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Claudia, con la espada desenvainada

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El primer discurso de la gobernadora Claudia Pavlovich fue festejado por los priistas, quienes exigen junto con un importante sector de los sonorenses que no queden sin castigos los evidentes actos de corrupción de los ahora ex funcionarios estatales. “Si alguien piensa que podrá disfrutar de lo que indebidamente se llevó, que lo piense dos veces”, advirtió.

Humberto Melgoza Vega

HERMOSILLO.- La ceremonia donde Claudia Pavlovich Arellano emitió su primer mensaje como gobernadora constitucional del estado de Sonora, al mediodía del domingo pasado, se convirtió en una especie de Coliseo Romano en donde los asistentes querían que corriera la sangre de los ex funcionarios estatales y la mandataria sin recato se los concedió.

Durante su encendido discurso, que tuvo una duración de 43 minutos, la gobernadora dedicó poco más de la mitad en darle una repasada al gobierno saliente, señalándolos con índice de fuego por los excesos cometidos al amparo del poder, y fue recompensada con carretadas de aplausos, gritos y ovaciones de pie.

En un rebosante Centro de Usos Múltiples, donde no cabía ni un alfiler, la primer mujer gobernadora en la historia de Sonora lucía pletórica, entallada en su vestido verde bandera, rodeada de su gente, de su familia y amigos que acudieron para acuerparla en el magno evento, su evento.

Su entrada triunfal bajo las notas del himno Sonora Querida se dio en medio de una algarabía total, los priistas no cabían de contentos y le daban rienda suelta a su entusiasmo, ataviados con sus mejores galas. Acompañada por Sergio Torres, su esposo, la gobernadora repartía besos, abrazos, saludos y se tomó cantidad de “selfies”. Los priistas, quienes regresaban al poder luego de habérselos prestado a los panistas por seis años, demostraban por qué son los amos del folclor –ahí tienen a Carmen Salinas–, creadores del sistema político mexicano, con todos sus vicios, con todas sus imperfecciones.

La noche anterior, cuando tomó protesta como gobernadora constitucional en el Congreso del Estado, Guillermo Padrés y su comitiva tuvieron que entrar por la puerta de atrás. Haberlo hecho por la entrada principal sería exponerse a enfrentar ataques y todo tipo de vituperios de la gente que se sintió agraviada durante su sexenio y que lo acusan junto con sus funcionarios de haber saqueado el erario en detrimento de todos los sonorenses. No hay peor juicio que el veredicto popular y en este caso el ex goberndor ya fue juzgado y condenado a la hoguera.

Esa media noche del sábado, la fiesta panista había llegado a su fin, festejo que degeneró en orgía, donde todos los excesos fueron permitidos. De un día para otro el Nuevo Sonora se volvió viejo, parecía que en vez de seis habían pasado 100 años; se embriagaron de poder y están destinados a padecer una cruda interminable.

Con la muerte política de los panistas revivieron algunos cadáveres que el PRI tenía guardados en el clóset, como el del ex gobernador Eduardo Bours, quien luego de “dormir como bebé” durante seis años despertó y fue aclamado por la muchedumbre, solo superado en el aplausómetro por Manlio Fabio Beltrones, el flamante dirigente nacional del tricolor, quien es venerado como un dios terrenal por sus seguidores, aunque visto como diablo por sus detractores.

Don Beltrone, bautizado así por los moneros de La Jornada y Proceso, es la viva representación de Don Corleone, el padrino político de la gobernadora, el que todo lo decide, a quien todos lo consultan; temido y admirado de manera simultánea, Manlio Fabio fue el artífice de la victoria de Claudia y los sonorenses lo saben y se lo festejan.

Entre los invitados especiales estuvieron presentes, además de Rosario Robles, en representación del presidente Enrique Peña Nieto, otros ex gobernadores, como Armando López Nogales, Samuel Ocaña y Carlos Armando Biebrich, pero fueron recibidos con cierta frialdad al ser mencionados por la gober, a diferencia de Diego Fernández de Ceballos, el “hombre lobo” del PAN y don Javier Gándara Magaña, a quien le fue reconocida su civilidad política al presentarse a la unción de quien fue su contrincante durante la campaña.

Aunque no los mencionó por su nombre, solo se refirió a ellos como gobernadores, en funciones y electos, formaron parte del ritual de iniciación los mandatarios del Estado de México, Eruviel Avila; Manuel Velasco, de Chiapas; Egidio Torres, de Tamaulipas; César Duarte, de Chihuahua, Malova, de Sinaloa; Francisco Rueda, secretario de Gobierno, en representación de Kiko Vega de Baja California y el “Bronco” Jaime Rodríguez, gobernador electo de Nuevo León, el único que fue vitoreado cuando apareció en las pantallas gigantes del auditorio.

