México cae contra Brasil y termina el sueño del quinto partido
Cuando solo sueñas, los hechos se esfuman sin materializarse en realidades. México soñó que podía llegar al quinto partido, que podía vencer a Brasil en los Octavos de Final, pero todo se quedó ahí, con un aplastante 2-0 que terminó con cualquier intento de volverse en realidad.El Tricolor de Juan Carlos Osorio le jugó a la Canarinha con autoridad, hizo que los brasileños se replegaran atrás y buscaran atacar por la vía del contragolpe, aferrándose a su velocidad.
El propio Neymar con sus cualidades ofensivas tuvo que sacrificarse y bajar a defender porque adelante Chicharito, Vela y Lozano eran demasiado peligrosos para siquiera darles espacio.
México firme, autoritario, con Rafa Márquez dando órdenes y cortando las escapadas de Willian, dejó en ceros el marcador durante el primer tiempo, mientras no se cansó de proponer y tocar, buscando el gol que comenzara a darle tintes de realidad a sus sueños chingones.
Pero Brasil y su magia hicieron lo suyo. Ante la velocidad y explosividad México tuvo que ceder. Ochoa había logrado controlar un par de disparos letales, pero no pudo más.
Ya sin Márquez atrás, Willian mandó un centro al área que Neymar logró cerrar en gol después de una barrida sin marca dentro del área al 51′.
Brasil le dio así el golpe letal al Tricolor, en la tribuna comenzó el “Sí se puede”, ese grito que recuerda que nunca se ha podido y que nos hace aferrarnos a pensar que pasará. Pero México no pudo reaccionar, su delantera no tuvo la explosividad necesaria para terminar las jugadas en gol.
Así que el segundo de los sudamericanos fue trámite, porque al cuadro de Osorio solo le preocupó por atacar. Neymar descolgó por la banda izquierda mandó un centro a Firmino quien solo la acomodó en la red para firmar así el 2-0 al 88′.
El Tricolor terminó así un sueño, el de calificar al quinto partido, el de hacer más que solo participar en el Mundial y jugar los Octavos de Final.
México cerró así su participación en Rusia 2018 y está de vuelta en casa, sin objetivo cumplido, y con un proceso llamado Juan Carlos Osorio que parece haber llegado a su fin.