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La clave de la información

La doctora que enfrentó al Covid a domicilio

México demostró una cara terrible y esa falta de conciencia nos creó un escenario espantoso donde hubo más muertes que en muchos países. Me da vergüenza admitirlo pero más de la mitad de las muertes se pudieron haber evitado con un poco de empatía y respeto hacia los demás”: Alma Díaz

Humberto Melgoza Vega

La pandemia del coronavirus que ya cumple 5 meses desnudó las carencias en el sistema de salud pública, puso a prueba la destreza y resistencia de médicos y enfermeras, que “comenzaron a caer como moscas”, como dijo el gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, rescató el espíritu solidario del pueblo mexicano, pero también mostró el lado egoísta que pudo evitar que esta tragedia fuera de las proporciones que estamos viendo, más de 55 mil muertes y ya rebasamos el medio millón de contagios.

Aunque al presidente Andrés Manuel López Obrador le moleste hasta que la prensa se ocupe de llevar el conteo estadístico, el que a diario informa el “super-subsecretario” de Salud, Hugo López Gatell, México ya ocupa el podio como el tercer país más afectado por la pandemia, solo por debajo de Estados Unidos, medalla de oro con más 5 millones de casos positivos y 167 mil muertos; y Brasil que se lleva la plata con más de 3 millones de casos positivos por 105 mil defunciones.

Esto, sin contar el sub-registro de los casos totales, los que se diagnosticaron como neumonía atípica, los que se atendieron en hospitales privados y mucha gente que prefirió morir en su casa que en las frías instalaciones de un nosocomio.

Además, México es de los países que menos pruebas ha realizado, de manera que es imposible llevar un registro real a partir de que miles se han aislado, tanto por la contingencia sanitaria, que impidió durante casi cuatro meses cualquier tipo de actividad comercial o laboral que no fuera esencial, y los que presentaban algún tipo de síntoma como tos seca, fiebre, dolor de cuerpo, perdida del olfato y gusto y ya más graves, con dificultades para respirar.

En medio de este panorama tan sombrío surgieron seres de luz, gente que su profesión y misión en este mundo es la de salvar vidas, aunque pongan en inminente riesgo la suya propia, quienes desde el inicio de la epidemia han estado en la línea de fuego, combatiendo como pueden al “enemigo cruel y despiadado”, como llama al virus el secretario de Salud, de Sonora, Enrique Clausen.

Uno de estos personajes se llama Alma Vianney Díaz Salgado, médico general egresada de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), quien dejó su trabajo en una empresa privada y en una farmacia para dedicarse de lleno a atender a los pacientes con covid-19, muchos de ellos a domicilio; y a través de su perfil de Facebook se dedicó a hacer recomendaciones, pidiendo no auto-medicarse, y aprovechó también el espacio para conseguir equipo y tanques de oxígeno para ayudar a la población contagiada por el virus.

Emergencia

Cuando recién empezó la pandemia, por allá en marzo, Alma trabajaba en una farmacia donde comenzaron a llegar pacientes con problemas respiratorios.

“Así fue como comencé a conocer la enfermedad, cada día eran más hasta que se llenó el consultorio y entonces me empecé a preocupar, de que pudieran contagiar a otras personas”.

Al poco tiempo tuvo que renunciar a su trabajo en la farmacia para atenderlos en sus domicilios con todos los cuidados necesarios, vestida con overol, mascarilla, careta, guantes, etcétera, se corrió la voz que estaba consultando a contagiados por el virus “y fue cuando empecé a atender pacientes poquito más graves”.

La irrupción de la doctora Alma Díaz se dio cuando consultó a una persona con síntomas graves de Covid, a bordo de su propio vehículo, sobre la calle 11 (Heroico Colegio Militar) de Mexicali. En ese entonces todos los hospitales estaban saturados. De las redes sociales también fue entrevistada en una televisora local. Eran los inicios de la pandemia.

