el gobierno fue subdirector de El Imparcial de Hermosillo y del Frontera, en Tijuana, ambos periódicos del Grupo Healy, considera que existe una consigna para hacerlo pasar las de Caín en el interior de la cárcel, porque el trato que le dan es diferente al del resto de los internos.

Desde el 1 de febrero pasado Jorge Morales está recluido en el pabellón 3, que es donde se encuentran alojados ex policías, ex militares, hijos de policías, hijos de funcionarios y acusados por delitos sexuales, como violadores, área restringida para el acceso a reos de otros pabellones.

Cuando inició el verano no le permitían tener ni in ventilador, tuvo que enviar un escrito a la dirección, en donde advertía que recurriría al amparo, fue así como le autorizaron la entrada de un pequeño cooler.

“Obviamente estoy muy vigilado, siempre están al pendiente de quién me visita, de quién viene y quién no viene”, expone. “Al principio comenzaron a ponerse muy nerviosos porque venían a visitarme los jueves amigos periodistas y yo les decía `señores, discúlpenme, tengo 20 años  dedicado al periodismo, y es normal que eso suceda´. Les empezaron a negar la entrada y a otros les advirtieron en sus trabajos que no volvieran a venir, los amenazaron”.

El periodista en receso, encargado de la comunicación gubernamental durante el pasado sexenio, menciona que en su desesperación está dispuesto a agotar todos los recursos.

“Yo había permanecido en silencio, a pesar de todas las violaciones que han habido en el proceso desde que inició, hasta que mi esposa encontró a este señor Alberto del Cid Carmelo, que yo siempre me pregunté quién era y de dónde había salido. Lo que yo quiero es llamar la atención de las autoridades federales, me queda claro que por parte de las autoridades estatales no me van a dejar salir de la cárcel.

“Por eso en la mañana le decía a Ciro Gómez Leyva que hago un llamado desesperado a la Comisión Nacional de Derechos Humanos para que intervenga, desgraciadamente la Comisión Estatal está rebasada porque depende presupuestalmente del estado”, menciona.

En esta batalla por recuperar su libertad, Morales y su esposa están prácticamente solos, dejados de la mano de los ex funcionarios estatales quienes fueron sus compañeros de gabinete, incluido el ex procurador de Justicia, Carlos Navarro Sugich, quien lo asistió inicialmente pero después lo abandonó a su suerte. Hoy es un joven recién egresado de 27 años quien está llevando su caso.

“Yo sí me he sentido solo, la verdad, cuento solo con mi esposa y un grupo de amigos muy pequeño, algunos diputados federales y diputados locales, si acaso; yo siento que se asustaron porque  al principio, todo fue muy repentino, muy fuerte, lo que sí te digo es que si un compañero de gabinete estuviera en mi lugar yo estaría visitándolo y viendo en qué le ayudo”, reflexiona.

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Chico malo

Morales considera que en su caso el hilo se rompió por lo más delgado, lo encontraron vulnerable por no ser una persona pudiente y no ser militante del Partido Acción Nacional.

“Muchos amigos me decían que huyera, que me fuera del país, `te van a chingar´, pero yo como no había cometido ningún delito creía que todo se resolvería respetando el estado de derecho y me confié”, reconoce.

“Lo que le decía a Ciro que yo no he cometido ningún delito, está plenamente probado, todas las actuaciones de la Fiscalía están basadas en la denuncia del señor Alberto del Cid Carmelo, cerca de 70, 80 informes de la autoridad que se derivaron de la denuncia de un señor que no sabe leer ni escribir”, resalta.

Además del señor Del Cid, la otra persona que denuncia a Jorge Morales por el presunto delito de extorsión es Adrián Cobos Benítez, representante legal del Grupo Larsa.

“Hay dos detalles muy simples, que obviamente ni el Ministerio Público ni el juez tomaron en cuenta: el primero es que los supuestos hechos delictivos ocurrieron entre 2011 y 2013, y sin embargo Adrián Cobos es representante legal de esa empresa desde enero de 2015. Entonces no tenía manera de haber sido extorsionado, él era el chofer del dueño de la empresa, así lo conocí.

“El asegura en su declaración que yo le hablaba, lo intimidaba y que le decía que si no me pagaba no le iba a sacar sus cheques, lo cual es absolutamente falso. Incluso le hacen un peritaje sicológico, que en una hora lo tuvieron listo –no sé cuál era la prisa–, en donde decía que yo lo había afectado sicológicamente con mis amenazas. Después de 11 citatorios él se presentó y a una pregunta expresa mía reconoció que yo nunca lo había extorsionado…”.

