Semanario Contraseña

La clave de la información

El Rey de los Chairos

[vc_row][vc_column width=”1/1″][vc_column_text]

El Eslabón Perdido

Humberto Melgoza Vega

“No hay en México un periodismo profesional, independiente, no digo objetivo porque eso es muy difícil, es muy relativa la objetividad, pero ético, están muy lejos de eso, es parte de la decadencia que se produjo, lo mismo en la radio, lo mismo en la televisión, no generalizo, pero sí , no supieron entender la nueva realidad…”, manifestó el presidente Andrés Manuel López Obrador a inicio de semana, en una de sus habituales ruedas de prensa mañaneras.

“Le siguieron con lo mismo y desesperados optaron muchos por la mentira”, dijo y se refirió entre otros a Ciro Gómez Leyva, quien según el Peje se echó a perder, porque antes era de ideología izquierdista, y Pascal Beltrán del Río, quien según AMLO perdió el rumbo luego que salió de Proceso y ahora como director del diario Excelsior de circulación nacional.

Como nunca desde que asumió la presidencia y que adoptó como adversarios a la “prensa fifí”, “conservadora” y que se quedó anclada en el periodo “neoliberal” (lo que sea que signifique), el presidente le dedicó su atención a los medios de comunicación, y dejó en segundo plano el tema de la pandemia.

“Ustedes creen que no aburre abrir un periódico, El Universal, por ejemplo, o el Reforma, y no encontrar nada bueno del gobierno, todo malo, pero no solo las notas, los articulistas, supuestamente independientes…puro conservador … lo mismo Tv Azteca y lo mismo Televisa y Excelsior… el buen periodismo es el que defiende al pueblo, que está distante del poder…”.

O sea que el buen periodismo debe aplaudir, le planteó una reportera.

“No, lo que tenemos ahora es un periodismo demasiado cercano al poder…económico, y muy distante del pueblo, es un periodismo de la elite… es como las Pymes, que las ponen por delante, para sacar provecho los de mero arriba”, aprovechó la oportunidad para raspar el mueble de la cúpula empresarial.

De aquel buen periodismo “ya queda muy poco, nos defienden creo que tres. Estoy hablando de periodistas, nos defiende muchísima gente, por eso puedo estar tranquilo –dijo con una sonrisa… porque hay millones en las redes sociales… Quienes defienden en estos últimos días, Federico Arreola, que nos defiende, enfrenta esta campaña de calumnias; Enrique Galván, de La Jornada…Yo sé que desespera pero yo no puedo hablar de corrido, por eso me llevo tiempo…Pedro Miguel…hay otro articulista, inteligente también, no podría decir que de izquierda pero sí buen analista político… uno que escribe en El País…Jorge Zepeda Patterson, pero hasta ahí…por eso es importantísimo el fenómeno de las redes sociales…”.

La que acaparó los reflectores y las tendencias en redes sociales fue la periodista hermosillense Reyna Millán, quien increpó a López Obrador en un ejercicio inédito de libertad de expresión y de intercambio de ideas entre un presidente de la República y los reporteros.

“Hay muchos periodistas honestos, aplicados en su labor que no se vende en todo el país, nomás que usted no los conoce y como que se cicla en los grandes medios; incluso en los grandes medios hay gente que trata de hacer su trabajo, a pesar de las indicaciones que dan los jefes o los dueños de los medios”, mencionó la reportera de Pie de Página.

“Pareciera que usted mide con doble vara a los medios porque ante el llamado a la desobediencia de un conductor de Tv Azteca usted dice que hizo daño, pero poquito…”.

A diferencia de sus tiempos de idealista opositor, López Obrador ha perdido el “charm” con la prensa combativa, esa que lo siguió por todo el país y que a pesar de los compromisos políticos de los propietarios le dieron total cobertura, por la relevancia de su personaje, hasta llevarlo a la presidencia de la República.

Esta semana como ya es habitual, en su conferencia de prensa mañanera AMLO se quejó de la prensa que solo se ocupa de publicar los errores de su gobierno y los grandes aciertos parece que hasta por consigna los minimizan.

Además de sus villanos favoritos, los diarios Reforma y El Universal, también la emprendió contra Pascal Beltrán del Río, egresado de la escuela de Proceso y que es actualmente director editorial de Excelsior.

Junto con ellos hay una cada vez más creciente legión de prensa crítica hacia su gobierno, no sólo los López Dóriga, Loret de Mola, Brozo, Carlos Marín, Ricardo Alemán, Adela Micha y un variopinto etcétera de periodistas y comunicadores que perdieron sus millonarios privilegios y andan que no los calienta ni el sol; también los medios serios como Animal Político, Sin Embargo, Zeta y cientos más a lo largo y ancho del país que siempre han manejado una línea editorialmente independiente al poder y que no podrían ser distintos con López Obrador, por más que en su momento hubieran apoyado su candidatura.

“Hacemos un llamado al presidente de la República para que se abstenga de emitir discursos estigmatizantes, tomando en cuenta el contexto adicional de violencia que las y los periodistas padecen”, apercibió el organismo internacional de defensa de la libertad de expresión, Artículo 19.

“Asimismo llamamos a los dueños y directivos/as de los medios a que cumplan con su deber de garantizar los derechos de las audiencias, aplicando y generando códigos de ética que promuevan y garanticen el ejercicio de los derechos humanos…”, .

Ante la avalancha, el vocero Jesús Ramírez Cuevas hizo una tímida defensa a través del Twitter donde señaló que “el Gobierno MX respeta la libertad de expresión. Nunca en la historia ha habido tanta libertad para informar y opinar…”.

Este Twitter mereció la respuesta del respetado periodista J Jesús Esquivel, corresponsal de Proceso en Washington, de quien ya leí entre otros sus libros La DEA en México y El Juicio, Crónica de la caída del Chapo Guzmán: “Tocayo, esto que transmites deberías decírselo directamente al presidente López Obrador.  Hoy patinó horriblemente. Me da repugnancia decirlo pero cada día que habla de la prensa se parece más a `su amigo´ Donald Trump…”.

Como nunca, vemos a un presidente muy estresado, no es para menos con el problemón que se le viene encima al país por la epidemia del coronavirus, cuando hace poco todavía invitaba a darnos abrazos, a comer en las fondas y comprar en los tianguis, y se está desahogando con la prensa crítica.

Así no, AMLO.

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Deja un comentario

× Platique con nosotros