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El orgullo de ser gay en México

Vestidos con sus mejores atuendos, algunos extravagantes y llamativos, también los muy discretos, sin ganas de llamar mucho la atención, pero todos festejaron la condición de ser homosexuales en un país lleno de discriminación y de machistas. Liberados de la presión del clóset, esta comunidad que cada día crece demanda igualdad de derechos y lo hacen a su manera.

 

Humberto Melgoza Vega

 

CIUDAD DE MEXICO.- De acuerdo al gobierno de la Ciudad de México fueron más de 175 mil los participantes en la tradicional marcha del orgullo gay, mientras que los organizadores dijeron que fueron casi un millón.

 

Lo único que este modesto redactor puede afirmar, porque no se dedicó a contar el interminable contingente, es que eran muchos, demasiados, ríos de gente que tomaron por asalto las calles de la gran metrópoli para dar rienda suelta a sus “bajos instintos”.

Lady Wuuu, concediendo entrevistas.

La comunidad, que antes solo era LGBT (Lésbico, Gay, Bisexual y Transexual) se ha ido diversificando, añadiéndole nuevas siglas, las de Travesti, Transgénero e Intersexual, para quedar como LGBTTTI, todos quieren verse representados y buscan ser escuchados.

 

Considerada la capital nacional de la tolerancia, donde el movimiento gay ha tomado arraigo, casi preponderancia, el otrora Distrito Federal se vio inundado por homosexuales, lesbianas y variado tipo de géneros alternativos que acudieron de todas partes del país para sumarse a la tradicional marcha, una de las más grandes del mundo, donde ellos son los principales protagonistas, amos y señores de las calles, a los que se les permite de todo.

 

Encabezada por al menos 13 embajadores de distintos países en México, en primera fila la representante consular de los Estados Unidos, Roberta Jacobson, el contingente partió a la 12:00 horas del Angel de la Independencia y no se detuvo sino hasta llegar un par de horas después a la plancha del Zócalo, donde disfrutaron de un espectáculo musical que incluyó la presentación de cantantes como Mariana Soane y de Mayté Perroni, adoptada en esta ocasión como la reina del movimiento gay, trono que históricamente ha pertenecido a Gloria Trevi.

 

Sobre Paseo de la Reforma, las grandes trasnacionales, bancos y empresas de renombre colgaron de sus edificios enormes banderas multicolores, símbolo de la comunidad diversa, en una muestra de empatía, de tolerancia, buscando congraciarse con esta influyente comunidad que cada día crece más –qué bueno que no se les ha ocurrido formar un partido político.

 

Adolescentes entre los 15 años, niños y niñas, hasta veteranos de la tercera edad, muchos de ellos con sus hijos adoptados, desfilaron agitando al aire sus banderas, gritando a los cuatro vientos sus preferencias sexuales, orgullosos y desinhibidos.

El contingente estaba liderado por la vistosa asociación de Vaqueros del Centro de México, quienes, vestidos con mezclilla y sombrero, a pie y otros montados al lomo de sus caballos, enarbolaron de manera indistinta la bandera nacional mexicana y la bandera del arcoíris, las cuales ondeaban con igual fervor y sentimiento, y no podía falta Eduardo Arías, mejor conocido como Lady Wuuu, quien se convirtió en fenómeno viral luego de ser entrevistado durante un concierto de Menudo.

 

La Iglesia de la Comunidad Metropolitana, la primera en enarbolar los derechos de la comunidad gay, estuvo presente, apoyando en el desfile; un muchacho con un tatuaje en el brazo que dice “Soy joto”, escribiendo un cartel donde se lee “Viva México Diverso, donde nos disparen floreceremos…”; algunos desfilaron fumando mota, tomándose sus latas de cerveza, semi-desnudos, algunos con ingeniosos disfraces de heroínas de cómic, de luchadores, ángeles y demonios, Drag Queens salidas de todos los rincones, con su exagerado maquillaje, tratando de disfrazar su rostro moreno mexicano, atenuar sus rasgos toscos y asemejarse lo más posible al estereotipo de la mujer, ataviados con ligeras prendas y enormes tacones y botas espaciales de plataforma…

 

En busca de igualdad de derechos, víctimas de asesinato, discriminación,  a lo largo de la marcha, dirigida desde los turibuses colmados de ritmo y euforia, los líderes coreaban algunas consignas como “Aplaudan, aplaudan no dejen de aplaudir, que la homofobia se tiene que morir”; “No, no, no es un hecho aislado. Los crímenes de odio son crímenes de Estado”; “Esta marcha es de fiesta, es de lucha y de protesta”; “Derechos iguales a lesbianas y homosexuales”; y sin faltar el clásico de todas las marchas “No que no, sí que sí, ya volvimos a salir”.

 

En el desfile, toda la parafernalia relacionada históricamente con el homosexualismo, afiches de Disney, de Beto el de Plaza Sésamo, y de manera destacada los Teddy Bear, ositos cariñositos que surgieron en los bares gay de San Francisco, tipos vestidos con chamarras, pantalones y hasta cachucha negros de piel, enseñando los glúteos; con estoperoles, musculosos, bigotones y con cara de malos, aunque tiernos en el fondo.

 

También participaron en la marcha algunas guapas mujeres en body painting, el torso desnudo, su cuerpo convertido en un lienzo multicolor; el amor y la sexualidad representada de todas las maneras posibles, expresada sin tapujos en plena vía pública, de una manera liberal, no apta para mojigatos y conservadores, representantes de la vela perpetua.

La edición número 39 de la marcha del orgullo gay en Mexico City provocó por toda la zona centro de la ciudad enormes embotellamientos, policías y granaderos se limitaron a controlar el tráfico, pero fueron totalmente permisivos con los participantes de la marcha que durante el sábado festejaron a sus anchas el gusto de ser todo menos heterosexual. @

 

 

 

 

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