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DEPRESIÓN: Silenciosa y mortal

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La depresión es una enfermedad que se genera en lo más profundo del cerebro humano y se manifiesta de extrañas maneras, quitándole a quien la padece las ganas de vivir y orillándolos en muchas de las ocasiones al suicidio si no se atienden a tiempo. Cada vez son más personas las que sufren de este trastorno que por falta de información se considera un tabú en nuestra sociedad.

Humberto Melgoza Vega

SAN LUIS RÍO COLORADO.-  La depresión clínica, es una enfermedad grave y común que nos afecta física y mentalmente en nuestro modo de sentir y de pensar. La depresión nos puede provocar deseos de alejarnos de nuestra familia, amigos, trabajo y escuela. Puede además causarnos ansiedad, pérdida del sueño, del apetito y falta de interés o placer en realizar diferentes actividades…

La depresión clínica no es simplemente una angustia, es también una tristeza o melancolía permanente. Nos lleva a sentirnos inútiles, sin esperanza; a veces, es posible que nos querramos dar por vencidos. La depresión clínica causa pérdida del placer en la vida diaria, tensión en el trabajo y en las relaciones, agrava condiciones médicas e incluso puede llevar al suicidio. (Mental Health America).

Más allá de la teoría, en términos coloquiales, la depresión te manda a un estado de vacío existencial, a la falta de motivación para disfrutar esos pequeños grandes detalles de la vida, a sumirte en un agujero negro del que no encuentras salida, sin ganas de bañarte, levantarte de la cama y menos socializar.

Por la falta de información, en apariencia, parece una enfermedad inofensiva, de la que existe una enorme cifra negra de personas que no saben que la padecen, o que se resisten a aceptarlo, que no se tratan con un especialista y que ante la falta del medicamento adecuado podría desencadenar en episodios traumáticos para toda la familia.

La depresión no discrimina a chicos o grandes, hombres y mujeres, sin importar clase social ataca por igual y causa estragos, físicos y mentales, a veces irreversibles. Puedes ser rico, famoso y bello, tener resuelto el aspecto económico y sentimental y aun así sentirte miserable y sin ningún propósito en la vida, como pasó con Estefanie Sherk, esposa del también actor Demián Bichir, quien se suicidó en Los Ángeles el pasado 20 de abril.

“Esta es una aflicción muy seria y en casos como ahora, invisible, que arrincona a los seres humanos en un lugar terriblemente oscuro… La depresión ha cobrado la vida de mucha gente hermosa, maravillosa y talentosa como mi amada esposa…”, escribió en su cuenta de Instagram el reconocido actor mexicano

En su emotiva carta, el nominado al Oscar por su actuación en el filme “A Better Life” anunció que emprenderá una campaña, “desde el misterioso funcionamiento de la mente humana”,  para llevar un mensaje positivo que despierte conciencias y con suerte, logre salvar vidas.

De acuerdo a las tendencias, para 2020 la segunda causa de discapacidad en el mundo va a ser la depresión, advierte la médico psiquiatra Rosalinda Garza Díaz.

La depresión ataca desde la niñez por la alta incidencia de divorcios, las madres solteras y la falta de una familia integrada; los adolescentes se cortan las venas solo porque los dejó la novia (o) y en los adultos la pérdida de un ser querido, el padecimiento de males crónicos como el cáncer, diabetes, las deudas y dificultades económicas, el quedarse sin trabajo y en general, la falta de autoestima son los principales factores que hacen de ésta una enfermedad omnipresente.

“Yo tengo 30 años en San Luis, soy la primer psiquiatra y me fue muy complicado abrir esta brecha, me costó trabajo que la gente me saludara en la calle. Una vez me dijeron `¿por qué no pones tu consultorio rumbo al panteón?´, ahora la gente entra como Pedro por su casa porque hay más apertura, en parte gracias a los medios de comunicación…”.

“La depresión leve se llama distimia y cualquier persona la podemos sufrir, si se mueren nuestros padres o alguien de la familia, es pasajera pero requiere tratamiento para evitar que no se cruce la puerta y se convierta en depresión, porque después ahí viene la depresión como santa señora, se instala en tu interior y comienza a invadirte la desesperanza…”, menciona la especialista.

Reconoce que existe un estigma no solo respecto a la enfermedad sino con los medicamentos que se prescriben, que son a largo plazo, y que son controlados.

“Cuando llegué a San Luis ningún medicamento era controlado. Un buen día me llegó un documento de Salubridad de Hermosillo donde decía que Sonora era el primer estado de la República donde se van a controlar los ansiolíticos, los hipnóticos, porque cualquiera compraba Rohypnoles o Rivotriles y la situación se estaba saliendo de control”.

La depresión, si no se trata a tiempo, puede degenerar al extremo de inducir al suicidio, advierte.

Tendencias suicidas

El suicidio es uno de los fenómenos que está íntimamente relacionado con casos de depresión severa. La estadística marca que es de alrededor del 90 por ciento, de acuerdo al censo realizado por la Dirección de Enseñanza e Investigación del Sistema Estatal de Salud Mental de Sonora en 2010.

Se prenden “banderas rojas” cuando una persona que padece depresión –ya sea por la pérdida de una relación amorosa o de un ser querido, la diagnosis de una enfermedad terminal, la pérdida del empleo y de la seguridad financiera, vivir experiencias humillantes, un luto no resuelto, disgusto o frustración o la alteración por el uso de drogas–, presenta un desplome en el nivel de funcionamiento.

Descuidan su apariencia física, le pierden interés a las cosas que antes les gustaban, incluso la actividad sexual, sienten que no hay futuro y quisieran dormirse para ya no despertar.

En el estudio en mención se contrastan creencias populares contra el método científico, como el mito que dice que “después de un intento de suicidio, el dolor y la vergüenza que experimentan evitarán que lo intente de nuevo”.

Pero es más cruda la realidad: “La enfermedad mental más común que termina en suicidio es la depresión mayor, una enfermedad recurrente. Cada vez que un paciente se deprime el riesgo de suicidio regresa”.

En la entrevista desde su consultorio en el centro médico La Piedad, de Revolución 7 y 8, Rosalinda Garza sostiene que “la depresión no viene del cielo ni del infierno y siempre hay algo que la motiva, porque el estar deprimido no es una cuestión emocional que yo pueda manejar, en mi bioquímica cerebral existen neurotransmisores como la serotonina que se descontrolan por la cantidad de estrés que manejamos”.

Puntualiza que una depresión mal manejada, que no se diagnostica a tiempo y sobre todo, que no es tratada de manera científica, con los medicamentos y terapia adecuados, podría resultar de fatales consecuencias. @

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