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Costurera de altos vuelos

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De coser para sus hermanas en San Luis Río Colorado, Verónica Preciado se convirtió en toda una costurera que además de confeccionar ropa para artistas, les hace los trajes a la medida a los Blue Angels, quienes inician en marzo su espectáculo aéreo en El Centro, California.

Arturo Bojórquez / Adelante Valle

EL CENTRO, Ca.- En la adolescencia, Verónica Preciado deseaba estudiar dibujo técnico, pero por falta de espacio en la secundaria de San Luis Río Colorado, Sonora, donde estudiaba, tuvo que tomar otro camino. Así, la costurera se inscribió en el taller de corte y confección.

“Pero no me gustaba”, refirió la entrevistada, al añadir que sus primeras clientes fueron sus hermanas menores, a quienes confeccionaba la ropa que usaban.

Luego de concluir sus estudios, la entonces adolescente partió a la ciudad de Los Ángeles, donde ingresó a trabajar a una fábrica de ropa, donde aprendió a utilizar todas las máquinas de bordado que, inclusive, en ocasiones ella misma arreglaba cuando se descomponían.

Con el paso del tiempo contrajo nupcias, tuvo su hijo y se divorció mientras trabajaba en fábricas de ropa de Mexicali. Posteriormente volvió a Los Ángeles para continuar laborando. El destino la devolvió al Valle Imperial, concretamente a la Ciudad de Holtville, donde trabajaba para otra fábrica de ropa por las noches, mientras las mañanas las pasaba tomando cursos de cosmetología.

En las tres décadas que lleva dentro de la industria de la sastrería, Preciado ha trabajado además para instituciones como la Prisión Estatal de Calipatria. Allí, la mujer –bajo el mando de la Autoridad Industrial de la Prisión-, manejaba como empleados a unos 70 internos Nivel 4, o sea, de los más peligrosos del lugar.

En este tiempo, agregó, solamente tuvo dos incidentes menores, ya que los prisioneros ingresaban al proyecto por voluntad propia a cambio de unos centavos por hora de trabajo y no para obtener la cancelación de días de reclusión. Los reos producían ropa, calzones y batas, entre otros artículos. Preciado explicó que en su carrera ha laborado en la producción industrial de ropa que ha sido exportada a otros países. Con el paso del tiempo, las fábricas norteamericanas se trasladaron primero a territorio mexicano –como en Puebla, donde residió por un periodo- y luego al continente asiático, a donde ya no pudo continuar.

Satisfacciones

Para Preciado, no todo ha sido trabajo: a la par de su empleo ha conseguido dos certificaciones universitarias en Supervisión de Negocios y Técnicas de Venta en Mercadotecnia, así como una Licenciatura en Servicios Humanos.

Eventualmente, la entrevistada laboró en una boutique de Palm Springs, para luego trasladarse a Mexicali y abrir una tienda en el centro. En el Valle de Coachella ha laborado para revistas como Teen Vogue, tiendas como Nordstrom y marcas como Fossil, así como para varias modelos y artistas. Una de estas fue Pia Mia, durante el Festival de Coachella, donde tuvo que trasladarse al Hotel Hard Rock para medir a la diminuta cantante.

“La ropa no le quedaba, ya que su estatura no es mucha, pero sí tiene mucho busto”, detalló. Preciado se registró en el Hotel Sahuaro, donde por 12 horas continuas estuvo trabajando para dejar lista la ropa marca Missguided que la cantante iba a utilizar en una sesión. Desde hace cinco años, Preciado es la encargada de arreglar la ropa del equipo de los Blue Angels, quienes inician en El Centro la gira estadounidense del espectáculo aéreo acrobático militar.

Fue de la limpiaduría Norman Cleaners donde refirieron la labor de la entrevistada con la milicia americana, ya que las fuerzas castrenses exigen servicio rápido y bueno, además de que el sastre debe estar disponible para trabajar por horas en la Base Aérea Naval. Regularmente, a Preciado la contactan en diciembre para saber si está dispuesta a ayudar al grupo. Para esta ocasión, la Naval se puso en contacto con un poco más de tiempo, lo que le permitió adelantar trabajo para estar libre.

La entrevistada refirió que la ropa de los Ángeles Azules es marca Dickies, adquirida en Honduras o China. El grupo cuenta con 90 equipos de entre cinco y diez trajes nuevos cada uno. Pidiendo los militares mandar hacer los ajustes en Pensacola, Florida, prefieren el trabajo de la sastre local debido a su calidad.

“Están demasiado ocupados y no pueden perder tiempo”, agregó. Preciado dijo que algunos de los integrantes del equipo le piden ocultar tatuajes, mientras que otros –más vanidosos- solicitan que la ropa destaque los biceps o hasta los glúteos. “Hay que recordar que toda la ropa se hace de manera genérica, como si todos tuviéramos la misma talla y por eso hay que ajustar el estómago, el busto, etcétera”, añadió.

Preciado reflexionó sobre el proceso de adaptación en Estados Unidos, al expresar que el inglés –idioma que estudió en el Colegio del Valle Imperial- es sumamente importante, dado que éste amplía los horizontes. Además, abre el panorama a otras culturas. “Esto es muy importante”, destacó. Preciado ha hecho trabajos para personas de la comunidad musulmana y a miembros de los llamados pájaros de la nieve, entre otros.

“En esta industria, la mitad del trabajo es la costura y la otra mitad el servicio al cliente”, refirió, al considerar que su tiempo lo ajusta precisamente a las necesidades de los consumidores, como en el caso de los Ángeles Azules. @

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