Además de los diputados locales y federales, el clero, milicia, marina, la crema y nata de Hermosillo, Obregón y demás ciudades del estado, junto con las bases priistas, las fuerzas vivas que le dan poder al jurásico partido, acompañado de la también senadora Ana Gabriela Guevara estuvo presente El Borrego Gándara, quien se mantuvo estoico, con un dejo de nostalgia por lo que por segunda vez pudo haber sido y no fue.

*Duro y directo

Luego de una breve introducción, en donde destacó su papel como la primera mujer gobernadora en la historia de Sonora, Claudia se erigió de inmediato en la esperanza “de quienes fueron ignorados por la ambición y el abuso de poder”.

Ahí comenzaron los aplausos y los gritos de “duro” y “bravo” cada que hacía referencia a sus antecesores. Parafraseando a Manlio quien acuñó la ahora célebre frase “no soy rencoroso, pero tengo buena memoria”, la gobernadora dijo que ella también tiene buena memoria y tampoco olvida los agravios, como el espionaje del que fue víctima durante la campaña en donde la exhibieron pidiéndole a un empresario que se “pusiera guapo”.

“Dejaremos atrás los escándalos que fueron noticia nacional para construir una nueva historia de grandeza para Sonora…”, para enseguida advertir que “tampoco vamos a olvidar lo que le hicieron a Sonora, porque el olvido también es caldo de cultivo para la corrupción, para la impunidad y la injusticia”.

Dijo que, como buena sonorense, no se anda con rodeos y lo que tiene que sentir lo dice mirando a los ojos: “La realidad del gobierno que estamos recibiendo es lamentable y desastrosa. Es impresionante la ruina económica, pero más impresionante es la ruina moral que nos heredan, es algo que nos debe asustar, pero también que nos debe unir par juntos encontrar una solución…”.

Y enseguida machacó: “El nivel de corrupción fue terrible, algo nunca visto en Sonora, estuvo presente en todos los niveles, esa es la realidad y esa la razón porque nos esperan meses muy difíciles, pero eso tiene remedio si dejamos de ser condescendientes con la corrupción, así lo exigen los sonorenses”.

Sin perder de vista las pantallas del telepromter, donde leía su discurso, Pavlovich planteó que “atrás quedan los escándalos de la corrupción, de enriquecimiento ilícito desvergonzado y cínico; atrás, quedó el gobierno que tenía los hospitales en las peores condiciones imaginables y que no se tentó el corazón para atentar contra la salud de los sonorenses; atrás quedó el gobierno que se quedó con el dinero de las escuelas de nuestros hijos, que se quedó con el dinero de las medicinas, del transporte y que desapareció el fondo de pensiones de nuestros padres y nuestros abuelos.

“Hoy despertamos de ese mal sueño para dejar atrás la opacidad, la corrupción, la desconfianza, la incapacidad y la ineficiencia a la hora de gobernar; hoy dejamos atrás ese mal sueño para olvidar la impunidad y abrirle paso al estado de derecho”, arengó.

“Sonora no volverá a ser tierra fértil de quienes usaron el dinero público para amasar cuantiosas fortunas, Sonora no volverá a ser tierra fértil para quienes abusaron de la confianza de los sonorenses y en lugar de servir se sirvieron con la cuchara grande”, manifestó

Luego vino su frase lapidaria: “Si alguien piensa que podrá disfrutar de lo que indebidamente se llevó, que lo piense dos veces”, la cual fue ovacionada de pie durante un par de minutos acompañada de los gritos de “¡duro, duro, duro!”.

Y enseguida remachó: “Como su gobernadora se los digo con firmeza, nadie, absolutamente nadie se va a salir con la suya. Quien fue corrupto no va a estar tranquilo hasta que pague las consecuencias de sus actos…y que quede claro, en este gobierno no hay amigos y mucho menos cómplices, aquí hay un equipo de trabajo…” y emplazó a su gabinete a que a la brevedad presenten su declaración patrimonial, de conflicto de intereses y fiscal.

En el clímax de su discurso, la gobernadora anunció la creación de la Fiscalía General Anticorrupción, la cual tendrá autonomía operativa y presupuestal, “nada ni nadie quedará en la impunidad, ni los de ayer, ni los que en mi gobierno cometan actos indebidos”, sentenció.

Y para cerrar con broche de oro, no podía pasar por alto el último clavo del ataúd del gobierno que se va, que entró por la puerta grande de la historia, y que se va por la puerta de atrás, la que da directo al basurero: tras lamentar la pobreza y la falta de atención a las etnias “como madre me ofende lo que le han hecho a los más vulnerables de nosotros, los niños. No tengan la menor duda de que se va a actuar para detener a los culpables de ese crimen sin nombre. Con la mano firme de la justicia y la caricia suave a la inocencia de los niños…”. @[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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