Semanario Contraseña

La clave de la información

Morir el 2 de noviembre

El Eslabón Perdido

Humberto Melgoza Vega

El pasado miércoles 2 de noviembre el festejo por el Día de Muertos tuvo un final macabro en el Panteón El Angel, ubicado a la altura del kilómetro 4.5 de la carretera a San Felipe, en Mexicali.

Esa noche, un sicario que actuó de manera solitaria asesinó a dos hermanos de apellidos Barraza López, quienes habían acudido a visitar a otros miembros de la familia que tienen en el camposanto.

“Qué bueno que ya nos habíamos ido”, comentó a través del grupo familiar de Whatssapp una de mis hermanas, nomás de imaginar el horror que pudimos haber vivido.

Este Día de Muertos al igual que en años anteriores nos reunimos en el panteón para llevarle flores y un poco de alegría a nuestros padres que yacen juntos hasta la eternidad, como nos hubiera gustado conservarlos en vida.

A escasos metros donde nos encontrábamos, desde temprana hora estuvo sonando de manera insistente la banda estilo sinaloense y ya por la tarde eran dos, en un mano a mano musical que opacaba con su sonido al resto de conjuntos norteños y taca-tacas.

“Han de ser narcos”, era el comentario que surgió espontáneo, malpensado como es uno, al ver el derroche o el amor desmedido que les profesaban a sus muertitos.

Estábamos recargados sobre un viejo pick-up de la Ford cuando sentimos como si estuviera temblando. Era el conductor de una Jeep Patriot que se abría paso por entre el carrerío, chocando a varios vehículos que estaban estacionados o que venían transitando en sentido contrario.

El chofer, un mozalbete de unos 20 años, siguió su camino hacia la salida, sin que los guardias de seguridad privada pudieran hacer algo para detenerlo, tampoco los elementos de la Policía Municipal que se encontraban a la entrada del panteón se esforzaron por detenerlo, a pesar de que los guardias lo corretearon hasta la carretera y que otro de los afectados, precisamente integrante de la banda sinaloense, le puso cola en su carro, también chocado por el joven cafre.

Nadie pudo o quiso detener a “don vergas”, la encarnación del personaje ficticio del Facebook, será porque traía en la zona de la palanca de los cambios, muy a la mano, tanto una botella empezada de Buchanans como una pavorosa pistola.

Quién sabe si los policías lo conocían o dada su experiencia recomendaron a los afectados que mejor ni le movieran, que no tenía caso meterse con esas personas…

Horas más tarde, cuando un solitario pistolero asestó certeros balazos en la cabeza de los hermanos, uno para cada quien, como en flashback se vino a la mente la imagen del amenazante muchacho que no le importó chocar a cuatro carros, a plena luz del día, sin que hubiera nadie que pudiera detenerlo para hacerlo pagar por los daños.

De acuerdo a lo reportado por el portal mexicalense RadioPatrulla.com, especializado en el tema policiaco,  el solitario matón les disparó a los hermanos a corta distancia, sin importarle que estuvieran acompañados de sus familias, niños incluidos.

Trascendió que las víctimas eran originarias de Tamazula, Durango, aunque habían bajado de Tijuana y el otro vivía en Mexicali, reunidos para festejar a lo grande a otros de sus consanguíneos, quienes se supone fallecieron en las mismas circunstancias.

Ajustes de cuentas como éstos se han vuelto cotidianos en Baja California, sobre todo en Tijuana y con menor intensidad en Mexicali, escenario donde emisarios del Cártel Jalisco Nueva Generación están aprovechando la embestida gubernamental contra el cártel de Sinaloa y la debilidad del de los Arellano para ganarles terreno.

Pero qué manera tan macabra de festejar el Día de Muertos.

 

 

 

 

 

 

Deja un comentario

× Platique con nosotros