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La clave de la información

35 años después, el Caso Camarena salpica a la 4T

De los libros y los grandes reportajes llega a la pantalla de Amazon Prime, The Last Narc, la truculenta historia del crimen del agente de la DEA Enrique Camarena, cometido por el Cártel de Guadalajara en 1985 en complicidad con policías, militares y políticos corruptos, la mafia del poder que alcanza a personajes de la llamada “Cuarta Transformación”.  

Humberto Melgoza Vega

Parece una thriller de espionaje y terror, aunque está basada en hechos verídicos. Bien dicen que a veces la realidad supera la ficción, tal es el caso del crimen del agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar, una trama que envuelve a narcos, policías y políticos corruptos mexicanos que complotaron junto con la CIA para eliminar al agente federal encubierto en 1985.

Esta es una historia que no tiene fin porque el caso se mantiene abierto ya que el gobierno mexicano nunca autorizó la extradición de los capos Ernesto Fonseca Carrillo, “Don Neto”, Miguel Ángel Félix Gallardo y Rafael Caro Quintero, por el que Estados Unidos ofrece una recompensa de 20 millones de dólares.

Treinta y cinco años después, la investigación que dejó a punto de finalizar el periodista Charles Bowden es llevada a la pantalla como una docu-serie por Amazon Prime –la competencia más fuerte de Netflix, el servicio dominante de streaming–,y arroja nuevos datos, pasajes desconocidos de los involucrados en esta trama que salpica a ex presidentes de México y alcanza a prominentes personajes del gobierno de la llamada “Cuarta Transformación”.

La historia ya ha sido narrada en algunos textos, agudos reportajes publicados en Proceso y libros como La CIA, Camarena y Caro Quintero, La Historia Secreta del periodista Jesús Esquivel, corresponsal de la influyente revista en Washington, pero ahora aparecen los hombres de carne y hueso, con rostro, nombre y apellido, quienes narran de primera mano lo que pasó antes, durante y después del secuestro, tortura y asesinato del agente de la DEA, oriundo de Caléxico, California, a donde emigró con su familia de Mexicali.

Dividida en cuatro capítulos, la mini-serie, dirigida por Tiller Russell, centra su historia en la entrevista con Héctor Berrellez, agente especial de la DEA que fue comisionado por el gobierno de Estados Unidos para encabezar la Operación Leyenda que puso contra la pared a los narcos que hasta entonces eran intocables, protegidos por el gobierno a cambio de maletas repletas con millones.

También, por primera vez salen a cuadro y cuentan por separado la historia tres de los ex policías judiciales estatales de Guadalajara, Ramón Lira, Jorge Godoy y René López, quienes fueron comisionados en 1984 por sus superiores para brindar protección a los líderes del Cártel, todos ellos con “charolas” de la extinta Dirección Federal de Seguridad, la temible DFS.

Convertidos en testigos protegidos, desde algún lugar en los Estados Unidos ahora narran ante las cámaras lo que vieron, presenciaron y oyeron, quiénes participaron, por qué lo hicieron, cómo festejaron y las consecuencias que tuvieron.

En su labor como agente antinarcóticos encubierto, Enrique “Kiki” Camarena se convirtió en un dolor de cabeza no sólo para los capos de la droga, sino que también se volvió incómodo para su propio gobierno cuando descubrió la conspiración para traficar toneladas droga hacia los Estados Unidos, ganancias con las que compraban armas que mandaban a los Contras de Nicaragua para derrocar al gobierno socialista de Daniel Ortega.

Narco-policías

De 1971 a 1985, Ramón Lira fue agente de la PJE de Jalisco, y en el 84 fue comisionado por sus jefes para trabajar como escolta de un supuesto comandante de la Federal, su nombre era Ernesto Fonseca Carrillo.

Lo mismo pasó con Jorge Godoy (agente 80-85) y René López (81-85), quienes ayudaban a que los capos Rafael Caro Quintero y Félix Gallardo se movieran libremente por el estado sin ser molestados.

