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La amenaza contra periodistas en la frontera, un tema vigente

Una necesidad imperiosa por dignificar la figura del reportero y garantizar la seguridad en el ejercicio periodístico es uno de los pendientes más grandes que actualmente tiene el Estado ante los aún constantes atentados a comunicadores y a la libertad de expresión tanto en la frontera como en el resto del país en medio de una lucha por desnudar la realidad y combatir la impunidad

Bibiana García Garza

Taparse los ojos y voltear para otro lado no es una opción para quienes tienen un compromiso con el periodismo crítico y con la sociedad de mostrar la realidad de lo que ocurre en el día a día, sin embargo, no es una vía fácil de tomar pues aún hoy en día conlleva riesgos, sobre todo en un país como México.

Así lo expuso el reconocido periodista del Semanario ZETA de Tijuana, Sergio Haro Cordero, durante la segunda presentación del documental “Reportero” frente a estudiantes del Centro Universitario de Tijuana (CUT), campus San Luis Río Colorado, Sonora, el pasado viernes 02 de diciembre.

El filme, dirigido por Bernardo Ruiz, aborda el tema de los atentados a la libertad de expresión en la frontera norte del país desde la perspectiva del reportero de ZETA que, desde su fundación en la década de los 80, ha sido blanco de ataques y amenazas de diferentes frentes, principalmente del crimen organizado y personas involucradas con círculos de la política.

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La emotiva crónica fue estrenada en 2012 y ha sido exhibida tanto a nivel regional en Mexicali y Tijuana, Baja California, como a nivel nacional, en la CDMX, y a nivel internacional en San Diego y Los Ángeles, California, así como en Nueva York, donde se presentó durante el “Festival de Cine y Derechos Humanos de NY”.

Relatada a través de los ojos de Haro, el documental cuenta como desde sus inicios, el personal del Semanario ZETA, fundado en 1980 por Jesús Blancornelas, vivió una serie de atentados  al publicar la realidad del narcotráfico  como nunca antes se había hecho, todavía frente a la hegemonía de ´cierto partido político´ que reprimía duramente ese tipo de investigaciones periodísticas.

Muchos de los ataques provenían también del exhibir a gobernantes, funcionarios y corporaciones envueltos en casos de corrupción, narra la cinta en una clara protesta por la manera en que reiteradamente se buscó silenciar a dicho medio, una cruda realidad en la que con el paso del tiempo se han visto envueltos cientos de comunicadores mexicanos.

“Reportero” recoge testimonios de quienes vivieron de cerca el asesinato del ´Gato´ Félix, subdirector de ZETA en 1980 por sicarios entre quienes, según se constató en aquél entonces, figuraba el presunto jefe de escoltas de Jorge Hank Rhon, ex alcalde de Tijuana.

También se incluyen en la crónica los asesinatos del editor del mismo semanario, Francisco Ortiz en 2004, el atentado contra Jesús Blancornelas del que logró salir con vida milagrosamente, y el homicidio del fundador del periódico La Prensa en San Luis Río Colorado, Benjamín Flores González, en 1997, casos en los que tampoco se ha hecho justicia.

Agridulce realidad actual para el periodismo

Tras exhibir el documental, Haro Cordero hizo una reflexión sobre la situación que se vive actualmente e hizo una comparación entre el pasado y el presente en lo que se refiere a la libertad de prensa y a la violencia que viven muchos medios y compañeros periodistas tanto en la frontera como en todo el país.

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Y es que desgraciadamente, dijo, todavía es un tema sumamente vigente que se ha ido presentado casi de manera exponencial en la gran mayoría de las entidades del país con asesinatos, secuestros, amenazas y demás atentados, sobre todo por el creciente auge del narcotráfico a nivel nacional.

En los últimos meses, recordó Sergio Haro, el Semanario ZETA ha vivido ya varios desencuentros como el que ha tenido con el Gobierno del Estado de Baja California luego de publicar reportajes sobre irregularidades encontradas entre funcionarios de primer nivel del gabinete del gobernador, Kiko Vega así como de sus propiedades y otras  anomalías surgidas en su administración.

Inclusive, cuenta, “se hablaba de una campaña mediática contra el gobierno del Estado y por supuesto que no; era un interés periodístico porque teníamos la información de lo que estaba pasando y en función de eso se vino una serie de repercusiones”.

Una de éstas tuvo que ver con la campaña de desprestigio que se intentó iniciar contra la directora del Semanario ZETA, Adela Navarro, así como contra otra periodista de Tijuana, en la que supuestamente estaba involucrado personal de Comunicación Social del gobierno de Baja California.

