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Llegada masiva de haitianos y africanos provoca emergencia Humanitaria

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Llegada masiva de haitianos a MexicaliLlegada masiva de haitianos y africanos provoca emergencia Humanitaria #Mexicali

Posted by Semanario Contraseña on viernes, 30 de septiembre de 2016

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La llegada masiva a la frontera de migrantes haitianos y africanos que pretenden cruzar a los Estados Unidos, mantiene una alerta humanitaria, social y sanitaria tanto en Mexicali como en Tijuana, porque están llegando por cientos, y muchos se están quedando varados de este lado de la frontera. También, los primeros grupos de desplazados ya están arribando a San Luis Río Colorado. Ante esta crisis, el gobernador Francisco Vega de la Madrid solicitó la intervención inmediata del secretario de Gobernación.

Humberto Melgoza Vega

MEXICALI.- De unos meses para acá, la presencia de personas de raza negra se ha vuelto parte del paisaje urbano en el centro de la ciudad de Mexicali, como primero sucedió en Tijuana, fenómeno que ya comienza a presentarse también en San Luis Río Colorado.

Se trata de una inusual oleada de migrantes provenientes de lugares tan lejanos como Haití y El Congo, en Africa, quienes viajaron hasta la frontera norte con la esperanza de alcanzar el llamado sueño americano, lograr una amnistía y convertirse en refugiados admitidos por los Estados Unidos.

Esta llegada masiva de migrantes afroamericanos ha generado una crisis humanitaria en Baja California, rebasado a las autoridades y a miembros de la sociedad civil, quienes hacen esfuerzos sobrehumanos para dar alberge, alimentación y cobijo a cientos e incluso miles de migrantes que están llegando en grupos, solos o con sus familias, mujeres embarazadas y con niños chiquitos, con la ilusión de pasar al otro lado.

Este fenómeno migratorio, que empezó a registrarse desde abril y mayo del presente año, fue creciendo hasta el grado de convertirse en una situación de emergencia: si hasta ahorita han llegado alrededor de 3 mil desplazados, en la frontera sur de nuestro país se encuentran alrededor de 6 mil más, según ha dicho Wilner Metelus,  presidente del Comité Ciudadano de Defensa de los Naturalizados y Afromexicanos, quien esta semana ofreció en Mexicali una rueda de prensa, en la que pidió la solidaridad y comprensión de los residentes de Mexicali y Tijuana  ante esta oleada migratoria de raza negra quienes aseguró “no vienen a delinquir ni tienen enfermedades extrañas, simplemente buscan una oportunidad de una vida mejor, porque en sus países la situación económica es crítica”.

Los africanos y caribeños están entrando de manera ilegal a nuestro país por Tapachula, Chiapas, de donde se trasladan por aire o tierra hasta la frontera norte.

En la frontera sur obtienen un permiso de estancia en el país, el cual tiene vigencia de 20 días, tiempo que aprovechan para llegar hasta Mexicali o Tijuana, donde esperan a que les den una cita en las oficinas del Servicio de Inmigración americano para ver si son susceptibles de ser aceptados como refugiados.

Algunos han logrado su cometido, pero no todos podrán hacerlo y en lugar de regresarse a sus lugares de origen ya están pensando en hacerse ciudadanos mexicanos y quedarse a vivir en Mexicali o en Tijuana. El problema es, dónde los van a meter.

Para atender la crisis que se está viviendo en las principales fronteras de Baja California esta semana el gobernador Kiko Vega se reunió con el secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong,  donde acordaron ponerle mayor atención a este fenómeno que podría salirse de control.

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Albergue

Ubicado en pleno centro de la ciudad, sobre la calle Lerdo de Tejada,  Cobina AC es uno de los seis albergues de Mexicali que están enfrentando de manera directa esta contingencia migratoria.

Aunque es muchísima más la demanda, Altagracia Tamayo Madueño y su equipo se las ingenian para atender de manera simultánea solo a 96 de ellos, en donde dan prioridad a familias, mujeres embarazadas o con niños. Hasta el martes pasado que se levantó este reporte habían otros 50 en lista de espera.

Obligada por las circunstancias, la trabajadora social se ha especializado en el tema migratorio, primero en la atención que desde hace 6 años prestan a los paisanos que son deportados por los gringos, y ahora por la llegada en masa de haitianos y africanos, con quienes ha convivido en los últimos meses y ya siente como de la familia.

Una familia con la que están aprendiendo a convivir, ya que su cultura y hábitos son muy distintos a los nuestros, “si nosotros comemos una porción normal ellos comen cuatro veces más, y la verdad no hay comida que alcance”, comenta Altagracia.

Los viajeros afroamericanos son llevados a los albergues por el Instituto Nacional de Migración –aunque ya muchos están llegando por cuenta propia–, quienes les entregan un código para saber qué día irán a la famosa entrevista a la oficina de Migración americana. Para eso pueden pasar 15, 20 y hasta 25 días y mientras en el albergue se hacen cargo de su manutención, porque no todos traen dinero, a unos les mandan sus familiares desde sus lugares de origen o familiares de los Estados Unidos, pero muchos nomás tienen lo que traen puesto.

