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Cucapás, testigos de la historia de San Luis Río Colorado

De pie como uno de los pueblos más antiguos de la tierra y sobrevivientes de la última glaciación que data de hace más de 6 mil años, los Cucapás han habitado el valle del Río Colorado hasta nuestros días y forman parte esencial de la identidad y el orgullo de este municipio que está por celebrar sus primeros cien años de fundación.

Bibiana García Garza

Aunque entre  las carencias y necesidades en infraestructura, servicios o educación como las que la gran mayoría de etnias indígenas en el país tienen que sortear para sobrevivir en medio de la globalización y los casi nulos apoyos de los gobiernos, el milenario pueblo Cucapá se erige como un guerrero que guarda los secretos y las historias que contó alguna vez el Río Colorado.

Asentados en el valle del Río Colorado desde mucho antes de fundado San Luis Río Colorado, e inclusive antes de que existiera el ejido Pozas de Arvizu, donde actualmente residen, los integrantes de la etnia Cucapá forman innegablemente parte de la historia del estado de Sonora y, particularmente, de este municipio, de su cultura y de sus tradiciones.

Entre sonajas e instrumentos para sus cantos tradicionales, sus pectorales de chaquira y su cosmología, los Cucapá hoy también se visten de fiesta en el marco del Centenario de esta ciudad pues han logrado sobrevivir y han buscado impulsar también su permanencia como pueblo, diseminado tanto en su Pozas de Arvizu como en la mancha urbana.

Este miércoles se llevó a cabo la conferencia “Los Cucapá de Sonora” por parte de los sociólogos e investigadores, Tonatiuh Castro Silva y Everardo Garduño Ruiz, como parte de la serie de conferencias magistrales organizadas con motivo del Centenario de la Fundación de San Luis Río Colorado, quienes expusieron acerca de los orígenes de esta comunidad étnica en Sonora y su problemática actual.

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Asimismo, hablaron acerca del tiempo en el que se asentaron los Cucapás, sus actividades económicas y principalmente el proceso sociocultural de la problemática que ha vivido este pueblo en los últimos 20 años.

Esto con el ánimo, coincidieron, de presentar a una cultura de suma importancia por su singularidad y desgraciadamente desdeñada, como sucede con una gran mayoría de etnias indígenas en todo el país que viven en la invisibilidad.

Mencionaron que hay distintas versiones acerca del origen de la etnia Cucapá aunque su historia se ubica alrededor de su arribo hace aproximadamente 6 mil años al valle del Río Colorado a través de los cambios de las formas geográficas de la región.

“Hace seis mil años, aproximadamente, arriba a esta gran región un complejo cultural que más o menos mil años se diversifica en otros grupos”, comentó Castro Silva.

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Este momento histórico, agregó, es ubicado en la ´era del hielo´, cuando el planeta estaba poblado por distintas especies animales y vegetales que este pueblo enfrentó.

“Fueron cazadores de especies ya desaparecidas, fueron recolectores de especies vegetales también desparecidas y posteriormente se da ya este proceso de diversificación así como una reubicación constante del territorio con las cuatro bandas cucapá a causa del caprichoso cauce del Río y el lago que existió en la región de Yuma, entre otros factores, en los siglos XVII y XIX”, anotó.

Hacia el Siglo XX, abonó Everardo Garduño Ruiz, los Cucapá -que es uno de los cuatro grupos de la familia lingüística Yumana que reside en el lado mexicano de la frontera con Estados Unidos y el único en el estado de Sonora- vivieron un largo proceso antes de poder asentarse en el ejido Pozas de Arivizu, 62 años después de la fundación de San Luis Río Colorado.

Tras la Reforma Agraria, la etnia vivió un despojo territorial que los hizo convertirse en semi-nómadas y por un tiempo andar errantes y sin tierra entre Baja California y Sonora, así como Yuma, Arizona, en donde vivieron periodos históricos como las deportaciones de la década de los años 30 y el programa Bracero-Proa hasta la creación de Pozas de Arvizu en 1962, externó.

En ese transcurso de tiempo, precisó, el grupo étnico ha destacado por singularidades que ningún otro grupo Yumano adoptó como el desarrollo de la pesca rivereña, un sistema de existencia basado en la cacería y la recolección, y un sistema único de agricultura logrado antes de la llegada de los españoles

Esto gracias a la disponibilidad de recursos para la supervivencia que les proveía el Río Colorado y el acceso cercano al mar, es el grupo que desarrolla una mayor complejidad en sus formas de organización social y asentamientos semi-sedentarios, de mayor estabilidad.

“Existen evidencias de que lograron desarrollar una estratificación social o una organización social un poco más compleja que la que presentan el resto de Yumanos”, anotó.

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Ese temple es aún notable, comentaron ambos sociólogos, con una reciente revitalización de la promoción de su cultura y defensa de sus costumbres y tradiciones que todavía están al borde de la extinción al ser ignorados por el sistema educativo como una etnia indígena suficientemente grande para lograr derechos importantes.

Entre estos, mencionó Tonatiuh Castro, el derecho a que se les imparta educación en su propia lengua como ocurre con los pueblos Seris, Pimas, Yaquis y Mayos, en Sonora, así como otros que tienen que ver con aspectos de infraestructura y apoyos específicos del gobierno.

Esta situación debería obligar aún más a las autoridades a tomar cartas en al asunto, consideró, pues su lengua está en peligro de extinción y ese debe ser un indicativo de que se les debe prestar mucha más atención en vez de relegarlos como sucede actualmente.

Es uno de los pueblos más antiguos de la tierra, aseveró, y por lo tanto también lo es su idioma, por lo que hoy es toda una hazaña que hayan llegado al Siglo XXI y a los cien años de fundación de un municipio que los acogió desde la segunda mitad del Siglo XX.

Es por eso que ahora le corresponde a esta ciudad apoyar al levantamiento de esta etnia que hasta cierto punto constituye parte de los primeros pobladores, o bien, los verdaderos pioneros.

“Corresponde a la sociedad abierta y a las autoridades valorarlos y atender sus problemáticas. La desaparición de las culturas y las lenguas implica el empobrecimiento cultural porque la lengua es el centro de toda cultura, en torno a esta existe religión, economía, organización política, parentesco, etcétera, y existe un empobrecimiento para el pueblo del Río Colorado”, concluyó. @

 

 

 

 

 

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