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Guerra de narcos por el corredor San Luis-Mexicali

Luego de algunos meses de tregua, en parte debido a la cuarentena por el coronavirus, la delincuencia organizada se ha reactivado y además del ajuste de cuentas pendientes con sus rivales, de manera temeraria pretenden invadir territorios. Si las autoridades no cumplen al menos con disuadir su presencia en las calles, y si los altos mandos no se ponen de acuerdo y meten orden, se prevé una inminente una escalada de la violencia en ambos lados del Río Colorado.

Humberto Melgoza Vega

SAN LUIS RÍO COLORADO.- La violencia que ha venido escalando en las semanas recientes tanto en San Luis como en el Valle de Mexicali es, a decir de las autoridades, fuentes policiacas y expertos en el tema consultados, parte de la disputa por el control de la venta de droga entre grupos de la delincuencia organizada que operan en ambos lados del Río Colorado.

En el asiento trasero fue encontrado el cuerpo de Fernando.

Los casos más recientes, que forman parte de este historial de violentos reacomodos, son los crímenes de Fernando Márquez Tamayo, hermano mayor del ex policía Marco Polo de los mismos apellidos, asesinado el 1 de mayo pasado junto con su hijo de3 años en un fraccionamiento privado de Mexicali, y el de Everardo Cota, ocurridos ambos la noche del sábado pasado.

En este contexto, apenas el mediodía del miércoles, gatilleros llegaron hasta el car-wash “Kevin”, en el ejido Saltillo, Valle de Mexicali, donde ametrallaron a Jorge Luis Mora López, alias “El Chinto”, integrante de la banda de Los Garibay.

La propia alcaldesa de Mexicali, Marina del Pilar Ávila, en reciente entrevista con el semanario Zeta de Tijuana reconoció la presencia del Cártel de Sinaloa, que históricamente ha controlado la capital de Baja California, y la incursión de grupos de Sonora, quienes delinquen y se esconden en ambos valles y que serían los generadores de violencia, tratando de expandir su territorio.   

“Efectivamente, en el Oriente hay una situación de delincuencia organizada, narcomenudeo y pandillerismo. Aquí la estrategia son operativos con Sedena, Guardia Nacional y Policía Municipal, en el Valle de Mexicali tienen que ver con delincuencia organizada porque están pegados con San Luis, son dos cárteles, uno de Sonora y Sinaloa, básicamente son estas dos bandas y se está atendiendo esta situación”, manifestó Marina del Pilar en la entrevista con el reportero Eduardo Villa. 

Celada

La noche del sábado 10 de octubre, Everardo recibió una llamada a su celular, lo citaron en un punto sobre la carretera lateral y cuando iba llegando al lugar desde el monte fueron recibidos a balazos. Los estruendos fueron escuchados por comensales que se encontraban en el restaurante La Terraza.

Su esposa llevaba horas buscándolo, porque no le contestaba el celular, hasta que pasada la medianoche a un costado de la carretera miró el pick-up que Everardo traía prestado y cuando se acercó constató la terrible corazonada.

Como en el lugar había rastros de sangre y un arma que no pertenecían al occiso, se cree que junto con él andaba Fernando Márquez Tamayo, quien fue alcanzado a la altura del ejido Querétaro, sobre la carretera Mexicali-San Luis, donde rafaguearon el Acura negro 2007 en el que viajaba en la parte trasera y tras volcarse se acercaron a rematarlo, dejando con vida al conductor del vehículo, quien fue trasladado por un particular con heridas de bala en la espalda.

Violencia en el Valle de Mexicali

El primer día de mayo de este año, el ex policía sanluisino Marco Polo Márquez Tamayo fue asesinado en un fraccionamiento privado en Mexicali, ataque en el que también perdió la vida su hijo de solo 3 años.

El Tamayo,  como todos le llamaban, había salido de San Luis para refugiarse en la vecina ciudad, porque un grupo delincuencial que opera en todo Sonora lo andaba buscando para matarlo hasta que finalmente lograron ubicarlo: un pistolero solitario burló la caseta de vigilancia, saltó la barda y cumplió su cometido.

