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Se enreda conflicto con pescadores por muerte de vaquita marina

La sorpresiva muerte de una vaquita que había sido capturada y llevada al santuario marino en San Felipe mantiene al borde del fracaso el ambicioso proyecto para la reproducción en cautiverio de esta especie protegida que se encuentra en peligro de extinción.  Además, el incesante como millonario tráfico de totoaba y la inequitativa repartición de los apoyos enviados por el gobierno federal mantienen en riesgo de que en 2018 se decrete una veda total.

 

Humberto Melgoza Vega

 

Esta semana, la muerte de una vaquita marina que había sido capturada y resguardada en el “Nido”, como se le conoce a la Estación Naval de Búsqueda, Rescate y Vigilancia Marítima inaugurado apenas el pasado 5 de octubre en San Felipe, reavivó el debate respecto a la preservación de una especie animal en detrimento de los pueblos pesqueros, en donde unos pocos están aprovechando para enriquecerse, en especial los “bucheros”, depredadores de la totoaba que también está protegida por encontrase en peligro de extinción.

También, puso en riesgo la continuidad del proyecto donde participan expertos internacionales agrupados en la organización Vaquita CPR (Conservación, Protección y Recuperación de la Vaquita Marina)   que pretende capturar a la vaquita para reproducirla de manera controlada, en cautiverio.

Hace un mes, en una ceremonia por todo lo alto, en la que se tenía la expectativa que acudiría el actor Leonardo DiCaprio,  llegaron a San Felipe cuatro delfines nariz de botella que la Armada de Estados Unidos entrenó para la búsqueda de vaquitas marinas en el Alto Golfo de California. Se dijo que el trabajo de los delfines  sería localizar ejemplares de la marsopa y encaminarlos al santuario, una especie de corral flotante que fue construido con el propósito de aislarlos y asistirlos en su reproducción.

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Pero algo está saliendo mal. Primero anunciaron que habían atrapado a la primer vaquita pero la regresaron al mar, supuestamente porque estaba muy joven y no querían separarla de su madre. Luego, el sábado fue capturada una vaquita adulta en edad reproductiva, con júbilo el titular de la Semarnat presumió el “gran logro” que los llenaba de esperanzas.

Sin embargo, el animal comenzó a tener un comportamiento extraño, parecía haberse estresado cuando lo metieron al área delimitada, veterinarios y biólogos que supervisaban la operación decidieron regresarla al mar pero desafortunadamente la vaquita no sobrevivió.

Los científicos que participan en el Programa CPR le realizarán una exhaustiva autopsia para determinar las verdaderas causas de su muerte, si es algo inherente a ese ejemplar en particular o si es general de la especie que no soporte estar en cautiverio, lo que pondría al borde del fracaso al ambicioso proyecto de “El Nido”.

Desde septiembre de 2015, en el puerto de San Felipe, el presidente Peña Nieto anunció la veda en el Alto Golfo de California, se creó un polígono que abarcaba hasta el Golfo de Santa Clara con la intención primordial de proteger  a la vaquita marina, especie endémica de esta región de la que se estima solo quedan unos 30 ejemplares vivos, sin contar la que murió en cautiverio el domingo anterior.

La batalla que ambientalistas como Greenpeace y Sea Shepard emprendieron en contra de la “red agallera”, una malla de nylon usada por los pescadores ribereños que arrasa con todo a su paso, la hizo suya el gobierno federal, prohibió su uso y las cambió por una malla “suripera” que “no interactúa” con la vaquita.

La presencia de pescadores ilegales que capturan a la totoaba para sacarle el “buche” y vendérselo a los traficantes chinos en miles de dólares por kilo ha incentivado una vertiente de la delincuencia organizada, que han encontrado más lucrativa la venta clandestina de buches de totoaba que de mariguana o de cocaína.

El gobierno de México ha desplegado un operativo sin precedentes para combatir a los pescadores furtivos, vigilancia por cielo, mar y tierra de la Gendarmería, Profepa y Marina, pero a nivel de tropa permea la corrupción lo que facilita que el tráfico de la totoaba se siga presentando.