“En una ocasión me tocó ver ahí en casa de Fonseca a los ex presidentes José López Portillo y a Miguel de la Madrid, estaban fumando la bacerola…”, relató el veterano Ramón Lira, quien decidió participar en la serie para sacar el veneno que lo está matando por dentro, “Caro Quintero le mandaba a Miguel de la Madrid sus kilitos de coca”, recordó.

Todo marchaba de maravilla hasta que Enrique Camarena fue enviado a Guadalajara como agente encubierto para desmantelar al cartel que, asociado con el colombiano Pablo Escobar y con la protección del gobierno mexicano, era el más poderoso del mundo.

Para finales de 1984, los constantes decomisos y el abuso de la droga los hizo entrar en paranoia y a cualquier ciudadano americano lo consideraban sospechoso de ser agente de la DEA, de esa manera secuestraron y mataron a al menos 7 personas, entre misioneros y turistas luego de someterlos a salvajes torturas.

El punto de quiebre se dio el 6 de noviembre de 1984, cuando fue asegurado y destruido un mega-plantío de mariguana en el Rancho El Búfalo, en Chihuahua, más de 500 hectáreas sembradas sin ningún pudor, en donde trabajaban miles de jornaleros bajo condiciones de esclavitud. Kiki Camarena había reportado a la Embajada de la existencia de las parcelas sembradas con mota pero le pidieron fotos para poder actuar… y se las entregó.

 “Ese día estábamos con Don Neto y llegó Caro Quintero bien endiablado, porque decía que ya le habían mandado su parte al presidente Miguel de la Madrid… el dinero lo recogió Manuel Bartlett”, narró el ex agente judicial René López.

-¿Y tú cómo sabes? – le pregunta una voz en off.

-Nosotros lo vimos, las cajas llenas de dinero…

Planeado con anterioridad, la mañana del 7 de febrero los capos y sus escoltas policías partieron en tres carros y levantaron a Camarena cuando salía del Consulado Americano. Cuando llegaron a la casa de Don Neto estallaron en júbilo y al estilo narco comenzaron a hacer disparos al aire, “no que no se podía”, gritaban.

Más tarde comenzó una fiesta macabra, en donde se confundían narcos con políticos y policías, quienes brindaban por el éxito del operativo, mientras que en uno de los cuartos comenzaba la brutal tortura al agente de la DEA.

Durante un día y medio lo sometieron a todo tipo de vejaciones, tuvo que ser reanimado por el médico del cártel, Humberto Álvarez Machain, para que lo siguieran interrogando.

Don Neto ordenó que lo llevaran a un hospital pero Caro se opuso. Cuando Kiki dejó de respirar Don Neto le lanzó una cachetada a Caro, “esto ya valió madre”, exclamó, a lo que Rafael le respondió: “Peores cosas hemos hecho y nada nos ha pasado, tú sabes que aquí en México nosotros mandamos…”.

El cuerpo fue enterrado por el grupo de “Los Dormidos”, comandado por el Chapo Guzmán, junto con el del piloto mexicano Alfredo Zavala Avelar en una zona boscosa conocida como La Primavera, propiedad del ex gobernador de Jalisco Rubén Zuno Arce…

Ante la embestida del gobierno de los Estados Unidos al gobierno de México no le quedó más remedio que encarcelar a Caro Quintero, detenido el 4 de abril de 1985 en Costa Rica, luego lo alcanzó Don Neto y hasta 1989 apresaron a Miguel Ángel Félix Gallardo, quienes vivían a todo lujo y operaban sus negocios desde los Reclusorios del Distrito Federal.

En los interrogatorios de Camarena participó un agente de la CIA identificado como Félix Rodríguez, toda una leyenda para la Agencia que entre sus “medallas” tenía la detención que terminó con la muerte del Ché Guevara en Bolivia; la investigación y pruebas en su contra fueron desechadas por el gobierno de los Estados Unidos, le advirtieron a Berrellez que mejor no siguiera con el caso…

5 Policías, Sangre sobre el maíz, 26 Cabrones y Alias “Max Gómez” son los 4 capítulos en los que está dividida la mini-serie donde se concluyen dos cosas: nunca se sabrá toda la verdad acerca del Caso Camarena, porque el sistema político mexicano “colapsaría”; y la guerra contra las drogas de los Estados Unidos es una completa falacia. @

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