Ya en dos ocasiones habían ido a buscarlo a su domicilio, por la avenida Coahuila, y al no encontrarlo le rafagueaban la casa.

Él mismo compartió en Facebook el video de las cámaras de seguridad donde se ve al grupo fuertemente armado, en 3 camionetas con estrobos, y en la publicación le reclamó al jefe de la Policía Municipal si necesitaba ayuda para sacarlos.

La guerra por la plaza de San Luis Río Colorado inició desde que la gente de los “Salas” se expandieron hacia San Luis Río Colorado, al final de la pasada administración. Como no lograron ponerse de acuerdo entraron en conflicto con los Cuates Lara, aliados de los Tamayo, y comenzaron los ajustes de cuentas, de uno y otro bando.

Primero mataron a uno de los Cuates Lara y el 2 de mayo de 2018, mientras era velado en la funeraria sobre la calle 17 pretendieron acabar con el gemelo sobreviviente, aunque fueron repelidos a balazos.

En ese incidente, donde la Policía detuvo a cuatro pistoleros, dos por bando, fallecieron entre el fuego cruzado los hermanos Gerardo y Araceli Villaseñor, residentes del Golfo de Santa Clara, quienes habían llegado a expresar sus condolencias y se convirtieron en “víctimas colaterales”.

El 15 de diciembre de 2019, luego de recibir el reporte de la presencia de personas armadas, policías municipales abatieron a José Eduardo Pérez Jiménez alias “El Charal”, peligroso sicario oriundo de Ciudad Morelos, en el Valle de Mexicali, quien tenía una larga lista de calacas en su récord.

El Charal, que era buscado por autoridades de Sonora y Baja California, señalado de ser el autor material de múltiples homicidios en la zona, desató una cruenta balacera, apoyado por una mujer que lo acompañaba, y no dejaron de disparar hasta que se quedaron sin parque y entraron en acción el grupo táctico y los francotiradores.

Al momento de su muerte las autoridades le atribuían al Charal y su grupo de sicarios al menos 21 homicidios violentos, entre ellos el del policía Ignacio Villagómez, en abril de 2019 luego de una infracción de tránsito en Ciudad Morelos; además el de los oficiales David Ramírez Sierra y los de Raúl Ramos y Ricardo Castro, acribillados el 4 de diciembre mientras estaban en un restaurante de comida china al final de la calzada Monterrey; luego se sabría que se trató de una confusión por la unidad que tripulaban y que en realidad el objetivo era otro mando policiaco.

Invasores

La tarde-noche del pasado 12 de agosto una nutrida balacera que se registró en céntrico domicilio puso en alerta a los sanluisinos.

Videos que circulan en redes sociales dan cuenta del prolongado uso de armas largas, ráfagas y de repetición.

Al día siguiente, elementos de la Fiscalía General de la República catearon el domicilio de avenida Guadalupe Victoria 20 y 21 donde encontraron un arsenal, cartuchos para rifles de asalto R-15 y AK-47, chalecos antibalas…

También, los federales aseguraron dos vehículos de modelo reciente, un Jeep  y una Expedition, ambos con reporte de robo en Estados Unidos, y en su interior varios cargadores para arma larga.

En la fuente policiaca se presume que la casa de seguridad era de la gente de El Ruso, importante operador del Cártel de Sinaloa afincado en el Valle de Mexicali, quien estaría tratando de meterse a San Luis Río Colorado.

Gente de los Salazar, que han crecido al grado de convertirse en cártel, bajo la tutela de los Chapitos, fueron recibidos a balazos cuando acudieron como avanzada a verificar el reporte, antes que las autoridades, quienes posteriormente activaron el Código Rojo y atendieron  a los heridos.

En el bajo mundo se afirma que la división en el cártel de Sinaloa, a raíz de la sentencia a cadena perpetua del Chapo Guzmán, quien fue hundido por las delaciones de Vicente Zambada, está provocando una guerra entre los que antes eran aliados, la cual inició en Culiacán y se está extendiendo a la frontera entre Sonora y Baja California. @

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