AMLO presume recuperación tras crisis por COVID y baja en delitos en su Segundo Informe
El combate a la corrupción, su bandera principal, y la atención a la pandemia de COVID-19 que ya dejó más de 62 mil muertos y una crisis económica en el país, fueron los temas con los que el presidente Andrés Manuel López Obrador inició su Segundo Informe de Gobierno.
Aseguró que su gobierno no será recordado por corrupto, pues su principal legado será el haberla erradicado: “en estos tiempos transformar es moralizar”, dijo desde el patio del Palacio Nacional ante menos de 100 invitados.
López Obrador destacó que su gobierno no va por venganzas políticas pero aclaró que “no encubrimos a nadie ni permitimos la impunidad. Ya se acabó la robadera de los de arriba pero falta desterrar el bandidaje oficial”.
Destacó la austeridad de su gobierno, gracias a la que se han ahorrado 560 mil millones de pesos, recursos para enfrentar dos crisis: la sanitaria y la económica.
Sobre la pandemia de COVID dijo que aunque ha dejado miles de muertos – sin decir que agostó cerró con más de 64 mil decesos, “dolor, tristeza y penurias”, señaló que la pandemia nos dejará un mejor sistema de salud.
Destacó que se han reconvertido 969 hospitales para atender pacientes con COVID, instalado 32,203 camas y 10,612 con ventiladores, se ha contratado a 47 mil médicos generales, especialistas y enfermeras.
También dijo que la pandemia ha fortalecido el amor en las familia, destacado el trabajo del personal médico y resaltado la fraternidad del pueblo.
Destacó que científicos mexicanos son parte del desarrollo de la vacuna y que se hicieron alianzas con la Universidad de Oxford, la Fundación Slim y el gobierno de Argentina para la producción y distribución de la vacuna.
Ayudas directas, no rescates
El presidente destacó que su gobierno ha invertido 115 millones de pesos para programas sociales que han beneficiado a 9 millones de personas de manera directa.
“Nos han reprochado que no rescatamos a la élite pero es un orgullo decir que ayudamos a 23 millones de familias”, sostuvo que los programas sociales no “son un gasto sino una inversión, no son dádivas, es justicia”.
Pese a esto, dijo, la relación con empresarios ha sido buena y respetuosa. Puso como ejemplo que la mayoría de las empresas no despidió a sus trabajadores y se perdieron 1 millón de empleos en los momentos más difíciles de la crisis.
Los programas sociales han permitido preservar el poder adquisitivo y la capacidad de consumo por eso no se ha cerrado el mercado a empresas y comercios”, destacó.
Destacó que gracias al aumento de las remesas – que espera lleguen a 40 mil millones de dólares a final de este año – sumado a los programas sociales y los créditos para pequeños negocios “la pandemia no ha desembocado en hambruna ni escasez de alimentos, ni en asaltos y el pueblo tiene recursos para su consumo básico”.
“Dije que la crisis por la pandemia sería transitoria, sería como una ‘v’ caeríamos pero saldríamos pronto, ya pasó lo peor y ahora vamos para arriba”.
Según el mandatario esta recuperación se ve reflejada en la creación, durante agosto, de 93 mil nuevos empleos; la apreciación del peso pues el dólar se cotizó por debajo de los 22 pesos luego de haber estado a más de 25; la mezcla mexicana del petróleo, de cero pasó a 40 dólares por barril; el consumo de productos básicos aumentó en 9.5% en términos reales, con relación al año pasado.
Presume baja en delitos
El presidente destacó que dar trabajo, educación y bienestar es la base de su estrategia de seguridad, así como el despliegue de la Guardia Nacional, que hasta el momento cuenta ya con 97 mil elementos.
Presumió que han disminuido en promedio un 30% los secuestros, feminicidios, robos a transeúntes, a transportistas, robo de vehículo, robo en transporte público colectivo, robo en transporte público individual, robo a negocio y robo a casa habitación.
“Solo han aumentado dos delitos: homicidio doloso y extorsión en 7.9 y 12.7%, respectivamente; vinculados, en lo fundamental, a la llamada delincuencia organizada”.
Aseguró que ya no manda la delincuencia organizada y hay justicia para el pobre. “Ya no hay torturas, desapariciones ni masacres; se respetan los derechos humanos y se castiga al culpable sea quien sea. Ya no hay en el gobierno federal funcionarios como García Luna”.
Sobre el juicio a expresidentes reiteró su postura de que se consulte al pueblo para llamarlos o no a juicio. Dijo que él votaría por no someterlos a proceso pues considera que “en el terreno de la justicia se pueden castigar los errores del pasado, pero lo fundamental es evitar los delitos del porvenir”.
Sin embargo, de realizarse la consulta, dijo respetará el fallo popular, “sea cual sea, porque en la democracia el pueblo decide y por convicción me he propuesto mandar obedeciendo”.