20 de Noviembre, entre El Chapo Guzmán y Emilian Zapata
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En el marco de los preparativos para conmemorar el 105 aniversario de la Revolución Mexicana, el grupo de historiadores de San Luis Río Colorado hace un llamado a la comunidad, principalmente a las autoridades educativas y de gobierno, a devolverle el carácter simbólico al desfile en respeto y a recordar la historia para que las nuevas generaciones no pierdan memoria
Bibiana García Garza
En lo que fue la primera reunión logística para la organización del Desfile del 20 de Noviembre, integrantes del Centro de Investigaciones Históricas de San Luis hicieron un llamado a las autoridades municipales y educativas para volver a las raíces y recordar al pueblo qué es lo que se está conmemorando.
Este año, el tradicional Desfile se llevará a cabo el próximo lunes 16 de noviembre sobre la Calle Siete, de la avenida Oaxaca a la Nuevo León, informaron los coordinadores del tradicional evento a los directivos escolares presentes en la reunión.
Además de que se comentaran detalles sobre la logística y los horarios, surgió el tema de la pérdida de valores en la juventud actual, hecho que las nuevas generaciones reflejan pues parecen haber olvidado qué es lo que se conmemora sin que las autoridades educativas o los maestros pongan el suficiente empeño en la enseñanza de esos valores históricos y culturales.
Como cada año se aprecia, en los contingentes se lucen niños y jóvenes con coreografías en las que utilizan música contemporánea como pop y rock, así como también de banda, incluyendo a los populares narco-corridos y música sinaloense comúnmente conocida como “buchona”.
En los recorridos también es común observar la participación de los equipos deportivos de las diferentes escuelas, dejando muy de lado el motivo histórico del mismo desfile, criticaron los historiadores.
Para el presidente del Centro de Investigaciones Históricas de San Luis, Joaquín Robles Valle, lo más importante es el mensaje que transmiten los participantes en un desfile alusivo a la Revolución Mexicana, mismo que simplemente no existe si se desconoce la historia o a los héroes mexicanos a quienes se hace alusión los días 20 de Noviembre.
Aunque no estuvo presente en la reunión el titular de la delegación de la SEC en el municipio o algún otro representante, además de docentes y directivos de algunos planteles, el historiador hizo hincapié en que las autoridades se debe poner más atención a los símbolos que representan a la Revolución Mexicana que al desfile deportivo, cívico o incluso Militar.
Ante el planteamiento, algunos docentes externaron también que consideran importante esa parte del desfile para promover las prácticas saludables entre la juventud, como lo es el deporte, sin embargo, Robles Valle insistió en que el objetivo principal es recordar la Revolución Mexicana como un cambio estructural en nuestro país, y que hoy en día se sigue viviendo.
“Es la revolución que estamos viviendo ahorita, es el cambio de estructura de México”, aseveró.
También resaltó que el propio municipio de San Luis Río Colorado fue fundado por un revolucionario, Carlos G. Calles en los tiempos de la Revolución (1917), por lo que es más que necesario que los niños y jóvenes sanluisinos lo recuerden y lo tengan en cuenta, así como todo lo que tiene que ver con este suceso histórico en el país y quiénes participaron en él.
“Son nuestras raíces y estamos vinculados a ello; Sonora es cuna de la Revolución Mexicana y sus héroes son verdaderos ejemplos, no como los que tenemos ahora, son héroes que tenemos que recordar y que estuvieron aquí mismo en la fundación del municipio, Abelardo L. Rodríguez, Benjamín Hill…”, aseveró.
Por ello, añadió, es necesario darle un memorándum a las escuelas y a todos los participantes sobre el objetivo del Desfile y cuál debe ser su mensaje principal, sobre todo en tiempos de pérdida de valores cívicos, históricos y culturales.
“Queremos que sea mejor el desfile, más bonito, más vistoso y más atractivo, pero que represente a la Revolución, no sólo que vayan a caminar por las calles, que muchos van a eso nada más, sin un símbolo, ni identidad; todo eso está debilitando mucho el valor cívico-cultural en el país”, lamentó.
En ese sentido, recordó que la historia existe para recordarnos nuestra identidad y nos ayuda a analizar el presente y corregir el futuro, por lo que es vital transmitir esa necesidad a las nuevas generaciones.
El narco-corrido y la Revolución
El grupo de historiadores también se pronunció por evitar que los contingentes lleven narco-corridos durante el Desfile pues eso no tiene nada qué ver, dicen, con el respeto a los héroes nacionales, al igual que tampoco se recomienda que suenen otros géneros musicales contemporáneos que tampoco están relacionados a los tiempos de la Revolución.
Y es que de unos años a la fecha, los corridos alusivos a acciones del narcotráfico también forman parte de los desfiles del 20 de Noviembre, con todo y sus letras plagadas de un lenguaje vulgar, palabras altisonantes y referencias al alcohol, mujeres, trasiego y consumo de drogas, armas y violencia criminal.
Sin embargo, aunque muchos no justifican su uso en desfiles cívicos-académicos-culturales, hoy en día los narco-corridos forman parte del folclore popular dentro de esa neo-revolución estructural que sucede del país, claro está, ya sea para bien, o para mal.
Los narco-corridos surgen en la frontera norte con México, principalmente en Sinaloa, un estado del cual año con año migran familias a este municipio que se nutre del factor multicultural dentro del que forja una identidad siempre cambiante e influenciada también por la cercanía con Estados Unidos.
Como parte de la cultura popular, además, el auge este género musical adquiere cierto sentido pues se trata de una tradición que ha acompañado a los pueblos mexicanos y de la frontera norte desde los tiempos de la Revolución Mexicana precisamente.
Como es obvio, el corrido ha evolucionado pues, en sus inicios se limitaban a contar los peligros y hazañas que vivían aquellos que se dedicaban al tráfico de drogas o armas, pero a medida que pasó el tiempo la temática de las canciones abarca las alabanzas de la vida ostentosa y placentera de los narcotraficantes.
A pesar de que se trata de música que provoca un rechazo entre muchos sectores de la sociedad, su narrativa que da cuenta de la violencia, el poder, la muerte, el consumo de drogas y alcohol sin control y los placeres de la vida representa para muchos mexicanos un aspecto aspiracional, para otros un modus vivendi, y para otros el simple fondo de todas las fiestas, desde piñatas y bautizos hasta bodas, quinceañeras, cumpleaños y posadas.
Según un análisis de Anajilda Mondaca Cota, de la Universidad de Occidente en Culiacán Sinalia, “… los personajes del narcocorrido conservan ciertos elementos del papel otorgado al héroe del corrido tradicional: son carismáticos, dispuestos a enfrentar situaciones de peligro, a arriestar su vida, ponen a prueba la lealtad y el valor siempre al margen de la ley, son benefactores de su pueblo y en correspondencia reciben su protección”.
Y es que, aunque no dejan de ser música que habla sobre criminales, asesinos y corruptos, ese tipo de delitos son laureados en un contexto histórico en el que existe un amplio descontento de la sociedad hacia los gobiernos y la forma en la que se impone la ley, que en muchos casos también es corrupta.
El mexicano pues, se expresa a través de la narcocultura, forme parte del crimen organizado o no, mostrando así un mayor respeto y admiración a los anti-héroes, que a los propios gobernantes, lo que de nuevo adquiere una relación con la Revolución Mexicana, aunque es importante resaltar que el Chapo Guzmán y los zares de la droga actualmente no son ni un Villa, ni un Emiliano Zapata.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]