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Claudia, robó cámara en festejos del Centenario

Durante 12 horas, el pasado miércoles San Luis Río Colorado se convirtió en la capital del estado, epicentro de los tres poderes, la ciudad más vigilada, hasta que se retiró la gobernadora y todo volvió a la normalidad.

 

Humberto Melgoza Vega

 

SAN LUIS RIO COLORADO.- Además de encabezar la ceremonia oficial de la instalación de los tres poderes, declarado el teatro Rio Colorado como recinto oficial, la gobernadora Claudia Pavlovich despachó asuntos importantes durante su estancia en San Luis, declarada capital del estado por un día, con motivo de los festejos del Centenario.

Como buen anfitrión, el alcalde Enrique Reina le cedió el mando a la invitada principal y juntos se placearon por distintos eventos hasta que luego de 7 horas de estancia que la gobernadora emprendió el vuelo, le dejó el cierre de la jornada con la misa en la Iglesia Inmaculada, presidida por el obispo Ulises Macías, y el reconocimiento a los pioneros por la noche en la avenida Cuauhtémoc.

La ajetreada jornada inició pasado el mediodía, cuando la gobernadora aterrizó de manera espectacular con casi una hora de retraso en el estadio de softbol Lázaro Cárdenas.

Luego de viajar en avión comercial de Hermosillo a Mexicali, la gobernadora y su séquito se trasladaron en dos helicópteros a San Luis Río Colorado. A su llegada, fue recibida por el presidente municipal, por los delegados estatales, que son sus amigos, compañeros de partido y por un grupo de pepenadores que se acercaron para darle la bienvenida con pancartas.

En medio de un calor de unos 49 grados Centígrados, la gobernadora llegó acalorada al Teatro Río Colorado, donde enfrentó la primera manifestación de protesta, la defensora de derechos humanos Martha Solórzano la abordó para denunciar lo de siempre, la corrupción de la policía, el supuesto riesgo que corre su vida. Para imprimirle más dramatismo a su protesta, la polémica activista se vendó la cabeza, le pintó con plumón rojo la sangre y se maquilló en la cara unos moretones.

En la ceremonia oficial, con la instalación de los tres poderes, el historiador Manuel Cuen recordó la llegada de los primeros pobladores, en justicia los integrantes de la etnia Cucapá, y resaltó la proeza de arribar a través de un río que una vez fue caudaloso y vencer las adversidades del desierto para fundar en 1917 una colonia militar bajo el mando del capitán Carlos G. Calles lo que ahora es una moderna ciudad.

En el presidium, además del alcalde Reina, del presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, Francisco Gutiérrez y de la representante del Congreso, Ana Luisa Valdez,  atenta escuchaba el discurso del descendiente de don Pablo Cuen la gobernadora Pavlovich.

En su turno al micrófono, para romper la solemnidad del acto, la mandataria bromeó a propósito del calor, diciéndole al alcalde “mejor hubieran hecho el evento en noviembre…o en febrero”, detalle que fue celebrado con aplausos por la concurrencia, que se echaba viento con todo tipo de abanicos improvisados.

La ceremonia fue relativamente breve, apenas se mencionó por su nombre a algunos de los ex alcaldes presentes, como a Rubén Payán, a Jesús Bustamante, al Químico Gilberto Madrid, al doctor Jorge Figueroa, a Florencio Díaz Armenta, a Rubén Espino Santana, ahora flamante magistrado, y al joven Leonardo Guillén Medina, todos aportaron en su momento para construir la historia de la ciudad que festeja su primer Centenario.

En el Salón Garibaldi la esperaban unas mil personas que recibirían su título de propiedad, luego de largos años de no tener la certeza ni la garantía de las casas donde viven. Acompañada del delegado del Infonavit en Sonora, Roberto Sánchez Cereso, del secretario General de Gobierno, Miguel Pompa Corella y del alcalde Reina, la Pavlovich se veía que disfrutaba el momento, a pesar de que a cada rato se sacudía la rubia cabellera, para que le entrara algo de aire.

Al final de la sencilla ceremonia, como se acostumbra en estos casos se tomaron la tradicional foto con los beneficiarios de fondo, levantando gustosos sus títulos de propiedad.

En su visita al Palacio Municipal, como lo marcaba el protocolo, luego de atender asuntos tan trascendentes como hablar con los medios de comunicación, notorio el interés de los medios estatales como de Baja California; hasta triviales como tomarse una selfie con alguna admiradora, la gobernadora encabezó una reunión de gabinete en donde anunció una serie de obras tanto para San Luis como para el resto del estado.

En el salón del DIF ya la estaban esperando para compartir el pan y la sal, en una comida privada con sectores de la sociedad civil, empresarios, políticos y un selecto grupo de medios de comunicación.

Ahí, la gober aprovechó para refrescarse, además de degustar unas ricas pechugas rellenas de queso crema, bañadas con salsa de tres chiles, acompañada en la mesa por el presidente del Tribunal, de Enrique Reina, del gerente general del hotel Araiza en San Luis, César Araiza, y de su amiga la jefa del gabinete, Natalia Rivera.

Luego de conceder entrevistas, como al director del Canal 66 Arnoldo Cabada, y de despachar asuntos pendientes con Jesús Bustamante o con Enrique Carrasco, la gobernadora se trasladó a la universidad Tecnológica (UT), donde, junto con el rector Raúl González Valenzuela, recibieron los títulos de propiedad por parte del presidente del Parque Industrial, Agustín Serna.

“Yo estudié en una escuela pública, abogada por la Unison, y llegué a ser gobernadora, ustedes si se lo proponen, también pueden llegar muy alto”, les dejó el mensaje a los estudiantes Claudia Pavlovich antes de abordar el helicóptero que los llevaría de regreso a Mexicali, y de ahí en avión a Hermosillo, para entonces de nueva cuenta la capital del estado. @

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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