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La clave de la información

La queremos de vuelta

El Eslabón Perdido

 

Humberto Melgoza Vega

 

Hasta el cierre de esta edición, lamentablemente aún no se tenían noticias, ni buenas ni malas, respecto a la desaparición de la joven residente de San Luis Rio Colorado, Dulce María Llamas.

Desde la tarde casi noche del pasado martes, cuando agarró camino hacia una reunioncita que tendría con un grupo de amigos de su salón en un domicilio del Kilómetro 43, nada se ha sabido de ella.

La misteriosa desaparición de Dulce ha causado una inusitada reacción entre la sociedad sanluisina, volcada de manera física y virtual a la localización de la estudiante universitaria de la Licenciatura de Psicología, en el campus Guadalupe Victoria de la UABC.

Hasta el momento nadie se explica cómo pudo haber ocurrido un incidente así, en una ciudad que se supone es segura, aunque las carreteras y caminos del valle de repente tienden a convertirse en zona de nadie, con una escasa vigilancia y nula iluminación, lo que favorece la comisión de conductas delictivas.

Desde que trascendió la desaparición de Dulce Llamas, además de denunciarlo ante las autoridades correspondientes, que se pusieron manos a la obra, alerta máxima, todos en código rojo, se dio una manifestación espontánea de solidaridad en redes sociales, una preocupación auténtica por la integridad de la muchacha originaria de San Luis.

El alcalde, el director de Seguridad Pública y en particular la diputada Lina Acosta Cid han sumado voluntades para que no se escatimen esfuerzos en la localización de Dulce, prima hermana del compañero reportero Luis Carlos Bravo, quien actualmente coordina el equipo de  comunicación de la diputada local Lina Acosta Cid.

Luego de su desaparición y su amplia difusión en redes sociales, a la vez que se han suscitado bonitas muestras de solidaridad, también algunos maleantes han tratado de aprovechar la confusión y desesperación para tratar de sacar provecho.

Desde el interior de algunos penales del centro y sur del país se han recibido llamadas, aunque se supone que éstas están restringidas, bloqueadas y monitoreadas, tratando de extorsionarlos con fuertes cantidades de dinero.

Una vez que el caso se subió a las redes sociales, cualquier persona tiene acceso al perfil en este caso de Dulce María en Facebook, que no lo tiene restringido ni vedado para otros visitantes que no sean su círculo de amigos, donde ella exhibe algunas fotos en lugares emblemáticos de Europa, lo que no saben es que esos viajes los ganó por sus buenas calificaciones y porque acudía de intercambio con universidades de esos países, no porque sea alguien pudiente a quien pueden extorsionar con millones de pesos.

No hay lugar para que se piense que se trata de un secuestro, porque no ha habido una sola llamada que les indique de manera fehaciente que la tienen retenida en contra de su voluntad y que la finalidad es obtener alguna recompensa a cambio de su liberación.

Lo malo es que la comunicación se encuentra completamente interrumpida, desde la noche del jueves Dulce no contesta las llamadas, el número está apagado, cuando le marcan manda directo al buzón y ya se imaginarán la angustia que esto produce entre sus más cercanos, familia, querencias y amigos.

De manera espontánea, la sociedad se ha organizado para sumarse a la búsqueda de la joven sanluisina, imprimiendo volantes, haciendo carteles difundidos por Facebook, integrándose a los patrullajes ciudadanos, haciendo burritos o donando tanques de gasolina.

Desafortunadamente ya los tiempos no son como antes, que las mujeres podían andar por donde les diera la gana, sin el riesgo o el temor de ser agredidas, ahora los abusos y feminicidios están a la orden del día, alentados por una sociedad machista donde de pilón impera la impunidad.

De todo corazón deseamos que la paisana aparezca pronto sana y salva, y que todo se convierta en una pesadilla que terminó al despertar.

 

 

 

 

 

 

 

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