El día que los programan para la entrevista permanecen formados en el “Caracol” desde las 6:00 de la mañana y hasta las 8:00 de la noche y si no alcanzan a ser atendidos se regresan a dormir al albergue. Nadie tiene la garantía de que será aceptado.

“Todos los albergues ya están rebasados y lo que está haciendo el Instituto de Migración es que los está soltando y que busquen dónde dormir porque el gobierno federal no se está poniendo las pilas, ni tampoco el Municipio nos está ayudando…yo les doy servicios médicos, a la embarazadas las llevo al materno infantil, pero cada día están llegando más y más…”, resalta.

“Yo les hice una entrevista a ellos por qué no se habían quedado en Sonora, si también tiene frontera con Estados Unidos y me dijeron que no, porque tenían miedo que los mataran los racistas en Arizona, en Tucson, dicen que hay Ku Klux Klan, ¿cómo la ves?”.

La directora del albergue relata que unos vienen de Argentina, otros de Brasil y otros más de Costa Rica. “Los que estuvieron en Brasil –y que fueron mano de obra en la infraestructura del Mundial de Futbol y las Olimpiadas–, hablan francés y portugués más su propio idioma, los que estuvieron en Argentina y Costa Rica, algunos hablan español, son con los que nos damos a entender para que sepan las reglas del albergue, a qué hora se bañan, a qué hora es la comida y a qué hora se cierran las puertas, porque el que llega después de las 10:00 de la noche se queda afuera”, expone.

“Ellos nos exponen que han atravesado 9 países, Panamá los dejó pasar, cobrándoles 2 mil dólares, el que los pudo pagar pasó y el que no hasta ahí llegó. Nicaragua no los dejó pasar por su territorio, tuvieron que rodear por las montañas, los asaltó la Salvatrucha, los golpearon y pues caminaron mucho para llegar a México.

“A México todos están entrando por Tapachula, Chiapas, y dicen ellos mismos que hay más de 2 mil personas allá en la frontera sur que no tardan en llegar acá. Yo me pregunto cuándo el gobierno de México va a cerrar ese acceso para que ya no lleguen hasta acá, es criminal para todos, porque no hay ni comida que alcance ni tenemos la capacidad para atenderlos”, expresa.

Expone que los migrantes obtienen en Tapachula un permiso para su estancia temporal en el país, con una vigencia de 20 días “y luego de vencérseles el permiso, así como hacen con nicaragüenses y salvadoreños, Migración tiene que deportarlos, tienen que hacer su chamba, que no la están haciendo”, atiza.

Y ante esta nueva realidad, sintetiza: “Ellos nos dicen que si no pasan se quieren quedar aquí, porque tienen parientes en Los Angeles, en San Francisco, en Nueva York, en Boston, en Chicago y estarían más cerca de ellos, el problema es cómo los integraríamos a la sociedad bajacaliforniana…el gobierno tiene que decretar una crisis humanitaria y aplicar el fondo de desastres”, dice.

Algunas voces han señalado que los migrantes en realidad parecen turistas, que traen ropa de marca, que viven en hoteles y comen en restaurantes. “Los que han llegado a mi albergue lo hacen sin dinero y nos piden prestado el teléfono, mandan un mensaje y lo primero que les mandan es dinero para que se compren un celular y poderse comunicar vía internet, es por eso que al 70 por ciento de ellos los vas a ver con el teléfono en la mano, el otro 30 no trae teléfono porque no tiene dinero su gente”, explica.

Altagracia cuestiona: “Qué está haciendo el alcalde saliente, y el que va a entrar? ¿Por qué no habilitan los albergues del CREA? ¿Y los soldados, dónde están? ¿Van a abrir un campamento?”.

“Ellos tienen una forma de ser muy distinta a la de nosotros, ellos se bañan y no les importa que los veas, o sea, traen sus usos y costumbres bien arraigados”, cuenta. “Las mujeres son las que cocinan, pero no hallo cómo decirles que no coman de más”.

Y pide el apoyo de la ciudadanía, de Mexicali y San Luis Río Colorado, para que apoyen con lo que puedan ya que los migrantes “se comen 30 ó 40 paquetes de espagueti en una sentada”.

Agobiada, hace un llamado a que el gobierno, en los tres niveles, se pongan las pilas, porque están rebasados por la situación y no ve mucha cooperación, tampoco de la sociedad civil.

Dice que el gobierno del estado a través de la Sedesol les ha estado apoyando dándoles colchonetas pero no ha sido suficiente, a diario ocupan despensas, sobre todo pollo, arroz y frijol, que es lo que les gusta comer a los inesperados huéspedes negritos…

El 12 de enero de 2010 se registró un terremoto de 7.0 grados en la escala de Richter que dejó un saldo de unos 30 mil muertos en el país más pobre del continente americano, por lo que Estados Unidos decretó una amnistía humanitaria para los ciudadanos haitianos que provocó una migración masiva.

Ahora que la puerta de entrada al país de Mickey Mouse y McDonalds está a punto de cerrarse, miles de ciudadanos haitianos y africanos podrían quedarse varados de este lado de la frontera, creando una nueva comunidad de refugiados como no se miraban desde principios del siglo pasado. @

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