En San Felipe, como en el Golfo de Santa Clara, existe la preocupación real de que se cierre completamente la pesca a partir del próximo año, porque la extensión del programa de compensaciones  se dio hasta diciembre de este año pero a partir de enero no saben qué va a suceder. La pesca ilegal continúa, en el último año han encontrado cinco vaquitas muertas, el tráfico de buche de totoaba ya descubrió nuevas rutas y el dinero que les dan por dejar de pescar se está repartiendo de manera inequitativa, donde los únicos o principales beneficiados son los pescadores o líderes de cooperativa que tienen uno, cinco y hasta diez permisos, 33 mil pesos por cada uno.

De tal manera que algunos quisieran que se quedara de por vida el programa de compensaciones, pero no los pescadores que reciben 8 mil pesos al mes, o quienes ganan 6 o 4 y que a veces dan la mitad a líderes acaparadores al igual que en el Golfo de Santa Clara, menos aún los que se quedaron fuera de la repartición y que ahora batallan hasta para comer.

 

“La compensación hay mucha gente que lo recibe y no lo merece, y mucha gente que lo merece y no lo recibe, se encargaron de meter a la mamá, al cuñado, al suegro, pensaron `si ya van a cerrar el mar,  que se beneficie la familia´, hicieron injustamente la repartición del dinero, hubo mucho abuso y los que se mojaron el culo en las embarcaciones con ellos los dejaron fuera”, relata un nativo de San Felipe, quien habla con la condición del anonimato.

 

Refiere que, con la puesta en marcha del laboratorio flotante en el puerto se redobló la vigilancia por parte del gobierno federal, lo cual no impide que unas quince pangas provenientes del Golfo se aparezcan todas las noches al norte de la isla para la captura de totoaba.

“Ellos están sacando el producto me imagino que por San Luis, porque por aquí hay mucha vigilancia, la mayoría andan armados”, comenta la fuente, que conoce de primera mano todo lo que pasa en el mar.

Desde el miércoles que Carlos Loret de Mola anunció la transmisión de un reportaje especial sobre la vaquita marina, dejó entrever que se pisarían algunos callos.

La madrugada de ayer, el periodista estelar de Televisa transmitió en su programa Despierta la nota en la que destaca la creación del programa Vaquita CPR, haciendo especial énfasis en la captura ilegal de la totoaba y señaló al presidente de la Federación  de Cooperativas Ribereñas de San Felipe, Sunshine Rodríguez, de estar metido en el negocio del buche de totoaba.

A través de su cuenta de Facebook, el líder pesquero advirtió que solicitaría a Televisa el derecho de réplica y retó a un debate público a los ambientalistas  a quienes acusó de “asesinos”. “A mí me podrán acusar de ser presunto buchero pero yo los puedo señalar que han matado una vaquita marina que está en peligro de extinción”, advirtió.

“Han expuesto a mi familia, me han expuesto como persona, y claro que peligra mi seguridad, como la de mi familia, hago responsable públicamente a Televisa y a Loret de Mola por cualquier cosa que nos pudiera pasar, sabemos en el México que vivimos de extorsión, de secuestro, en donde ninguna familia está segura, ni con el gobierno, ni con la gente que se dedica a eso…”, manifestó.

Sunshine Rodríguez se asume como una piedra en el zapato de los ambientalistas y advierte que seguirá luchando porque se reabra la pesca en San Felipe, bandera que  llevarán en la marcha que están organizando para el 20 de noviembre “por la verdad, la paz y la tranquilidad del Alto Golfo”.

Alta prioridad

Luego de transmitir el anunciado reportaje, Loret de Mola invitó al estudio al secretario de Sagarpa, José Calzada Rovirosa, al titular de la Semarnat, Rafael Pacchiano Alamán, y al vicealmirante Romel Eduardo Ledezma, comandante de la Segunda Región Naval con base en Ensenada, quien tiene bajo su mando el operativo en mar para salvaguardar a la vaquita.

Sobre la mesa quedó la posibilidad del cierre total de la pesca en el Alto Golfo, este año por lo pronto ya no les permitieron pescar ni siquiera curvina y tampoco pudieron entrar al mar para la captura del camarón.  Reconocen que el principal problema es con las redes de enmalle o “agalleras”, donde han encontrado atoradas tanto totoaba como vaquitas, el próximo año probarán con la red suripera que no termina por convencer a los pescadores.