“Literalmente lo atendí en la calle, estaba muy mal, saturando muy bajo, traía una fiebre terrible… hice lo que pude con los medicamentos que tenía”, recuerda.

Ahora, en uno de sus ratos libres, cuando en apariencia ha descendido la intensidad de la epidemia, acepta esta charla con el reportero de CONTRASEÑA.

 -¿Por qué haces esto?

-Yo estudié Medicina para ayudar a la gente, siento que es una manera muy útil, además que soy una médico joven, no tengo asma, no tengo obesidad ni ninguna enfermedad que me ponga en riesgo, entonces consideré por pura lógica que si hay alguien que tiene que salir a trabajar del personal de salud somos precisamente nosotros, los que tenemos menos factores de riesgo: no es lo mismo que me enferme yo, con menos de 30 años, a que se enferme un doctor o una doctora de 60 con hipertensión, asma o EPOC, ahora es cuando más me necesitan.

“Si ha sido muy duro y muy triste, yo perdí a mi amigo Esteban Palma, enfermero y paramédico, así como a otros compañeros que han muerto por Covid porque nos rebasó la enfermedad; fue demasiado, éramos muy pocos y tenían que protegerse con el material que había y otros se incapacitaron por obvias razones…”, recuerda.

-Yo no soy la persona indicada para decir que se está aplanando la curva de la pandemia pero sí estoy atendiendo menos pacientes por día, menciona ante la reapertura en Mexicali de prácticamente todos los negocios, con excepción de los bares y antros.

“Considero que debemos poner en una balanza muy bien equilibrada entre la crisis económica y la crisis sanitaria, se tiene que reactivar la economía sin embargo sí creo que deben seguir las medidas sanitarias, que mucha gente no las toma en cuenta, como el lavado de manos, la gel anti-bacterial no sustituye al jabón, siguen sin usar cubre-bocas, hablándose a menos de 10 centímetros de distancia, esto va a retrasar que salgamos de la pandemia”, expone.

“Espero, deseo que la población haya cambiado su mentalidad de manera permanente, como ocurrió en Japón, donde luego de las epidemias que tuvieron adoptaron la costumbre de saludarse sin tocarse, con una reverencia, y es común el uso de cubre-bocas por una simple gripe, eso es un síntoma de responsabilidad y respeto a los demás”, reflexiona.

Al inicio de la pandemia, el sector médico confiaba en que se podría controlar sin mayor problema, “nunca pensamos que iba a haber tanta ignorancia y tanta desobediencia por parte de la población; México demostró una cara terrible y esa falta de conciencia nos creó un escenario espantoso donde hubo más muertes que en muchos países, me da vergüenza admitirlo pero más de la mitad de las muertes se pudieron haber evitado con un poco de empatía y respeto hacia los demás…”.

Luego de más de mil 300 defunciones tan solo en Mexicali, familias rotas, los sueños truncos, como moraleja de esta pandemia queda como reflexión la importancia de la vida humana, del amor al prójimo, de la salud de las personas.

“Necesitamos hospitales, necesitamos más personal, necesitamos equipo, para atender a la gente como es debido, y no lo hay, ojalá que mejore mucho la situación en México”, menciona.

Mientras pasa la pandemia –que según la doctora ya va para su segundo rebrote, el primero se dio el 10 de mayo y el siguiente el Día del Padre, el segundo domingo de junio, el pico se presentó en julio y en agosto ha cedido un poco– Alma Díaz seguirá realizando su labor para atender a pacientes infectados por coronavirus.

“Esto me lo enseñó mi padre desde muy niña, que no hay que regalar nuestro trabajo, yo cobro por la consulta aunque sea algo pequeño, si no tienen dinero ese no es problema, yo he dado consultas a cambio de un plato de comida, a veces me llevan un pastelillo; por un lado hay que aprender a valorar el tiempo y el esfuerzo de los demás, pero también debemos ser solidarios”, finaliza. @

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