Más recientemente, el periódico ha recibido amenazas de parte de uno de los cárteles del narcotráfico que están tratando de ingresar a Tijuana luego de que se publicara un expediente con fotografías en primera plana hace un par de semanas, por lo que ya se interpuso una denuncia en la PGR  y, de nuevo, el ZETA está en alerta, como en años anteriores.

Esto a pesar de que hoy en día se cuentan con más vías y medios para exponer la realidad, que en muchos de los casos es una ventaja, aunque no en todos y no para todo.

“Desafortunadamente el tema de la violencia y el narcotráfico es uno cada vez más recurrente; es una sensación agridulce que tiene que ver con lo que ha ocurrido en cuanto al periodismo regional en los últimos años y no es una situación nada fácil, este documental es una especie de corte histórico de lo que ha sucedido en la región durante los últimos 30 años con agresiones al periodismo”, apuntó.

En lo que va de este 2016, mencionó, ya son más de once periodistas asesinados a nivel nacional, más todos aquellos que actualmente laboran en condiciones muy inseguras y difíciles, como ocurre con los periodistas en las comunidades rurales o entidades infiltradas por el narco.

“Es verdaderamente heroico estarlo haciendo allá, aunque a veces la figura del reportero es muy criticada y acusada de corrupción y una serie de cosas, pero yo creo que se debe de dignificar la figura del reportero”, expresó.

Mientras tanto, afirma, se deben asumir retos para seguir garantizando el ejercicio de un periodismo crítico tan necesario hoy en día.

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“No puedes esconder la realidad porque en algún momento sale, hay gente que han desaparecido y ha sufrido a consecuencia del narcotráfico y hoy es momento de tomar consciencia de lo que ha estado sucediendo e ir abriendo los ojos a la realidad”, señaló el reportero.

Pese a eso, reiteró, sí ha habido avances en materia de libertad de expresión, aunque ello ha costado mucho trabajo, y también sangre.

“… ha costado mucho trabajo y no nos han regalado los espacios, los hemos abierto, a veces no de la manera más tranquila y ha habido costos, pero sí se ha avanzado y han cambiado muchas cosas afortunadamente en el país, no digo que estemos en la mejor situación, pero ahora cada vez es más difícil tener un control sobre la prensa, a pesar de que hay intentos”, comentó.

Esos intentos de coartar la libertad de expresión continúan, consideró, y siguen siendo igual de burdos que siempre, aunque ahora con la diferencia de que los temas trascienden mucho más gracias a los medios digitales y plataformas que ofrecen las redes sociales.

“Creo que ahora hay un despertar ciudadano, esta gente trata de hacer lo mismo con intentos burdos de callarnos pero ahora es más difícil, más gente se da cuenta, ahora hay más organismos nacionales e internacionales, es decir, tratan todavía controlar pero el espacio de internet es mucho más difícil, entonces afortunadamente ahora se cuenta con eso”, dijo.

La impunidad sigue siendo un pendiente

A pesar de los avances que se han alcanzado en materia de libertad de expresión, agregó, la impunidad sigue siendo un pendiente y por desgracia tiene que ver con el ejercicio del gobierno y ello se refleja en el caso de los asesinatos a periodistas que, en gran medida, siguen sin que se les haya hecho justicia.

A los casos que se mencionan en el documental del ´Gato´ Félix, Francisco Ortiz, Benjamín Flores y el atentado contra Jesús Blancornelas, no ha llegado la justicia, pues de todos los señalados e imputados actualmente no hay nadie en la cárcel responsable por esos crímenes.

“Esto también refleja lo que pasa en términos de justicia no sólo en el caso de los periodistas sino en términos generales de situaciones de violencia, asesinatos, feminicidios… la mayoría de las veces todo eso queda en la impunidad y eso es un elemento muy delicado”, externó.

Para hacer frente a la impunidad, el intrépido reportero de ZETA consideró de suma importancia estar empujando a las autoridades a que cumplan con la sociedad pues también los medios y los mismos ciudadanos tienen esa responsabilidad, “… si lo dejamos solo al gobierno, la verdad es que ellos se voltean para otro lado”.

Ese, resaltó, es el papel que debe asumir los medios hoy en día tanto en la región como en todo el país, como el que ya hacen algunos medios a manera de obligación para con la sociedad a pesar de los riesgos que muchos asumen.

“Es importante que trascienda la labor del periodismo, sobre todo si se hace desde un enfoque crítico, lo peor que pudiera pasar en una sociedad es que no hubiera periodistas críticos porque finalmente en situaciones como la de México en donde no hay un sistema de contrapesos, donde los congresos no lo son, tiene que haber otros factores que de otro modo cuestionen lo que está sucediendo”, concluyó. @

 

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