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Depresión, el enemigo invisible de la mujer

En el marco del Día Internacional de la Mujer se vuelve imprescindible hablar de la salud mental y por consecuencia de la depresión, la enfermedad mental número uno a nivel mundial y que afecta mayormente a las mujeres no sólo por cuestiones biológicas u hormonales, sino por la condición de género y una infinidad de factores sociales a los que la mujer está expuesta a diario.

Bibiana García Garza

Además de la violencia de género, la desigualdad, el maltrato, el feminicidio, el cáncer de mama y otros males sociales y genéticos que afectan exclusivamente a millones de mujeres a diario, la depresión figura como uno de los males más comunes en la mujer.

Al conmemorarse el pasado miércoles 08 de marzo el Día Internacional de la Mujer, uno de los temas que se abordaron en la localidad este año fue la salud mental en la mujer, específicamente la depresión, la enfermedad mental número uno a nivel mundial, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Inclusive, las cifras se han incrementado alarmantemente en los últimos 13 años pues de 416 millones de personas que la padecían en 1990 se pasó a 615 millones en 2013.

A nivel nacional, actualmente son alrededor de 17 millones de mexicanos quienes padecen de depresión, de las cuales la mayoría son mujeres.

Como punto de referencia, de cada 10 mujeres, cinco padecen depresión, mientras que de cada diez hombres sólo uno padece de depresión, es decir, las mujeres son más propensas a padecerla, aunque no únicamente por causas psicológicas, emocionales biológicas u hormonales sino también por factores sociales y/o culturales externos.

Dichos factores sociales o culturales están a su vez relacionados con la violencia hacia la mujer como el maltrato, el abandono, la desigualdad, la violencia de género, psicológica o inclusive patrimonial en las madres de familia o presiones familiares de algún tipo.

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De acuerdo al psicólogo Manuel Toledo Martínez durante la presentación del programa de autoayuda “Intervención educativa para mujeres que presentan depresión”, la misma presión social por el hecho de ser mujer puede llevar a algunas mujeres a la depresión.

Ello se debe en gran medida a que a la mujer se le estigmatiza como porque se le estereotipa o encasilla en una serie de deberes y obligaciones relacionadas a roles sociales bajo la perspectiva de género añejos e impuestos, dijo, por el patriarcado.

Esto además de lo que se conoce como los factores de riesgo, es decir, que la mujer es mucho más propensa a ser víctima de violencia, de discriminación o inclusive desde el punto de vista económico, al recibir un menor salario que los varones y sentir que su labor no es tan bien remunerada sólo por ser mujeres, informó.

Desgraciadamente, añadió, se trata de una situación que no es nueva sino que siempre ha estado ahí y que hoy en día tiene más visibilidad que antes gracias a las luchas que se han ganado para abrir los espacios a la mujer y sobre todo ayudarle a muchas a romper el silencio que las tuvo cautivas durante años.

“Hay muchos espacios que se han abierto en cuanto a la igualdad de derechos en el país, como las nuevas reformas, en donde estos problemas se han evidenciado más porque se ha manifestado la perspectiva de género, está creciendo mucho esta visión”, abundó.

Tampoco significa que la problemática a la que está expuesta la mujer vaya en aumento desmedido, aclaró, aunque de igual manera no es una realidad social que haya sido erradicada aún.

La ventaja, no obstante, es que muchos de los problemas como la violencia de género hoy se denuncian más que antes, anotó.

Y es que sin duda, la violencia de género es uno de los mayores detonantes de enfermedades mentales como la depresión en la mujer, un padecimiento que a su vez tiene consecuencias familiares, sociales, personales y emocionales que en algún momento pueden conducir a algunas personas, en casos extremos, a cometer suicidio.

Esto a pesar de que está comprobado, según mencionó el psicólogo, que es un menor grado el número de mujeres que se suicida que de hombres, aunque la mujer tiende a lastimarse o auto-flagelarse.

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Aun así, consideró, en la actualidad se ha hecho mucho por atender a la mujer en diferentes instancias y darle reconocimiento a los problemas que le atañen, sobre todo por su condición de género, como lo es la violencia, aunque falta trabajo por hacer y no precisa y directamente con la mujer.

En ese sentido, indicó que lo que hace falta es trabajar también con los hombres para brindar atención a la salud mental de manera integral y no sólo tratar a las víctimas sino a los victimarios, porque de lo contrario la cadena nunca se rompe pues los estereotipos, roles y enseñanzas machistas se seguirán transmitiendo por generaciones.

“No hay un programa integral de atención a la violencia porque se trabaja solamente con una parte pero ésta sigue conviviendo en pareja con el hombre y éste sigue influyendo con los hijos el ser macho, entonces esa parte del género masculino es inexplorada, no hay programas para trabajar con el hombre”, anotó.

Por último, mencionó que, en general, uno de los aspectos más importantes para trabajar en una mujer que padece de depresión es en su autoconocimiento y amor propio, así como en la liberación e inclusive, en fomentar que la mujer simplemente “se rebele”.

 

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