Aventura inolvidable por el desierto. ¿Quiénes son los valientes?
Una exploración como pocas emprendida por una pareja de intrépidos jóvenes excursionistas sonorenses para atravesar gran parte del indomable Desierto de Altar ha causado revuelo en las redes sociales desde donde miles de cibernautas dan seguimiento al recorrido que iniciaron en San Luis Río Colorado para llegar a Puerto Peñasco este fin de semana
Bibiana García Garza
SAN LUIS RIO COLORADO.- Por los solitarios horizontes del Gran Desierto de Altar que extiende sus cientos de kilómetros cuadrados de arenas doradas por el estado de Sonora una solitaria pareja de exploradores se desplaza bajo sus lunas, soles y mantos estelares para conquistar una meta y, además, aportar a una importante causa: la conservación del Golfo de California.
Se trata de la aventura de 180 kilómetros a la que se adentraron Jorge Clayton Valmaña de 32 años – originario de Hermosillo, Sonora, y Fernanda Pérez Alarcón de 28 años de edad, nacida en Toluca de Lerdo, Estado de México y actual residente de Guaymas, Sonora.
Ambos forman parte del Club de Exploración y Aventura del Estado de Sonora (CEAS) y desde el lunes 20 de noviembre en la madrugara emprendieron su viaje desde el límite sureste de San Luis Río Colorado para llegar hasta el límite noroeste de Puerto Peñasco, Sonora, tentativamente este sábado 26.
La caminata de al menos 30 kilómetros por día es dedicada a la causa que une a CEAS con la organización Comunidad y Biodiversidad (COBI) con sede en Guaymas, Sonora, misma que trabaja para promover ecosistemas marinos saludables que sostengan económicamente a las comunidades costeras desde la Baja y el Mar de Cortez hasta la costa de Yucatán.
Para sobrevivir la travesía se solicitó el apoyo de los travesilleros que también realizaron su evento (en vehículo motorizado) el fin de semana pasada, así como la coordinación de autoridades de la Unidad Municipal de Protección Civil (UMPC) y la Dirección de Turismo de esta ciudad.
Previa notificación a las autoridades y organizadores, los travesilleros apoyaron enterrar a un abastecimiento agua y alimento en un bote de pintura con un banderín en los puntos de los campamentos que marcaron los jóvenes al planear la travesía con sus respectivas coordenadas.
Claro está, los jóvenes se prepararon de manera intensa tanto física como mental y emocionalmente con casi un año de anticipación para la cruzada desértica, y se sometieron a una rigurosa dieta conducida por una nutrióloga especialista en la ciudad de Hermosillo.
Fer y Jorge son ya profesionales con amplia experiencia en temas de exploración, y han participado en excursiones en otras zonas agrestes y paraísos naturales alrededor del mundo como la Patagonia, Argentina o el volcán Pico de Orizaba.
Además, el equipaje que llevaban se planeó para ser lo más ligero posible pues no llevaron tienda de campaña para dormir sino el llamado ´saco de vivac´ -conocido también como bivy sack, en inglés- que consiste en una bolsa textil a prueba de agua del tamaño de una bolsa para dormir.
Este tipo de refugio rudimentario cuenta con una malla al nivel de la cara y zippers para poder cerrarlo en caso de lluvia, protege de animales y elementos naturales, y sólo pesa alrededor de 400 gramos.
Según los reportes registrados y publicados por CEAS, Jorge y Fer alcanzaron a caminar 29.7 kilómetros el día 20 de noviembre desde el punto de partida en el sureste de este municipio hasta el primer abastecimiento en un total de 12 horas con 47 minutos, alcanzando una cantidad de kilómetros similar en el segundo día.
El miércoles habían llegado ya al tercer campamento, desde donde debían desplazarse hasta un rancho llamado Pozo Nuevo en donde el dueño, de nombre Pedro, les entregaría el cuarto abastecimiento.
Para el tercer día los jóvenes llegaron a la mitad de su recorrido y caminaron 31.3 kilómetros en 11 horas con 27 minutos y se sabe que ya llegaron al cuarto campamento para ir por el quinto abastecimiento, aunque esas son las últimas noticias que se emitieron desde CEAS hasta el cierre de esta edición.
Ambos exploradores cuentan con un chip de monitoreo y localización así como con un emisor de señal que pueden presionar en cualquier momento en caso de emergencia, y otro que presionarán al momento de arribar al límite noroeste de Puerto Peñasco.
Al respecto, la directora de Turismo, Marisa González Esquer, expresó su beneplácito ante actividades que atraigan a visitantes al desierto así como a que se lleven a cabo este tipo de deportes de aventura en coordinación con las autoridades de San Luis Río Colorado.
Desde la perspectiva turística, opinó que se trata de un gran incentivo para promover al desierto como nunca antes se había hecho y que puede dejar grandes beneficios tanto para las personas que visitan como para la ciudad y su actividad económica.
Asimismo, mencionó que es posible que una vez que los jóvenes concluyan con su travesía se buscará tener un acercamiento con ellos para presentarlos ante los medios de comunicación y la comunidad, así como hablar tanto de su experiencia como de sus nuevos proyectos y la organización para cual decidieron enfrentar el reto de cruzar el Desierto de Altar.
Su historia
Aunque no se trata de jóvenes a los que les guste el reflector y llamar la atención, los exploradores siguen siendo la sensación en redes sociales y son admirados por propios y extraños, sobre todo por sonorenses y sanluisinos aún sorprendidos por la hazaña.
Jorge Clayton es ingeniero mecánico y actualmente se desempeña como Supervisor General de Ingeniería en TE Connectivity, desde hace ocho años.
También es padre de una niña de cuatro años que ya practica la escalada y es vicepresidente de CEAS, asociación a la que forma parte desde el 2013.
Durante ese tiempo ha completado el curso básico e intermedio de capacitación para miembros y entre sus grandes logros deportivos se encuentra la escalada en hielo en el glaciar Viedma, y la incursión a la base del Fitz Roy en la Patagonia, Argentina.
Jorge logró ascenso y descenso del Gran Cañón en solo y el primer cruce completo del Cañón de la Cruz del Diablo, entre otros.
Fernanda Pérez forma parte de la mesa directiva del CEAS y ha sido organizadora e instructora de cursos ahí mismo desde el 2012.
En su experiencia, ha logrado llegar a la cima del volcán Pico de Orizaba con una altura de 5 mil 636 metros sobre el nivel del mar (msnm), por la Ruta Norte, y el Iztaccíhuatl de 5 mil 230 metros sobre el nivel del mar, por la Ruta Normal.
Además de eso, la chica es buzo Open Water con curso certificado en Primera Respuesta de Emergencia por PADI (Emergency First Response), y es Licenciada en Biología, egresada de la Universidad de Sonora.
Actualmente, Fer es Jefa de Proyecto de Reservas Marinas enfocado a la conservación de islas del Golfo de California en Comunidad y Biodiversidad A.C. desde hace dos años. @