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Policía, bajo ataque

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La racha de violencia que se ha generado en esta frontera y que tuvo su pico más alto el pasado mes de junio ya alcanzó a la corporación policiaca, con el crimen del oficial Daniel Armenta Santos, perpetrado la medianoche del pasado martes por al menos tres pistoleros quienes lo rafaguearon con un “cuerno de chivo”.  

Humberto Melgoza Vega

SAN LUIS RÍO COLORADO.- Al oficial de Policía Daniel Armenta Santos ya lo venían siguiendo. Sabían dónde vivía y a qué hora salía de su trabajo. En qué unidad se movía para realizar su labor como jefe del Grupo Antirrobo de Vehículos, el GAR. Lo tenían bien ubicado.

Luego del crimen contra Daniel Armenta, el experimentado reportero policiaco Juan Pedro Morales publicó que había rabia en un sector de la corporación porque sospechaban que alguien de sus compañeros lo había “puesto”.

Se desconoce si el ataque contra el oficial de Policía esté relacionado con la supuesta lucha por la “plaza” entre bandas del narcotráfico, la cual dejó un saldo de 9 muertos tan solo durante el pasado mes de junio.

Hay versiones en el sentido de que se advirtió a los altos mandos que intervinieran para sacar a uno de los grupos que llegó de fuera y hasta plazo fatal les dieron.

Daniel Armenta habría sido sacrificado para mandar un macabro mensaje de que la amenaza iba en serio.

Otra de las líneas de investigación está enfocada en una detención que realizó el oficial Armenta hace un par de semanas, cuando participó en el arresto de dos sujetos que realizaban disparos, a uno de ellos se le aseguró un rifle AK-47 de los llamados “cuerno de chivo”. Armenta testificaría en su contra.

Tampoco se descarta que su labor al frente del Grupo Antirrobo de Vehículos,  con el que logró disminuir el índice de robos y aumentar los carros recuperados, le haya acarreado algún tipo de represalia.

Daniel Armenta es el segundo policía asesinado en la presente administración municipal, el primero fue el comandante Jorge David Ramírez Sierra, la víspera de Navidad, mientras estaba comisionado en el Centro Cultural de avenida Madero y 29.

Balazos, no abrazos

Al filo de la media noche del pasado martes, cuando ya había terminado su turno, el oficial Daniel Armenta se dirigía a descansar a su casa cuando fue atacado.

Poco antes había dejado en su domicilio a uno de sus compañeros al que le dio raite en la unidad oficial, un pick-up Dodge Ram.

Por la calle 25 tomó hacia el norte y al llegar a la avenida Puebla miró que venía un vehículo aproximándose y detuvo la marcha.

Sin bajarse, desde el sedán blanco comenzaron a dispararle, uno de los sicarios utilizó una pistola, el otro soltó una ráfaga de “cuerno de chivo”.

Malherido, Armenta  todavía alcanzó a pedir ayuda por radio, describió el vehículo en el que viajaban los atacantes y en una patrulla fue llevado de emergencia a un hospital privado de la localidad pero ya no pudieron hacer nada para salvarle la vida.

Con la activación del Código Rojo, la Policía Municipal emprendió rápido operativo, el cierre de las entradas y salidas de la ciudad.

A los pocos minutos, abandonado sobre la avenida Colima y calle 20 fue localizado el Malibú de color blanco, con placas sobrepuestas.

El carro que usaron los sicarios, se supone que eran tres, tenía manchas de sangre en las puertas, lo que significa que el oficial Armenta alcanzó a disparar su arma y que al menos uno de los gatilleros resultó herido.

Con la adrenalina al tope, la misma madrugada del miércoles un grupo de agentes “reventaron” varios domicilios en busca de los agresores, pero sin obtener resultados positivos.

Uno de los oficiales de alto rango mencionó que se equivocaron al meterse con la policía y más con un buen elemento, serio y muy apreciado como Daniel Armenta, “Tatanka” para sus amigos íntimos y compañeros de la comandancia.

Graduado de la primera generación del Centro de Capacitación y Adiestramiento Policial (Cecap) en 1998, cuando era director el comandante Jesús Zamora, Armenta Santos tenía 21 años en la corporación policiaca donde hizo grandes amigos y hasta compadres, como los oficiales Fierro y Vizcarra.

Al final de la pasada administración municipal, Armenta había recibido un reconocimiento por su destacada labor como policía y estaba a punto de concluir sus estudios en Criminología en la universidad CeUno, pero ya no alcanzó a graduarse.

Ayer, mientras que el Ministerio Público integraba la averiguación previa por el homicidio calificado, el oficial caído en cumplimiento de su deber fue llevado a la que fue su segunda casa durante 20 años para el último pase de lista. @

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