Lo que dejó en claro el titular de Sagarpa es que para el gobierno federal seguirá siendo prioritaria la protección de la vaquita marina y harán los esfuerzos necesarios por evitar su extinción.

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Calzada Rovirosa señaló que durante el presente año han detenido a 135 personas que traficaban con buche de totoaba, el Alto Golfo de California “es la zona más vigilada de todo el país”, destacó el vice-almirante. Calzada añadió que mensualmente el gobierno federal eroga 45 millones de pesos que se reparten entre más de 2 mil 500 pescadores “a quienes se les paga por no pescar”.

“Por primera vez estamos trabajando tres secretarías coordinadas, es prioridad del presidente de la República, hemos tenido ampliaciones de la veda y del polígono…los esfuerzos del gobierno mexicano, la Marina, Sagarpa y Semarnat por salvar a la vaquita marina van a seguir porque es un esfuerzo que el presidente ha dicho que se tiene que tener por cuidar a esta especie mexicana…”, comentó Pacchiano.

Y el mensaje final del secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca.

“Así como hay gente que se dedica a cuestiones ilegales y que pone en riesgo su vida y la de los demás también hay muchos pescadores que lo hacen de manera correcta, para ellos va mi mensaje: hasta que no se tome alguna otra determinación van a seguir recibiendo la compensación, queremos que estén tranquilos en ese sentido, íbamos a abrir la pesca de camarón en septiembre, no se abrió la pesca de camarón precisamente por este tema de la vaquita, siempre poniendo por encima de todo el salvar a la vaquita marina, pero hasta que no abramos la pesca vamos a seguir con la compensación porque ese es un derecho que han tenido toda su vida y el gobierno mexicano tiene que responder por ello”.

Santa Clara

En el Golfo de Santa Clara se vive una calma chicha luego de que les pagaron el subsidio de la curvina, que les adeudaban desde hace siete meses. Pero la posibilidad de que los apoyos se terminen entrando el año los mantiene con preocupación.

“Por ahí se escucha que no quieren ninguna embarcación en el mar para el próximo año”, menciona Enrique Assaf Molinar, presidente de la Sociedad Cooperativa Las Cabinas.

En una reunión de urgencia programada para mañana se verán entre otras cosas la reestructuración de las listas porque dejaron a pescadores fuera “y se le está pagando a mucha gente que no pertenece a las cooperativas”.

El “Gringo” Assaf considera que se vienen tiempos complicados en las negociaciones con el gobierno federal.

En primer lugar la reestructuración de la lista de beneficiados y segundo en la actualización del pago por kilo de camarón “en ese entonces se contempló en 240 pesos pero ahorita ya procesado anda arribita de los 400 pesos el kilo”. Además, los obligarán a utilizar otro tipo de redes llamadas suriperas, “con esas si mando una embarcación y captura 8 kilos de camarón y lo vendo, no saco ni para la gasolina”, asegura.

A pesar de que Assaf está relativamente a gusto por la compensación que recibe por no pescar, reconoce la imperiosa necesidad de que se reabra la pesca para que se reactive la economía del pueblo en general, y no solo de los que tienen permisos o que se dedican a la pesca ilegal de la totoaba.

“La veda en realidad ha beneficiado a unos cuantos, en el Golfo se ha sentido la falta de trabajo, que a veces andan pidiendo prestado porque no les han depositado, la gente lo que quiere es salir a pescar”, menciona.

En marzo, una turba enardecida golpeó a inspectores de la Profepa y de Semarnat, quemaron varios vehículos y lanchas y como no pasó nada, en septiembre pasado le prendieron fuego a una patrulla de la policía estatal y del susto el oficial que había llegado de Obregón como refuerzo para la vigilancia falleció de un infarto.

Mientras, cada mañana aviones y helicópteros de la Policía Federal y la Marina sobrevuelan el Alto Golfo, y la Gendarmería y Conapesca hacen recorridos por la playa para evitar que las embarcaciones se hagan a la mar.

 

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