Puntualiza: “Hay un precepto legal que se llama desvanecimiento de pruebas, pero en este caso es evidente que no lo van a aplicar para tratar de tenerme el mayor tiempo posible aquí, por eso mi llamado desesperado a la autoridad federal, a la CNDH, si nos tenemos que ir a la Suprema Corte de Justicia lo vamos a hacer; yo no quiero ser el héroe, ni convertirme en enemigo del actual gobierno, solo quiero recuperar mi libertad y recomponer mi vida por el daño que les he causado a toda mi familia”, expresa.

En la entrevista, en la que Morales se oye abatido, a ratos parece que se dobla, pero no se quiebra, reconoce que tiene miedo que le pudieran hacer daño a su esposa, por el gran despliegue mediático que ha encabezado, activismo sobre todo en redes sociales.

“Tengo mucho miedo que pudiera pasarle algún `accidente´. El problema es que no tengo a quién recurrir”, se lamenta.

El Grupo Larsa fue uno de los más beneficiados durante el primer tramo de la administración de Padrés, al que le concedían convenios por cantidades millonarias, al igual que a otros medios de comunicación y periodistas, quienes terminaron convirtiéndose en enemigos del entonces vocero gubernamental.

Morales comenta que a partir de 2012 comenzaron a escasear los recursos en el gobierno del estado, a la entrada del nuevo gobierno federal. “No había ni para pagar la nómina”, recuerda.

“Esta crisis económica nos obligó a hacer recortes presupuestales y algunos directivos de medios de comunicación lo tomaron a mal, no aceptaron la nueva realidad de que ya no podrían vender tantos servicios publicitarios al gobierno y empezaron a presionar con la línea editorial. Algunos evidentemente se lo tomaron de manera personal, aunque yo siempre traté de hacer mi trabajo de la mejor manera posible, hasta donde se me permitió y hasta donde los recursos alcanzaron”, asegura.

En la actualidad, muchos de esos medios “tratan de hacer méritos con el actual gobierno para obtener contratos y creen que difamándome, o atacando incluso a mi esposa y a mi familia, van a obtener mejores prestaciones”.

Jorge Morales reconoce que en el gobierno se cometieron muchos errores, “no solo de parte mía, sino de todos los que trabajamos ahí” y le faltó defender más su postura, de la manera como se debía comunicar desde el gobierno.

“Desafortunadamente todos los medios están en crisis, todos siempre están buscando la forma de que el gobierno les resuelva todos sus problemas económicos, y si no tienes la manera de hacerlo te conviertes en el chico malo”, dice.

Morales Borbón resalta que la Fiscalía ha violado la secrecía de la investigación, el precepto constitucional de la presunción de inocencia y se ha dedicado a litigar en los medios de comunicación, prueba de ello es la filtración de los documentos publicados esta semana por el diario Expreso de Hermosillo que reflejan una serie transferencias bancarias.

Esos depósitos, dice Jorge Morales, era parte de un proyecto que tenía junto con el dueño de Larsa para hacer una agencia de medios electrónicos una vez terminara el sexenio.

“¿Tú crees que si yo hubiera estado cometiendo un acto de corrupción iba a permitir que se me depositaran en mi cuenta de nómina? No puedo ser tan ingenuo, eso es de primero de primaria, y ya está totalmente aclarado ante el juez y no hubo ninguna objeción por parte de la empresa o de la persona que aparece como supuestamente ofendida”, enfatiza.

“Teníamos cerca de 300 medios de comunicación como proveedores y tú le puedes preguntar a quien tú quieras, de cualquier medio, chico, mediano o grande, de empresas nacionales, si alguna vez siquiera tuvieron una insinuación de mi parte”, sostiene.

Ya han pasado seis meses desde que Jorge Morales fue detenido en la capital del estado mientras circulaba en su vehículo junto con su familia. En el operativo participaron ocho patrullas “como si fueran a detener a un peligroso delincuente, como si se tratara del Chapo Guzmán”.

En ese momento pensó que se trataba de un mal sueño, una pesadilla de la que no termina de despertar.

“Afuera se tiene una percepción muy equivocada de lo que pasa adentro de las cárceles, es una fantasía, porque la realidad es mucho más dura. Algún día si Dios me da la fuerza y la sabiduría voy a escribir algo sobre esto”, concluye. @

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