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El Covid-19 parece película de terror: doctora Navarro

Sobreviviente del coronavirus, la doctora Macus Navarro nos cuenta el viacrucis que pasó para librar la enfermedad, el encierro, los síntomas, el drama con la familia y manda un poderoso mensaje para quienes piensan que no se van a infectar. “Creí que me iba a morir…”.

Humberto Melgoza Vega

SAN LUIS RÍO COLORADO.- “Lo que antes hacía con gusto, revisar a un paciente, ver sus síntomas, ahora lo hago con miedo, y lo peor del caso es que este virus llegó para quedarse y tendremos que acostumbrarnos a vivir con él. Parece una película de terror, tan invisible y peligroso, porque es muy contagioso”, reflexiona la doctora María de Jesús Navarro Villanueva, luego de haber vencido al coronavirus.

La segunda semana de abril, sin darse cuenta Macus  Navarro pescó el virus mientras trabajaba en Urgencias de la Unidad Médica Familiar 38 del IMSS, el llamado Seguro nuevo.

“A pesar de que tenía todo mi equipo, mascarilla, goggles, guantes, el overol…algo hice mal, en algún momento me descuidé, no sé si porque entré con el celular, la verdad, pero salí positiva al Covid-19”, recuerda cuando le dieron la mala noticia.  

Durante unos 18 días, la doctora Navarro se aisló en su domicilio y pasó un viacrucis para librar la enfermedad, tratando a la vez de no contagiar a sus tres hijos, Mariana, Sebastián y la Toto.    

Ganando la batalla

“La neta yo creí que me iba a morir…y mi hijo Sebastián también”, menciona en entrevista con Semanario CONTRASEÑA.

Al igual que sus colegas doctores, enfermeras y enfermeros y en general el personal médico que está en el frente de batalla contra el nuevo coronavirus, Macus Navarro sabía del riesgo que corría, pero no imaginaba que también a ella le iba a pasar.

“Tengo un amigo de toda la vida, también es médico y me decía `te vas a contagiar, ten cuidado con los chamacos´…, me lo dijo varias veces, hasta que me contagié. Y no es que me haya echado la sal sino que era una probabilidad muy alta porque estaba en el área de Urgencias”.

Como lo dicta el protocolo en pacientes Covid no graves, se aisló voluntariamente en su casa a esperar que pasara la etapa más crítica, unas dos semanas, hasta que de nuevo se hizo el examen, el 3 de mayo, y el alma le volvió  al cuerpo cuando le dijeron que había salido negativo.  

“Cuando me dijo el Johnnatan Castillo que había salido negativo lo primero que hice fue salir del cuarto donde estaba encerrada y abrazar a mis hijos”, menciona emocionada.

Vivir con el virus    

Primero apareció la tos seca, pensó que era por el cigarro. Pero después comenzó a dificultársele la respiración, sentía que se ahogaba.

“Uno cree que no le va a pasar, porque tomamos todas las precauciones. Pero ya veo que no es así. Empecé con tos y dolor de cuerpo, empecé a llorar por el estrés, me acosté el viernes y de ahí ya no me acuerdo. Sebastián pensaba que me iba a morir…”, relata.

Cuando recobró la conciencia inició el doloroso proceso, presa en su propia casa, sin poder acercarse a sus hijos. Los primeros días esperaba a que no hubiera nadie en casa para hacer comida y limpiar, las frutas y verduras desinfectadas con cloro, el ambiente sanitizado y las manos cortadas de tanto lavarlas con gel y alcohol. Pero luego ya no se podía ni levantar de la cama.

Como buena doctora, comenzó a medicarse con Cloroquina cada 12 horas, Acitromizina una diaria durante 5 días, Paracetamol cada seis horas “y el domingo empecé con anticoagulante subcutáneo…”.

“Los primeros diez días me dolían las articulaciones y todo el cuerpo, parecía que me habían golpeado, tenía dificultades para respirar, dolor de pecho y espalda, lo sentía aprisionado, una sensación muy fea; no podía ni estar sentada,  me acostaba bocabajo, así como cuando son intubados , haces que el tórax se expanda más…”.

Luego seguirían los temblores, el dolor de cabeza, la ansiedad y taquicardia, “no tenía hambre, se me olvidó cómo deglutir, como no soy diabética ni hipertensa y practico yoga, creo que eso me ayudó, aunque sí estuve diez días muy grave”.

Macus Navarro resalta que en los casos no tan graves está demostrado que el mejor tratamiento es quedándose en casa. “Yo no me hubiera animado a estar en el hospital encerrada, sola, expuesta a no sé qué, lo único que sí me daba terror era infectar a mis hijos…”.

Reincorporada a su trabajo, aunque ya no en el área de Urgencias, que es de las más peligrosas, la doctora reflexiona sobre el nuevo coronavirus, dice que no es tan letal como la influenza, “el problema es que es muy contagioso. Se supone que el 100 por ciento de la población se va a enfermar, 80 por ciento van a ser asintomáticos, el 15 por ciento será de leve a moderado y el 5 por ciento restante grave, con la posibilidad de morirse”.

Además de la letalidad del virus “el problema es que el sistema de salud no está preparado para enfrentar lo que está pasando, ni en México ni en el primer mundo, ya ves cómo les fue en Italia y España, y ahora en Estados Unidos; además de atacar el sistema respiratorio ahora estamos viendo que también provoca coágulos en la sangre, tapan las arterias y por eso los pacientes se están infartando”.

Concluye: “Es bien estresante para nosotros como médicos llegar todo los días al trabajo, todos tenemos miedo, tenemos familia, hijos, y nadie quiere bajar al módulo. Nos da tristeza ver que la gente no entiende, por más que nosotros intentemos salvar vidas los ves todo el día en la calle, haciendo largas colas para comprar cheve…

“No está bien que se anden arriesgando, si hay un brote masivo no los vamos a poder atender, esto no es un juego, nosotros que todos los días llegamos al trabajo con miedo, que ya no quieres ni abrazar a tus hijos, para que todavía nos ninguneen y nos agredan, eso no es lo que merecemos nosotros…”.@

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